DEMASIADAS OREJAS CONCEDIDAS Y UN FINAL SIN EL TORO COMO PROTAGONISTA
La última parte de la Feria de San Fermín dejó más
penas que glorias y dos matadores jóvenes lanzados por sus importantes
actuaciones: Antonio Nazaré y Jiménez Fortes.
El pasado sábado se entonaba en Pamplona el “Pobre de
mí”, el tradicional cántico con el que se pone punto y final a la Feria de San Fermín. Un año
más, la capital navarra ha sido el escenario de la Feria del Toro, el ciclo
taurino que centra la atención de los sanfermines de cada año. Una vez pasado
el primer tramo de la temporada con las ferias de Valencia, Sevilla y, sobre
todo, Madrid, la segunda semana de julio, Pamplona se convierte en el centro
del “Planeta taurino”. Por la mañana los encierros son una cita ineludible para
todos los aficionados, pero lo más importante tiene lugar cada tarde en la Monumental pamplonesa,
la segunda más grande de nuestro país. Allí, con uno de los toros más serios de
cuántos se lidian a lo largo de la temporada, los distintos matadores jóvenes y
también algunas figuras, muestran el estado en el que se encuentran ya en el
ecuador de la temporada española. Este año San Fermín ha dejado muchas alegrías
y noticias positivas, por ejemplo que todas las tardes se ha llenado la plaza (20000
personas), pero también otras muchas notas negativas. La peor, que la categoría
de Pamplona ha bajado.
OREJAS DE
NULO PESO
Siempre se ha dicho que el ambiente festivo de los
tendidos de la plaza de toros de Pamplona provocaba el que se concedieran
algunas orejas que en otras plazas no serían nunca reconocidas. Pero en
ediciones anteriores esas orejas eran la excepción y solían darse a toreros que
buscaban el aplauso fácil con algunos recursos y guiños a las peñas presentes cada
tarde en los tendidos de sol. Desgraciadamente, este año, esas orejas de
liviano peso han sido innumerables y absolutamente inmerecidas. Tendríamos que
hacer recuento de todas las que se han concedido sin ningún tipo de mérito pero
por nombrar algunas, podemos recordar algunas de las concedidas a Joselillo,
Francisco Marco, Fandiño, David Mora, El Fundi, Luque, Padilla…varios de esos
trofeos fueron de absoluta benevolencia y otros hasta de vergüenza porque se
concedieron tras sendos bajonazos. El otro factor determinante para esta lluvia
de orejas sanfermineras ha sido el palco. Por tradición, en Pamplona, los
encargados de presidir las ocho corridas de toros que componen el grueso del
serial son los concejales del Ayuntamiento. La mayoría no son aficionados ni
tienen un mínimo de criterio o de conocimiento sobre la lidia. Por eso, día
tras día, hemos visto a presidentes que dudaban si conceder o no la oreja o a
algunos que atendían peticiones minoritarias. Deben reflexionar en Pamplona
para que esto no siga ocurriendo en una plaza de primera.
DESTACAN
CEBADA Y EL PILAR
En el capítulo ganadero, primordial en Pamplona y en la Feria del Toro, este año no
han brillado la mayoría de hierros lidiados. Siempre han embestido muchos toros
y corridas completas en San Fermín, debido a que los encierros lidiados allí
son de lo mejor de cada ganadería, las “joyas” del campo bravo. Pero este año
ni una sola corrida ha sido completa y tan sólo han puntuado algunos toros
sueltos. La corrida de Dolores Aguirre, comentada aquí la semana pasada, fue
una total decepción; interesante y variada resultó la siempre esperada de
Miura; mucha fachada, seriedad y trapío la de Fuente Ymbro que, pese a sortear
algún ejemplar con opciones, no mantuvo el buen nivel de años anteriores; y auténtico
desastre el protagonizado por las tres divisas que saltaron al ruedo en la
recta final de estos sanfermines. Pero de la quema, en cuanto a corrida en su
conjunto, se han salvado dos: la de Cebada Gago y la del Pilar. Y ambas se han
repartido los premios más importantes que concede la Casa de la Misericordia : Cebada
Gago se ha llevado el trofeo a la corrida más completa, mientras que El Pilar
se ha hecho con el premio “Carriquiri” al toro más bravo. Cebada lidió una
buena corrida el lunes día 11. El lote del hierro gaditano estuvo muy bien
presentado, fue serio y en el tipo de esa casa ganadera. No fue un encierro
completo ni tampoco saltó a la plaza ningún astado de extraordinaria bravura,
pero la mayoría de los ejemplares lidiados dieron opciones a sus matadores y
demostraron nobleza, movilidad y, en algún caso, clase y humillación. Mansitos
resultaron algunos aunque con fondo de bondad. Destacaron de entre todos, el
primero y el sexto. Después de ver la corrida de Cebada muchos nos preguntamos
por qué tiene esa ganadería la etiqueta torista. El encierro del Pilar sorteó
también dos toros de Moisés Fraile, uno de ellos, el sexto, de nombre
“Cantillito” ha sido el premiado como el mejor de toda la Feria del Toro. Virtudes
demostró la vacada salmantina que sirvió para que Fandiño y Mora abrieran la
puerta grande.
DOS JÓVENES
VALORES
Siempre es San Fermín feria de oportunidades para
matadores jóvenes que han conseguido destacar en los primeros ciclos de la
temporada. Y este año los elegidos para debutar en Pamplona eran Antonio Nazaré
y Jiménez Fortes. Y los dos cayeron de pie en su debut. El primero cortó una
oreja de peso al buen sexto de Cebada. Entre tanta mediocridad y orejas de
pueblo, el trofeo obtenido por el sevillano fue de los que de verdad calan
entre el aficionado. Nazaré hilvanó una faena en la que sobresalieron varias
series de muletazos con ambas manos, sobre todo al natural. El diestro
hispalense logró naturales de gran largura, templanza y profundidad. Y todo con
la mano muy baja y sintiendo el toreo que estaba realizando. Toque de atención
de este chaval que ya tuvo su cartel como novillero. Y el otro nombre propio
que ha dejado la Feria
del Toro de 2012, junto al de Javier Castaño y Nazaré, ha sido Saúl Jiménez
Fortes. Este joven malagueño ya apuntó cosas importantes cuando engrosaba el
escalafón menor, las reeditó en su primera temporada como matador (la del año
pasado) y lo ha vuelto a hacer este año en Valencia, en Sevilla y ahora también
en Pamplona. Valor sincero, seco, sin límites el que tiene este torero y que
además conjuga con un muy buen concepto del toreo y con unas formas cargadas de
pureza y verdad. Fortes se la jugó desde el principio con una imponente corrida
de Fuente Ymbro y anduvo a mucho mejor nivel que sus compañeros.
LAS FIGURAS
Y SU TORO
Fue desembarcar las figuras en Pamplona y el toro
menguó. Después de tardes en las que el toro-toro salía por chiqueros y se
demostraba que Pamplona es uno de los cosos más serios, las corridas de
Victoriano del Río, Juan Pedro Domecq y Torrehandilla dejaron mucho que desear
en todos los aspectos, entre ellos, en presentación. La más decente fue la de
Victoriano que sí sorteó algún animal correcto para Pamplona. Las que fueron
una auténtica vergüenza fueron las de Juan Pedro y Torrehandilla. La primera
volvía a San Fermín después de siete años de ausencia, y la segunda debutaba en
la Feria del
Toro. Después de los resultados, seguramente ambas desaparezcan durante largos
años del listado de ganaderías seleccionadas para correr por las calles de
Pamplona. Se creían los veedores de las figuras que nadie se daría cuenta de
las hechuras anovilladas e impresentables de Juan Pedro y Torrehandilla y que
se taparían por la cara. Pues ni eso, ya que algunos también tuvieron expresión
de novillo. Muy preocupante el que ya también en Pamplona las figuras hayan
conseguido imponer su “torito”. Y ya del juego ni hablemos. Un auténtico
muestrario de descaste e invalidez es lo que demostraron ambas. Y eso que ni se
las picó. Uno se salvó de Juan Pedro (el segundo) y ninguno de Torrehandilla.
Con semejante material nada destacable hicieron las figuras de turno que se
pasearon sin pena ni gloria. El Juli tendrá que seguir esperando para dar el
golpe que tanto anhela en protagonizar. Y Padilla volvió a ser el Rey de
Pamplona y salió a hombros ante una afición completamente entregada y muy
cariñosa.
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