UN “CORRIDÓN” DE TOROS
PARA LA VUELTA DE
ADOLFO MARTÍN A ALBACETE
Cuando faltan exactos quince días para que los toros de
Adolfo Martín regresen y salten al ruedo de la plaza de toros de Albacete, El
Pueblo visita la finca “Los Alijares”, lugar donde pastan los astados cárdenos
de origen Albaserrada. A pesar de que el calor ya no aprieta como en pleno mes
de agosto, cuando se va acercando el mediodía el sol vuelve a calentar en estos
parajes situados en el término municipal de Escurial, en la provincia de Cáceres.
Llegamos y tras superar la puerta principal de entrada comenzamos a ver utreros
y cuatreños a ambos lados del camino. En la casa de Adolfo Martín manda el toro
y eso se nota. Prácticamente en cautividad y sin ninguna vaya que les separe
del domicilio del ganadero, los “albaserradas” de Adolfo pastan a sus anchas
sin que nadie se extrañe de su imponente y cercana presencia. Cuando llegamos a
la casa familiar nos recibe el propio Adolfo junto a su hijo, del mismo nombre
y apellido, la nueva generación que tomará el relevo en unos años o décadas. Adolfo
nos cuenta que hace unos instantes había estado contemplando, desde su todo
terreno, a la camada de utreros mientras éstos se alimentaban en los comederos
de su cercado. Él, un hombre muy sencillo, cercano y tratable, está como
siempre y nos hace sentirnos como en casa.
Tras una
primera conversación de bienvenida nos ponemos en marcha con el objeto de
conocer y fotografiar a la corrida reseñada para la feria taurina albaceteña.
Atravesando “Los Alijares” llegamos al cercado donde nos esperan más de una
docena de astados de entre los que saldrá el encierro dispuesto para Javier
Castaño y el torero local Sergio Serrano. Adolfo nos avisa previamente del
trapío y la seriedad del lote elegido y su advertencia se confirma cuando nos
encontramos ante los animales en cuestión. “La corrida estará formada
principalmente por cinqueños, aunque puede que también vaya alguno del guarismo
8” , nos
dice Adolfo. La primera panorámica de la corrida impresiona. Definitivamente,
la de Adolfo Martín será una corrida excelentemente presentada y con un trapío
digno de las plazas más importantes de primera. El encierro es muy serio, pero
también está bien hecho y posee muy buenas hechuras. La mayoría de ejemplares
son bajos, están rematados y musculados y lucen el tipo característico del
encaste del que proceden. Hay cárdenos y negros entrepelados, los dos pelos
típicos de la casa. De entre todos llama la atención el número 99, “Malagueño”
de nombre y el único de capa cárdena clara. Las encornaduras son también las
habituales: muchos cornipasos y veletos y con algunos bastante estrechos de
sienes, como el serio número 82, y otros más abiertos de cara, como el número
34, uno de los que hará temblar a las cuadrillas a la hora del sorteo. Las
expresiones varían y nos encontramos desde miradas ofensivas y que estremecen,
hasta otras que prevén bravura pero también bondad, véase la del número 15, con
una expresión que enamora. “Hay toros que pesarán bastante y otros más finos”
nos reconoce su criador, orgulloso de la imponente lámina que lucen los astados
que ha criado los últimos años. Seguramente dentro de los que más kilos darán
en la báscula se encontrará el negro número 82, anteriormente mencionado y que
es hondo y un auténtico “tío”. Algunos están en una línea más ibarreña y otros
se muestran más asaltillados, aunque todos son inconfundibles, su morfología no
deja mucho margen para la duda. Como
podrán observar en las fotografías que acompañan a estas líneas, si además la
corrida se mueve y demuestra casta y bravura, todos los que asistan el día 16
al coso de la Calle Feria
presenciarán un auténtico espectáculo.
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