“SÓLO FANDIÑO”
A pesar de todos los elementos, gran
tarde de Iván Fandiño que corta una oreja de peso. Decepcionante encierro de
Fuente Ymbro, en presentación y juego. Juan Bautista y Matías Tejela no
justifican su presencia en las Fallas.
Para mí una figura del toreo es aquel torero que, por sus
grandes méritos y por unas características propias y diferentes, pasa a ser
parte de la Historia de la Tauromaquia. Según esa definición, pocas han sido
las grandes figuras que ha tenido el toreo a lo largo de sus más de dos siglos
de Historia. Pepe-Hillo, Costillares, Paquiro, Joselito, Belmonte, Manolete,
Camino, Ordóñez, El Viti…a todos se nos vienen a la mente esos nombres cuando
hablamos de grandes figuras del toreo. En los últimos tiempos, Enrique Ponce, José
Tomás o Morante también pasarán a engrosar esa lista de matadores. Pero, más
allá de esa etiqueta que describía al principio, otras son las características
que debe tener también una figura del toreo. Una de esas cosas es el
compromiso. El compromiso con su profesión y con el aficionado. También el
querer siempre ser el mejor, el primero. Es decir, una auténtica ambición. Y,
por supuesto, demostrar que eres el mejor pero ante todo tipo de corridas y
compañeros, realizando gestas y gestos de forma regular cada temporada. Según
estas últimas características, Iván Fandiño sería una figura del toreo. Por
supuesto aún no ha llegado a conseguir esos méritos de los que hablaba al
principio de haber mandado en la fiesta y haber pasado a la Historia del toreo,
pero en cuanto al compromiso, a la ambición, a los gestos y gestas…Fandiño es
hoy en día una figura del toreo. Y lo es, además, por méritos propios y sin que
nadie le haya regalado nada. Él se ha ganado todo a base de dar la cara con
absoluta regularidad. Y esa regularidad y esos méritos son mayores que los que
poseen muchas de las que hoy llamamos erróneamente figuras del toreo. Hoy, en
Valencia, Iván Fandiño, volvió a demostrar todo esto.
Y es que el torero de Orduña fue el único que se consiguió
salvar de la quema. Y no precisamente me estoy refiriendo a la quema de fallas
y petardos… Fandiño, a pesar de todos los elementos que jugaron en su contra
(el lote de toros de Fuente Ymbro que le correspondieron en suerte,
principalmente), logró cortar una oreja y dejar grandes sensaciones. Su
primero, el tercero, fue un castaño algo más serio que los dos animales que le
precedieron y que fue completamente descastado, manso y negado a embestir. A
pesar de ello, la firmeza y seguridad de Fandiño le hicieron llegar a meter la
cabeza en la muleta a mitad del trasteo. Hubo dos series con la diestra
realmente notables por el mando y el poder que demostró el torero y por su
buena colocación. Si ayer destacaba Urdiales en ese aspecto, hoy lo hacía Iván
Fandiño. Bajó mucho la mano y por momentos, aunque parecía imposible, consiguió
el lucimiento. Tras dejar un estoconazo, cortó una oreja de esas que pesan y
que marcan una feria. La tarde estaba lanzada para él y, a pesar del
impresionante y emocionante saludo capotero al que cerraba plaza, Iván no pudo
redondear su triunfo y abrir la puerta grande. Él, por supuesto, no tuvo la
culpa. Tras ese recibo con el capote a la espalda, en el tercio, y por
gaoneras, el ejemplar de Ricardo Gallardo empezó a mostrar signos de su
mansedumbre y pocas ganas de embestir. Y en el tercio final no valió un duro.
Completamente descastado, aburrido y huidizo, el ejemplar del hierro gaditano
imposibilitó cualquier opción de su matador. Pese a intentarlo todo y volver a
estar valiente y firme, Fandiño no pudo hacer otra cosa que matarlo.
El resto de lo acontecido en la séptima del abono fallero
fue para olvidar. Por delante, en vez de uno, actuaron dos teloneros: Juan
Bautista y Matías Tejela. Todos los aficionados ya preveían lo que podía pasar
y…no se equivocaron. Estos dos diestros llevan engrosando los carteles de las
ferias desde hace años sin prácticamente ni un mérito ni una muestra para
seguir en ellos. Mientras que algunos esperan en casa una oportunidad o se
tienen que conformar con las peores corridas o carteles, algunos otros como
Bautista y Tejela, apoyados y sustentados por sus apoderados y “padrinos”
continúan deambulando, ocupando huecos que otros necesitan de verdad. Abría la
terna el francés que, en el primero, dio muestras de algún atisbo de
disposición y frescura, comparando con lo que viene haciendo en los últimos
tiempos. Por supuesto, fue un espejismo. Al primero lo recibió con un alegre
saludo a la verónica que combinó con alguna chicuelina y varios remates. El que
abrió plaza marcaría, sobre todo en cuanto a presentación, lo que serían sus
hermanos. En general, la corrida enviada por Ricardo Gallardo a Valencia fue
fea y anduvo muy en límite. Algunos de los ejemplares, como ese primero, no
poseían la suficiente seriedad y el trapío que se debe exigir en una plaza de
la máxima categoría. De otras divisas no nos habría extrañado, pero de Fuente
Ymbro esperábamos, todos, otra cosa. En las últimas temporadas, uno de los
puntos fuertes de esta vacada ha sido su intachable y seria presentación.
Esperemos que esta no sea la tónica a seguir durante toda la temporada. El
primero del lote de Bautista tuvo mucha nobleza y calidad, sí, pero muy escasa
fortaleza. A pesar de que casi no se le picó, el animal siempre blandeó y, por
ende, la emoción fue imposible. Hubo algún pasaje estimable en el trasteo del
de Arles, pero nada del otro mundo. Tras un pinchazo y estocada, saludó una
ovación tras petición. En el cuarto todo fue a peor ya que el toro, a la
postre, fue el mejor del encierro. Sin ser un gran astado, éste tuvo algo más
de transmisión, movilidad y exigencia. Tuvo el defecto de escarbar mucho y al
final se puso molesto y ante él, Juan Bautista evidenció una apatía y falta de
ambición total. Mal colocado, nada de lo que realizó en su labor será
recordado.
Por su parte, Matías Tejela hizo lo de siempre, es decir,
casi nada. El segundo fue una auténtica borrica que no se pareció en nada a
esos fieros y encastados “fuenteymbros” de los que pudimos disfrutar en 2012 en
España y Francia. El feo animal, flojo y descastado, embistió siempre con media
lengua fuera y no transmitió nada. Tejela, mal colocado casi siempre, dio pases
en exceso y su franela fue enganchada en infinidad de ocasiones. Tras el
durísimo castigo que recibió en varas, el quinto de la tarde aguantó y se movió
sin excesivo ritmo ni clase. Incómodo, el torero madrileño realizó un trasteo
que fue recibido en el tendido con una absoluta indiferencia. En ambos turnos
fue silenciado.
Tras la dimensión que ofreció Iván Fandiño en su paso por el
ciclo valenciano, clama más al cielo el que haya quedado relegado a este cartel
después de haber sido uno de los triunfadores del pasado año. En los próximos
días llegarán muchas de las llamadas figuras del toreo actual, veremos cuántos
demuestran la firmeza, compromiso, seguridad y pureza que hoy mostró ese torero
que está llamado a ocupar la primera fila del toreo. Eso ocurrirá, claro, si le
dejan…
7ª Feria de Fallas 2013. Con un tercio de entrada, se
lidiaron 6 toros de Fuente Ymbro,
desiguales de presentación aunque justitos y de feas hechuras y caras, y de
escaso juego en general. El buen 1º no tuvo fuerza y el 4º fue el más
interesante. En el resto predominó la mansedumbre y falta de casta.
Juan Bautista: saludos y silencio tras aviso
Matías Tejela: silencio en ambos
Iván Fandiño: oreja y ovación tras aviso
Se desmonteraron en el sexto los banderilleros Jarocho y
Jesús Arruga.
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Foto: Rullot
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