LUQUE VUELVE A
ILUSIONAR
Buena actuación del sevillano que corta una oreja y firma lo
más destacado de un festejo marcado por el fuerte viento que sopló en todo
momeno. Corrida variada del Puerto de San Lorenzo que sortea dos notables
astados. Digna confirmación de Thomas Dufau.
Se
rompió la racha de puertas grandes consecutivas en esta Feria del Arte y la Cultura. Pero esta no es una
mala noticia teniendo en cuenta el peso y la importancia de esas puertas
grandes de los últimos días. Lo que no se rompió fue la racha de orejas. Una
cortó el sevillano Daniel Luque que vino a Madrid como debía. Después de un
comienzo de temporada muy tibio y de su paso por la Feria de Abril de Sevilla,
con tres paseíllos y ningún trofeo, Luque regresó a la plaza que le puso en el
circuito cuando aun era novillero. Siempre se le vieron condiciones a este
torero, pero la frescura y ambición que demostró en sus comienzos, se había ido
diluyendo en estas últimas temporadas. Muchos éramos pesimistas sobre lo que
pudiera hacer esta tarde en Las Ventas, sobre todo teniendo en cuenta la
desafortunada actuación que tuvo en San Isidro, pero Daniel Luque consiguió ser
el nombre más destacado de la tarde. También puntuó El Puerto de San Lorenzo,
aunque se quedó a medio. La primera mitad de la corrida apuntaba muy alto, pero
la segunda parte no pudo redondear un triunfo del hierro salmantino. Dos
notables toros, los lidiados en primer y tercer lugar, fueron las alegrías de
un encierro que también tuvo sus penas y una acentuada mansedumbre en los
últimos ejemplares lidiados. El francés Thomas Dufau anduvo firme y dejó buenas
sensaciones en la tarde de su confirmación. La cruz fue Manuel Jesús “El Cid”
que volvió a demostrar que está muy perdido y a la deriva.
Por
fin Daniel Luque apareció en el ruedo mostrando ganas y ambición. El torero de
la capital Hispalense que parecía estar invernando desde hace bastante tiempo
se hizo presente muy pronto en el ruedo venteño y desplegó su capote para
firmar pasajes de gran intensidad. Varios fueron los quites que realizó en un
mismo toro, en su primero. Ganando terreno y cargando la suerte, firmó un par
de quites a la verónica en los que toreó con gran templanza, finura y clase.
Fue su carta de presentación. Con la muleta anduvo más irregular pero dejó momentos
muy notables. El tercero de la tarde era un ejemplar muy bien presentado, serio
y rematado, muy en el tipo de la casa y que mostró virtudes desde que salió de
chiqueros. El de Lorenzo Fraile fue un animal muy claro desde el principio y
que hizo gala de las mejores virtudes del encaste Atanasio- Lisardo. Noble, con
gran fijeza y humillación, enclasado, con recorrido…reunió todos esos aspectos
positivos y, para ser un astado sobresaliente, sólo le faltó un punto más de
transmisión y emoción en la embestida. Luque se colocó en ocasiones y en otras
no tanto. A veces si que estuvo cruzado y toreando con ajuste y apreturas,
otras más al hilo. Dentro de su labor muletero sobresalió una gran serie al
natural en la que si sonaron con fuerza los oles de Las Ventas. Además de la
templanza que imprimió a los muletazos, bajó bastante la mano y demostró poseer
un gusto y empaque muy personales. La estocada fue buena, aunque cayó muy
ligeramente desprendida y provocó derrame. Tras fuerte petición, obtuvo un
apéndice. Ese “Velosico II” si le permitió el lucimiento, cosa que no hizo el
quinto. Éste fue un ejemplar completamente manso y rajado con el que poco se
pudo hacer. Luque lo intentó con insistencia, pero el fuerte viento que soplaba
y el huidizo animal le frustraron cualquier esperanza de triunfo. Mató con
habilidad muy pegado a tablas y el manso se fue al desolladero entre pitos.
Un
día más abría cartel un confirmante. En esta ocasión fue el turno del francés
Thomas Dufau que, pese a no conseguir un importante triunfo, sí pudo dejar
buenas sensaciones. Muy buen concepto tiene este joven matador de la vecina
Francia y habrá que estar atentos a su evolución porque podría llegar a hacerse
un hueco en la profesión. El toro de la ceremonia fue un precioso y rematado ejemplar
de la divisa charra, algo acapachado de cornamenta, que salió bastante frío de
salida, pero que después sacó un gran fondo de bravura. Hubo algunas protestas
porque perdió las manos un par de veces, pero acertadamente el presidente lo
decidió mantener en el ruedo. Mucha clase y nobleza demostró en la franela de
Dufau y siempre llevó el hocico por la arena. El que algunos decían que era un
inválido no abrió la boca ni perdió las manos en ningún momento. Su matador
construyó un trasteo en el que se vieron sus buenas maneras y su firmeza. Y
todo, teniendo en cuenta el peso de la tarde y el insoportable viento que sopló
en todo momento. Hubo muletazos de muy buen trazo, aunque falló la colocación
en algunos instantes. Mejor y más centrado al final que al principio. Terminó
con manoletinas y tras dejar una estocada trasera, saludó una ovación. El que
cerró plaza fue un burraco del Puerto que también pecó de mansito al principio
pero que después si se sujetó en el último tercio. Muy noble el animal, pero de
sosa acometividad. Dufau también se justificó en este, aunque no anduvo tan
certero con la espada.
Volvía
Manuel Jesús “El Cid” a Madrid después de un paso, como mínimo, discreto en el
abono isidril. Y si discretas fueron sus tardes anteriores, mala fue la de hoy.
Sin sitio, sufriendo gran cantidad de enganchones y llegando a mostrarse
vulgar, el de Salteras no dijo nada con el noble y flojo segundo y pasó un
trago con el complicado cuarto. Este toro no fue imposible ni mucho menos y su
mansa pero encastada condición tuvo interés. Cid no lo vio por ningún sitio y
tuvo que abreviar resignado entre la recriminación del respetable. Para
quitárselo del medio pronto, se fue a los bajos y escuchó pitos. Urgente y
profunda reflexión la que necesita este torero que no es ni la sombra de lo que
era.
2ª
Feria del Arte y
El Cid: silencio y pitos
Daniel Luque: oreja y saludos
Thomas Dufau (que confirmaba alternativa): saludos tras aviso y
silencio
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