DAVID MORA, PUERTA
CHICA
El toledano abre una puerta grande muy barata que deja la
exigencia de Madrid por los suelos. Además, no fue la tarde de David Mora que
dejó escapar a un gran toro de Valdefresno lidiado en tercer lugar. Curro Díaz
y César Jiménez, se van de vacío.
Las
rebajas llegaron a Madrid. Sí, como lo oyen, los descuentos parece que se han
adelantado este año y han llegado a la capital con fuerza. Y con rebajas y
descuentos no me estoy refiriendo, como se imaginarán, a prendas de vestir ni nada
por el estilo. Me refiero a las orejas y trofeos que se conceden en una plaza
de toros. Aún es pronto para decirlo, pero puede que esta primera puerta grande
para un torero de a pie este año en Madrid no sea casualidad. Tras el mediocre
y pésimo San Isidro, la empresa Taurodelta y los diferentes implicados en la
fiesta en Madrid, puede que tengan el deseo de tapar los desastrosos resultados
del ciclo taurino más importante del mundo. Y, ¿cuál es la forma más fácil de
taparlo? Muy sencillo: mediante el triunfalismo. Si en esta nueva feria,
llamada del Arte y la Cultura ,
se cortan muchas orejas y se abre varias veces la puerta grande, los culpables
del desastre en Las Ventas tendrán argumentos y excusas para decir que no han
hecho tan mal las cosas. Esto es muy peligroso y puede traer consecuencias como
las de esta tarde. La principal: la aniquilación de la exigencia y de la
categoría de la plaza de Las Ventas.
David
Mora ha conseguido lo que ningún torero de a pie había podido en estas largas
semanas de toros en Madrid: abrir la puerta grande. Pero, más allá del titular
y de las orejas cortadas, se debe afirmar con rotundidad que su actuación no
era, ni mucho menos, de puerta grande. David Mora mostró gran disposición y
entrega toda la tarde, pero poco más. Este torero no es el mismo del año
pasado, parece que nos lo han cambiado. Continúa con valor y arrojo desde el
principio y sigue toreando bastante bien con el capote, pero en lo demás, en
vez de progresar, ha retrocedido. David Mora ya no es ese torero que apuntaba
grandes maneras con la muleta, no es aquel que ilusionaba con un buen concepto
del toreo y con cierto gusto en las formas. Ahora es un torero que, como la
mayoría, abusa de las ventajas y que realiza un toreo que, en ocasiones, llega
a ser antiestético. Siempre muy espatarrado, sin encajarse ni ponerse derecho
en ningún momento, falto de templanza, acelerado por momentos…ese fue el David
Mora que abrió la puerta de Madrid, la de la gloria. Además, la puerta grande
fue aún todavía más injusta porque el manchego dejó escapar a un gran toro de
Valdefresno, el mejor de la corrida, lidiado en tercer lugar. “Bilanero”, que
así se llamó el astado, tenía unas hechuras perfectas para embestir y también
seriedad por delante. Y el de la divisa salmantina no falló. Empujó en el
caballo, como la mayoría de sus hermanos, y después en la muleta reunió muchas
virtudes. Se arrancó siempre de lejos con prontitud y alegría, tuvo nobleza,
clase, recorrido, humilló muchísimo…fue sin duda un toro para cuajar de principio
a fin, aunque bien es verdad que también tuvo un acentuado defecto: flojedad de
manos. Más que poca fuerza, lo que evidenció el de Nicolás Fraile fue que a la
más mínima perdía las manos. Al margen de ello, fue un muy buen toro.
Su
matador puso en pie a la plaza en un alarde de improvisación. Se disponía a
saludar con el capote Mora a su primer oponente cuando se resbaló y cayó en la
cara quedando a merced del toro. David, muy rápido y fresco de ideas, se hizo
el quite con una larga cambiada y remató el recibimiento con varios capotazos a
una mano. Antes, en el segundo de la tarde, también había tenido un gran susto
cuando el toro que le correspondía a César Jiménez le propinó una fea voltereta
sin consecuencias en un quite por chicuelinas. Anduvo bastante templado con el
capote toda la tarde David Mora. Brindó al público su primero y comenzó un
trasteo muy irregular en el que hubo muletazos sueltos estimables, pero nada de
rotundidad ni conjunción. Abusó del pico siempre y no llegó a cuajar en ningún momento
al buen animal de Valdefresno, que era de dos orejas. Lo mejor: una serie de
naturales al final de la faena y antes de entrar a matar. Tras una estocada de
inmediato efecto, cortó una oreja muy liviana. La faena al sexto tuvo más
mérito. El que cerró plaza fue un astado manso y rajado desde el principio que
intentaba huir casi en cada muletazo, pero que sí tuvo casta, clase y
transmisión. Fue el típico manso encastado de este encaste que cuando se le
sujetaba y se le bajaba la mano respondía con emoción. David Mora tuvo buenos
momentos haciendo lo que pedía el toro y sujetándolo en la franela. Se tiró a
matar muy encima resultando prendido por la taleguilla a la altura de la ingle.
Tras dejar una estocada muy contraria y suelta y hacer uso del estoque de
cruceta, volvió a tocar pelo.
Sus
compañeros de terna, Curro Díaz y César Jiménez, no tuvieron tanta suerte pero
tampoco la buscaron lo suficiente. El primero dejó quizás los mejores muletazos
de la tarde en el que abrió plaza, un toro del hierro titular que comenzó
embistiendo con enorme calidad y transmisión. Humilló muchísimo y colocó
magníficamente la cara para embestir. Después se vino a menos al igual que el
trasteo del de Linares que firmó dos series con la diestra en las que bajó la
mano y se encajó y sintió. De estocada baja lo mató, al igual que a su segundo,
el cuarto, un toro este mucho más soso. Este trasteo fue demasiado largo y por
momentos vulgar. César Jiménez volvía a Las Ventas para hacer su segundo
paseíllo y tampoco alcanzó un gran nivel. El madrileño volvió a demostrar que
tiene mucha clase, largura y templanza toreando con la zurda pero, una vez más,
anduvo muy despegado. Entre el toro y el matador podría haber pasado un camión.
Esto hizo que su labor no tomara vuelo en ningún momento. El quinto fue el que
más manseó de todos en los primeros tercios, ya que la corrida cumplió con
creces en el caballo (la mayoría). Fue esta una res a la que también le faltó
transmisión y clase en la embestida. Jiménez, también se puso pesado.
1ª
Feria del Arte y
Curro Díaz: saludos con algunas protestas y silencio
César Jiménez: silencio en ambos
David Mora: oreja y oreja tras aviso (ambas con algunas
protestas)
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