domingo, 3 de octubre de 2010

Crónica 3ª Feria de Otoño 2010


EL TOREO VERDADERO ABRIÓ LA PUERTA GRANDE

Comienzo a escribir esta crónica cuando aún siento la emoción, la felicidad completa de haber vivido una tarde histórica de toreo. Esta tarde en Las Ventas todos los valores sobre los que se asienta la fiesta han sido reafirmados. Hemos podido contemplar, sin duda, el acontecimiento taurino de la temporada, y no sólo de la temporada venteña. Porque hacía mucho tiempo que un torero no conseguía, con tan sólo una docena de muletazos, emocionar y provocar el éxtasis a los aficionados madrileños. Juan Mora ha conseguido, esta tarde en Madrid, que olvidemos las infinitas tardes de tedio y aburrimiento que hemos vivido esta temporada en Las Ventas. Y por eso es tan bonito este espectáculo, por eso sigue siendo la más verdadera e impredecible de las artes.

¡Cómo ha toreado Juan Mora esta tarde!, ¡qué verdad!, ¡qué pureza!, ¡qué torería!...

Esta tarde en Madrid se ha producido un milagro, el milagro del toreo. Con tan sólo cinco tandas, en su lote, ha conseguido abrir la puerta grande de la Monumental de Las Ventas. Tres orejas, nada más y nada menos, ha cortado el veterano matador. Esa es la magia y la sorpresa del toreo. Y todo esto lo ha conseguido ante dos ejemplares que tuvieron más defectos que virtudes. Porque la corrida de Torrealta, muy desigual de presentación, ha tenido nobleza pero ha adolecido de una gran falta de casta y transmisión.

El primero que saltó al ruedo fue noble, pero manso. Tuvo cierta clase pero le faltó recorrido. Ante este ejemplar, Mora comenzó templado con el capote. Después, en ya con la franela, inició con detalles muy toreros un trasteo que terminaría con el público puesto en pie. Dos tandas de naturales extraordinarias lo explican. Citando de perfil, pero embarcando magistralmente la embestida del toro para, después, enroscárselo y rematar el muletazo en la misma cadera. Naturales templadísimos, largos y de mano baja, sobre todo uno que fue interminable. Tras esta clase magistral de pureza, de toreo eterno, el de Plasencia montó la espada (siempre torea con la espada de verdad) y ejecutó un extraordinario volapié. El toro, muerto sin puntilla, rodó y los tendidos de Las Ventas se colorearon del blanco de los pañuelos pidiendo los trofeos. Dos orejas, dos, y de ley. Así se torea, y que aprendan los nuevos matadores que se obsesionan en realizar interminables e insoportables faenas. Juan Mora demostró que con tan sólo dos series, de verdad, se puede abrir la puerta grande de la plaza de toros más importante del mundo.

El cuarto de la tarde, jabonero de capa, fue un ejemplar muy vulgar que punteaba constantemente los engaños del torero. Pero Juan, era consciente de que estaba por encima de cualquier dificultad, y a base de temple y mando consiguió meter en el canasto al de Torrealta. Esta fue una faena más ligera en la que faltó, al menos, una serie más para terminar de ser rotunda. A pesar de esto, hubo dos tandas excepcionales, una por cada pitón. Muletazos largos y templados rematados en la cadera del de luces. Y, de nuevo, otro gran volapié. Oreja, de menor peso, pero que reafirmó la enorme actuación del torero extremeño. Fue una actuación distinta, antigua, y llena de una exquisita torería.

Completaban la terna Curro Díaz y Morenito de Aranda, toreros del gusto de la afición madrileña, que se contagiaron del arte de Mora. El primero tan sólo pudo dejar detalles de gusto en su primero. El toro que le correspondió fue un animal muy manso que se acabó muy pronto. Curro sólo ejecutó una tanda estimable con la diestra, porque en el resto de la faena uso demasiado el “pico” y presentó muy retrasada la muleta. En el 5º cambió la historia, ya que Curro expuso mucho más y se jugó los muslos al final del trasteo. Se cruzó mucho al pitón contrario logrando naturales que, a pesar de que no estuvieron ligados, fueron largos, templados y rematados en la cadera. El de Torrealta fue noble pero muy flojo, parado y descastado. Tras una gran estocada, Curro Díaz se hizo con una oreja.

Morenito de Aranda llegó a Las Ventas dispuesto a demostrar al público madrileño el concepto que atesora. Y lo consiguió en el 6º, el mejor del encierro. Este ejemplar además de nobleza si tuvo clase sobre todo por el pitón izquierdo. El de Aranda de Duero lo cuajó con la mano izquierda, con la mano importante. Hasta tres tandas de naturales de gran nivel consiguió Morenito. Fueron naturales profundos, templados y de mano baja, llevando cosido al toro en la franela. Al contrario que Curro Díaz, Morenito no remató con la espada la importante labor muletera que realizó. Tras un bajonazo cortó un apéndice, que por el error cometido en la suerte suprema, en otra situación no habría sido concedido. Ante su primero, un sobrero de Martín Lorca, el burgalés sólo pudo mostrar disposición en una faena que nunca llegó a interesar al respetable. El de Lorca tuvo una embestida descompuesta, no quiso humillar y, además de poca raza, tuvo poca clase.

En resumen, e ignorando si fue excesivo el número de trofeos concedidos, lo importante es que gracias a un torero hemos vuelto a sentir la magia y la emoción del toreo…Juan Mora ¡TORERO!, ¡TORERO! y ¡TORERO!


Alejandro Martínez Lorenzo

Foto: Iván de Andrés

viernes, 4 de junio de 2010

Crónica 3ª Feria del Aniversario 2010


EL PUDOR SE SOBREPUSO AL VALOR

Dos grandes toros de Victoriano del Río se fueron con las orejas al desolladero en la 3ª de la Feria del Aniversario. Ambos astados, lidiados en 4º y 5º lugar, estuvieron por encima de sus matadores y desarrollaron una gran clase, nobleza y humillación en la muleta. El que hizo 5º, de nombre Pudoroso, además, galopó y embistió con alegría y codicia. Sebastián Castella no pasó de valiente con un lote de triunfo y, tan sólo, cortó una oreja del 2º. Fundi y Perera se fueron de vacío.

La corrida de Victoriano del Río, también, ofreció toros con grandes posibilidades de triunfo. Tras una feria en la que el ganado se impuso al escalafón, la historia se volvió a repetir, ya que hasta tres buenos ejemplares sorteó la ganadería de Victoriano del Río. La divisa madrileña presentó un encierro de desigual presentación con dos toros más serios y cuajados (4º y 5º) y algún otro de menos remate y trapío. Los toros de Victoriano demostraron una nobleza infinita, destacando entre el conjunto los ejemplares lidiados en 2º, 4º y 5º lugar por su clase, humillación y recorrido. En el mismo encierro, sin embargo, saltaron al ruedo venteño varios astados que ofrecieron más dificultades, principalmente, por su flojedad.

El Fundi ofreció una pobre imagen en su tercera comparecencia en Madrid. Quiso, pero no pudo. Dispuesto, el diestro de Fuenlabrada no se terminó de confiar nunca con su lote y estuvo siempre muy al hilo. Su primero fue muy flojo y se defendió pegando cabezazos. José Pedro, andarín y sin recursos en la cara del astado, sufrió varios desarmes. Pero el 4º si fue un toro para apostar y cuajar de principio a fin. Empujó en el caballo el de Victoriano y llegó a la muleta con poder y transmisión. El castaño embistió con mucha nobleza y calidad a la franela de El Fundi, y todo lo quiso por abajo. Al final, el astado se vino un poco abajo y dejó de humillar, siendo más deslucido. De nuevo, Fundi se vio desbordado y, descaradamente fuera de cacho, intentó hilvanar varias tandas de muletazos que fueron protestadas por el respetable. Esperando a que se recupere y a pesar de la pobre imagen ofrecida por El Fundi esta feria, continuará gozando de todos mis respetos por la lucha y la honradez que han caracterizado toda su carrera.

Sebastián Castella fue el triunfador de la tarde tras cortar una oreja al primer toro de su lote. Pero, a pesar de tocar pelo, el francés, también, fue el perdedor del festejo ya que no acabó de cuajar a un lote de indiscutible puerta grande. El segundo de la tarde mostró mansedumbre en los primeros tercios, pero se vino arriba en banderillas y regaló a Castella embestidas humilladas y enclasadas. Sebastián anduvo muy valiente y dispuesto, y destacó ejecutando varios derechazos largos y con la mano baja. Antes, había comenzado la faena con varios pases cambiados por la espalda y un buen cambio de mano que hicieron vibrar a la plaza. Pero después se equivocó. No dejó distancia al toro, lo ahogó y faltaron en el trasteo series templadas y rotundas de cuatro o cinco muletazos. Tras una estocada desprendida, cortó una oreja. El mismo guión se repitió en el 5º, un gran toro de Victoriano del Río. Éste astado fue muy completo, a pesar de que no fue muy bravo en el caballo. Toro encastado y con muchísima nobleza, fijeza, clase y humillación, que galopó y embistió con codicia en el último tercio. Castella volvió a pegarse el arrimó, pero no cuajó al toro. Faltó darle distancia y llevarlo largo por abajo. No dibujó ninguna tanda de profundo trazo y el ejemplar se fue al desolladero con las orejas puestas. El público volvió a jalear la faena, pero tras fallar con el estoque, todo quedó en una ovación con saludos.

A Miguel Ángel Perera le correspondió el lote con menos opciones. El 3º fue un ejemplar absolutamente inválido con el que el extremeño, tan sólo, pudo justificarse y mostrar sus ganas. El 6º no fue un animal fácil. Aunque encastado, el toro tuvo una embestida más informal y llegaba a la jurisdicción del torero con la cara más suelta que sus hermanos. Eso sí, cuando se le enganchó respondió embistiendo humillado y con clase. Perera volvió a evidenciar el mal momento por el que atraviesa al no saber como plantear la faena. Con continuos enganchones, el torero no se acopló nunca a la embestida del toro y su actuación no llegó al tendido. Le faltó templanza y mando a la muleta de Perera en una tarde en la que fue silenciado.

El valor es un requisito indispensable para ser torero y Castella volvió a demostrar que lo tiene, pero, en ocasiones, no es suficiente, y el torero tiene la obligación de cuajar al toro que lo permite. Por lo tanto en el tercer festejo de la Feria del Aniversario el pudor de “Pudoroso” se impuso al valor de Castella.


Alejandro Martínez Lorenzo


Fotos: Iván de Andrés

miércoles, 2 de junio de 2010

Crónica 2ª Feria del Aniversario 2010


¿Y EL ARTE?


Se anunciaba la corrida del arte para la 2ª de la Feria del Aniversario, y el arte no se dejó ver en Las Ventas o, al menos, yo no lo vi, olí, sentí...
Terna de toreros "artistas" que no hicieron nada que no hubiésemos visto ya en las pasadas semanas.

La corrida de El Vellosino estuvo muy bien presentada, con ejemplares lustrosos, serios y bien hechos. Y, aunque no fue la mejor corrida de la feria, si saltaron al ruedo varios toros con muchas posibilidades. El tercero o el quinto fueron toros importantes, y el resto de la corrida, noble y mansita (aunque algunos empujaron en el caballo) dejaron estar, pero les faltó algo de transmisión y continuidad en las embestidas.

Juan Mora regresaba a Las Ventas en día de Feria. Y la verdad es que no fue su mejor tarde. Su actuación dejó patente las ganas del matador por gustar a una afición que le apoyó siempre, pero no terminó nunca de acoplarse a su lote y de manejar con brillanted los trastos. Con el primero de la tarde, Juan dejó detalles de pureza en algunos muletazos por bajo y en algún trincherazo, pero no terminó de apostar y de entender al toro. Éste, que no quería nada por arriba, derrotó en ocasiones con genio, pero se movió y cuando su matador lo enganchó metió bien la cara. Con el cuarto la historia se repitió. El toro, algo flojo, embistió con profundidad y humillación a la franela cuando se le hicieron las cosas bien. Desgraciadamente el torero extremeño no alargó la muleta como debía y se perdió en medio muletazos con enganchones y en infinidad de remates. Además, estuvo francamente mal con los aceros toda la tarde.

Javier Conde pegó un petardo monumental. El malagueño se mostró absolutamente incapaz con su lote. Sin confiarse nunca dejó escapar al mejor astado de la corrida. El quinto fue un toro que hizo cosas buenas desde que salió de chiqueros. Pero su matador, que en el primero de su lote había sido abroncado tras realizar un espectáculo vergonzoso con muleta y estoque, intuyendo el poder y la bravura del animal, dio órdenes para que lo abatiesen en el caballo. "Guasón" recibió cuatro duros puyazos y, aún así, llegó queriendo pelea a la faena de muleta. Era un toro para cuajarlo de principio a fin y Conde no lo hizo. Algo más digno que en el segundo, el torero de "arte" hizo uso del pico para ejecutar varias series sin bajar la mano, mandar en la embestida ni llevar largo al astado. Y si en su primero, el toro, mansito, se fue casi sin ver, en este si se percibieron las cualidades del toro de El Vellosino. Tras sus dos pitadas actuaciones, me sigo preguntando (al igual que el resto de aficionados) que méritos había hecho el señor Conde para volver a pisar el ruedo de Las Ventas.

Curro Díaz firmó lo más destacable del festejo. Pero no fue mucho. El linarense, que volvía a Las Ventas por cuarta vez en poco más de un mes, se volvió a encontrar con un buen lote. El tercero fue un toro que empujó en el caballo y que embistió humillado y con clase varias series. Curro, adorado y apoyado por los "entendidos", utilizó más el pico que el obrero que cava un socavón. Destacó en un par de tandas de gusto con la diestra. Pero el de Linares, que antes había toreado con templanza con el capote, no cuajó al toro y saludó una ovación. Con el sexto más de lo mismo: muchísmos remates de calidad pero ninguna serie de cuatro o cinco muletazos largos, de principio a fin. El toro que le correspondió en último lugar tuvo nobleza y bondad pero le faltó, como a la mayoría de sus hermanos, transmisión.
Tras cuatro tardes entre Ramos, San Isidro y el Aniversario, sinceramente creo que una única oreja es muy pobre balance para Curro Díaz, sobre todo cuando le han embestido un puñado de toros. Pero como es un torero de Madrid...

Y el arte, que presumiblemente iba hacer acto de presencia esta tarde en La Monumetal, parece que pasó de largo por la M-30 porque yo me acabé preguntando: ¿Y el arte?



Alejandro Martínez Lorenzo

martes, 1 de junio de 2010

Crónica 1ª Feria del Aniversario 2010


LA PESADILLA CONTINÚA


Comenzó la Feria del Aniversario de la misma forma que acabó San Isidro: con una tarde absolutamente insoportable. Pero si en la última de San Isidro al menos tuvo relevancia la gran bronca del respetable al conjunto de la feria, en la tarde de hoy no hubo ni eso. Fue una tarde auténticamente infumable tanto por el juego desrazado y soso del encierro de Valdefresno, como por las actuaciones de los tres toreros.

Se esperaba con interés la corrida del hierro salmantino de Valdefresno después de ver la buena corrida que lidió en la pasada Feria de Fallas, y después del buen juego ofrecido por ganaderías del mismo encaste esta recién finalizada Feria de San Isidro. Pero la corrida de Valdefresno tan sólo tuvo buena la presentación, y no la condición. Todos los toros estuvieron impecablemente presentados, pero dejaron mucho que desear respecto a su comportamiento. El denominador común de los astados fue la falta de raza. Tuvieron nobleza e incluso algunos humillaron y tuvieron buena condición. Pero estuvieron faltos de la transmisión y del empuje necesario para propiciar el triunfo en una plaza como Las Ventas.

Diego Urdiales se acartelaba hoy en una corrida no "torista". El riojano, siempre encasillado en las llamadas corridas "duras", tenía hoy la oportunidad el concepto que posee con una ganadería, a priori, de más lucimiento. En su primero destacó en dos series con la mano derecha templadas y de buen trazo, pero no acabó de redondear el trasteo porque toreó al hilo y sin terminar de bajar la mano a su oponente. El primero tuvo bondad y fijeza y regaló embestidas muy potables hasta que se paró. Tras pinchazo y estocada, Urdiales, fue silenciado. Con el cuarto de la tarde, Diego se pasó de faena. Muchos muletazos y nada relevante. Este ejemplar también colocaba bien la cara para embestir, pero no tuvo fijeza ni nada de raza. Faena de enganchones y de desconexión absoluta de los tendidos.

Rubén Pinar anduvo muy voluntarioso toda la tarde. El de Tobarra lanceó muy bien a su primero con el capote. Dejó varias verónicas de templadísimo trazo que fueron rematadas con una media. Con la muleta la historia fue distinta. El ejemplar que hizo segundo engañó a los aficionados que pensaron que iba a ser un buen toro. Su galope en banderillas hizo concebir unas esperanzas que rapidamente se esfumaron. El animal se puso muy gazapón y molesto en la muleta, y Pinar lo intentó con el público (sobre todo el 7) muy en su contra. Con su segundo lo volvió a intentar pero fue imposible. Su oponente no tuvo ni una pizca de casta ni de raza. Muy parado se lo pusó muy difícil al albaceteño que ejecutó un trasteo de larga duración que no interesó a nadie.

Completaba la terna el también manchego Miguel Tendero. El joven matador que prontó celebrará el primer aniversario de alternativa no lo podrá hacer tras haber triunfado en la plaza en la que la tomó. Su actuación, también, fue silenciada e incluso pitada, ya que, además, anduvo mal con los aceros. A él le correspondió el mejor lote. Dos toros que tuvieron algo más de vida y verdad en sus embestidas. El sexto fue el mejor toro de la corrida y Tendero no acabó de poner el punto necesario para que su labor cuajara en los tendidos. Toreó bien en varias series por ambas manos, bajando la mano y queriendo llevar largo al toro, pero su colocación fue recriminada en varias ocasiones. En su primero estuvo bien con el capote pero con la franela usó el pico ante un astado noble y con cierta calidad, pero al que, también, le faltó transmisión.

Esta semana volvemos a Las Ventas a celebrar el Aniversario de no se qué. Y aunque todos sabemos que esta feria es una continuación de San Isidro, esperemos que sólo lo sea sobre el papel, y no a efectos prácticos, es decir, una auténtica y soporífera pesadilla.



Alejandro Martínez Lorenzo


Foto: Cabrera

lunes, 24 de mayo de 2010

Crónica 18ª Feria de San Isidro 2010


CUADRI, UNA CORRIDA PARA EL RECUERDO


En la 18ª de la Feria de San Isidro se lidió una gran corrida de la ganadería de Herederos de Celestino Cuadri. Y frente al rotundo éxito ganadero, la terna, otro día más, volvió a dejar pasar la oportunidad y desaprovechó varios ejemplares de una notable nota.

Qué alegría da escribir una crónica en la que puedes felicitar a un ganadero honrado, trabajador, y buena persona. Hoy Fernando Cuadri ha triunfado por todo lo alto en Las Ventas. Tras la ausencia del año pasado y en un momento delicado para la divisa onubense, el ganadero deberá estar profundamente satisfecho del trabajo y el esfuerzo realizado porque el público asistente al 18º festejo de San Isidro ha sido testigo de una corrida completísima y de alta nota. La clase, la humillación o la nobleza, han sido algunas de las cualidades que han desarrollado los toros de Cuadri. Corrida honda, pesada y seria que desarrollo complicaciones en el tercio de banderillas, pero que en el último tercio se vino arriba.

Domingo López Chaves sorteó en primer lugar a un astado flojo, pero que embistió humillado, con clase y profundidad a la muleta del salmantino. Éste destacó en dos tandas por el pitón derecho y en algún natural suelto, pero no terminó de romperse con el toro y de poner la chispa que le faltaba al astado. Tras fallar con los aceros saludó una ovación. Con el 4º Domingo estuvo frío y no dio el paso adelante que requería la faena. El toro fue peor que sus hermanos por tener una embestida más desclasada y llevar la cara muy suelta. Su labor fue silenciada.

La actuación de Salvador Cortés dejó mucho que desear. El sevillano no terminó de confiarse en la cara de su lote y sus faenas se vieron muy deslucidas por continuos enganchones (culpa del torero). Además, hizo uso reiterado del pico. Su primero fue un animal muy tardo y parado, pero que cuando arrancaba regalaba embestidas enclasadas por abajo. Y su segundo, que hizo 5º, fue un gran toro. Al principio del trasteo embistió con transmisión y codicia a la franela de su matador. Al igual que sus hermanos de camada tuvo calidad y humilló. La única pega fue que solía salir con la cara un poco arriba. Cortés tuvo que descabellar varias a veces a sus toros y desperdició una oportunidad importante, por que el público le pitó tras la muerte del 5º.

Por su parte, David Mora puso voluntad y ganas, pero su labor tampoco estuvo a la altura del lote que le tocó en suerte. Tras la muerte de su primero escuchó unas palmas que deberían haber sido dos orejas. El 3º de la corrida, de nombre “Frijonero” fue el mejor ejemplar de la corrida. Toro importante que embistió con una clase excepcional, que humilló muchísimo y que regaló acometidas de gran largura y profundidad. Frente a este astado, Mora comenzó bien la faena, pero al no elegir bien los terrenos, no bajarle la mano al toro, y no dar el paso adelante necesario, el trasteo se vino abajo. Tan sólo dibujó buenos muletazos sueltos que supieron a poco. Antes había toreado bien con el capote. El que cerró plaza fue un animal muy noble pero, también, muy flojo. Protestado por su falta de fuerzas tuvo condiciones pero siempre acusó la falta de fortaleza. David Mora anduvo con este toro más centrado y ejecutó varias tandas templadas pero que no terminaron de calar en el tendido. Además, estuvo desastrosamente mal con la espada.

Otro día más el ganado estuvo por encima de la terna y la mayoría de los ejemplares de Cuadri se fueron al desolladero con las orejas puestas. Así que, felicitaciones a un gran ganadero y mejor aficionado: Don Fernando Cuadri.


Alejandro Martínez Lorenzo


Foto: Iván de Andrés

domingo, 23 de mayo de 2010

Crónica 17ª Feria de San Isidro 2010


DOS JINETES, A HOMBROS

Diego Ventura y, de nuevo, Leonardo Hernández consiguieron lo que hasta ahora no habían conseguido ninguno de los toreros de a pie que han actuado en la feria. En la 17ª de San Isidro ambos rejoneadores consiguieron abrir la puerta grande de la Monumental de Las Ventas. Ventura cortó una oreja en cada uno de sus toros y, por su parte, el joven Leonardo consiguió arrancar dos apéndices al que cerró plaza.

Tras muchos días de toreo a pie, llegaba el deseado y necesitado respiro para muchos de los aficionados habituales de San Isidro. Llegaban a Las Ventas, por segunda vez en la feria, los caballos, es decir, la corrida del arte del rejoneo. Con la plaza casi llena se lidiaron seis astados de la divisa de Flores Tassara que, en general, dieron mal juego por su acusada mansedumbre.
Todos los toros, a excepción de 5º y 6º, fueron auténticos mansos que desde el primer momento se aquerenciaban en tablas y no había un jinete que consiguiera sacarlos de allí. Parados y sin raza alguna, la corrida de la ganadería de procedencia Murube-Urquijo, dificultó mucho la actuación de los tres rejoneadores.

Diego Ventura tuvo una actuación destacada. El jinete portugués puso en pie los tendidos en varias ocasiones. Siempre clavando al estribo, puso mucha voluntad y el público lo agradeció. En su primero tuvo que llegarle mucho a la cara del toro ya que éste estaba muy parado. Tras clavar cuatro banderillas, colocó tres banderillas cortas en el morrillo del astado. Un rejón de muerte y un descabello precedieron a la concesión de la primera oreja de la tarde. Su segundo fue un toro que se movió algo más y Ventura, arriesgando mucho, volvió a obtener un trofeo pese a clavar muchas de las banderillas algo bajas.

El joven Leonardo Hernández, que sustituía al lesionado Álvaro Montes, también cuajó una gran tarde. Brilló a dos bandas y en arriesgados quiebros en la cara de los toros. En su primero, otro astado manso y parado, el jinete puso todo de su parte y encandiló a los tendidos en un carrusel clavando tres banderillas cortas al violín. Su fallo con el rejón de muerte le impidió tocar pelo. Pero se sacó la espina en su segundo. Con el sexto, el toro que más se movió aunque con la cara alta, cortó dos orejas tras dejar un rejón bajo pero muy efectivo. En este toro volvió a destacar clavando varias banderillas de frente y exponiendo mucho en la cara del astado. Pero la actuación de Hernández tuvo, además, una mayor dificultad ya que el joven jinete se sobrepuso a la cornada que sufrió uno de sus caballos, “Duque”, en el 3º de la tarde. La cornada fuerte pero limpia no dejó que Leonardo se viniera abajo.

Completaba el cartel Sergio Vegas que no rayó al mismo nivel que sus compañeros. Con una cuadra de inferior nivel, el vallisoletano anduvo dispuesto pero clavó, generalmente, a la grupa y tuvo varios errores técnicos. Saludo en sus dos toros y no brilló en demasía.


Alejandro Martínez Lorenzo


Fotos: Iván de Andrés

viernes, 21 de mayo de 2010

Crónica 15ª Feria de San Isidro 2010


BALTASAR, DE NUEVO, SUSPENDIDO

Hoy en la 15ª de San Isidro, Baltasar volvió a ser suspendido. Pero no me refiero al juez Garzón que días atrás fue suspendido por el Poder Judicial, me refiero a la corrida de Baltasar Ibán. Baltasar volvía a Las Ventas tras un año de ausencia, y volvió a suspender en su regreso, ya que tan sólo un toro, el 2º, tuvo posibilidades de triunfo. El resto de la corrida adoleció de mansedumbre y falta de casta.

A Serafín Marín le cayó en suerte el 2º de la tarde. Toro con un importante pitón izquierdo, humilló y tuvo una embestida enclasada por ese pitón. El catalán, que hizo el paseillo con senyera y barretina, trazó ante este astado varios naturales de largo y templado trazo por abajo. Pero la muleta de Marín fue enganchada después, la faena no terminó de tomar vuelo y todo quedó en una ovación con saludos. En el 5º poco o nada pudo hacer Serafín ya que el segundo de su lote no valió nada. Fue un animal muy descastado, que no tuvo nada de clase.

Eugenio de Mora saludó dos ovaciones tras la muerte de sus toros. Lo mejor de su actuación fueron las estocadas con las que tumbó a los de Ibán. Por lo demás, realizó dos trasteos en los que utilizó muchas veces el "pico" y en los que su muleta sufrió repetidos enganchones.

Luis Bolívar pasó de puntillas por San Isidro. Está claro que el colombiano no está atravesando su mejor momento, y eso se notó en su actitud y entrega. No se terminó de acoplar a las embestidas de sus toros, aunque destacó en la forma de presentarle la muleta al 6º del festejo. Se la dejó rastrera y muy puesta en la cara. Falló con el estoque y su paso por Madrid fue silenciado.

El Tribunal de aficionados de Las Ventas volvió a suspender a Baltasar. Esperemos que sea tan sólo provisionalmente (como el juez Garzón) aunque, visto lo visto los últimos años, parece que la medida será para largo.

PD: Tras varios días de paréntesis, volvieron las tardes de aburrimiento total a la Feria. Aunque...¿Qué se podía esperar de semejante cartel?


Alejandro Martínez Lorenzo



jueves, 20 de mayo de 2010

Crónica 14ª Feria de San Isidro 2010


VUELVE PERERA Y SE REAFIRMA TALAVANTE

Aunque la 14ª de San Isidro no acabó de romper y hoy tampoco se abrió la deseada puerta grande de Las Ventas, el festejo nos regaló varias alegrías. La primera, la recuperación de Miguel Ángel Perera tras su preocupante paso por la Feria de Abril de Sevilla. La segunda, la reafirmación del buen momento que atraviesa Alejandro Talavante. La tercera, que saltaron al ruedo hasta tres toros con posibilidades de Núñez del Cuvillo. Pero siempre hay alguna nota negativa, y en esta ocasión fue la penosa actuación del sustituto de Manzanares: Curro Díaz. Ojalá el festejo hubiera quedado finalmente en mano a mano y no hubiera entrado el de Linares, porque para lo que sirvió su presencia fue para desperdiciar al mejor toro de la corrida. Y, además, Curro sufrió una cornada en la mano cuando intentaba descabellar a su segundo.

Curro Díaz no se terminó de acoplar a un muy buen toro de Cuvillo que hizo 1º de la lidia a pie. Este astado tuvo calidad y nobleza, y embistió muy largo y por abajo la muleta del de Linares. Éste, siempre despegado, no entendió al toro y dejó que le enganchara la franela en repetidas ocasiones. Con el 4º su actuación no sólo no mejoró, sino que empeoró. Ante un toro que apuntó pero no rompió y que tuvo una embestida desclasada, el diestro estuvo sin recursos y decidió abreviar.

Miguel Ángel Perera cortó una oreja en su primero. El 2º de la tarde que se movió y también fue noble, se acabó pronto y la faena del extremeño, que iba por buen camino, no acabó de explotar. Voluntarioso y valiente, inició el trasteo con su habitual pase cambiado por la espalda y destacó en una serie en redondo con la mano derecha. Tras sufrir una espectacular voltereta sin consecuencias y matar de una estocada tendida, cortó un trofeo. El extremeño lo volvió a intentar en el 5º, pero esta vez no hubo suerte. El astado que tuvo mucha clase y humillación, fue un inválido que fue protestado y que se derrumbó en la faena de muleta. Perera, en un trasteo largo, se justificó y fue silenciado.

Por su parte, Alejandro Talavante dejó una grata impresión en su primera comparecencia en la feria. Tras su positivo paso por Sevilla y, sobre todo, Valencia, el extremeño basó su actuación en la mano izquierda. Y con esa mano izquierda consiguió varias tandas de naturales largos, templados y de mano baja en su primero. El 3º, que tuvo un gran pitón izquierdo, comenzó a defenderse a mitad de faena cabeceando levemente y provocando que la faena se viniera un poco abajo. Tras una estocada atravesada y petición de oreja, saludó una ovación. Ante el 6º, Talavante volvió a ejecutar algún natural de notable trazo y se gustó en varios remates por abajo, pero la deslucidez de su oponente no le permitió redondear su actuación.

El festejo lo abrió Joao Moura (Hijo) que, ante un manejable pero distraido ejemplar de Luis Terrón, anduvo voluntarioso y queriendo agradar pero casi siempre clavando a la grupa. Tras errar con el rejón de muerte, su actuación, que nunca llegó a calar en los tendidos, fue silenciada.


Alejandro Martínez Lorenzo


Foto: Cabrera

miércoles, 19 de mayo de 2010

Crónica 13ª Feria de San Isidro 2010


UN MAR DE BRAVURA EN EL PUERTO

Una gran corrida de El Puerto de San Lorenzo saltó al ruedo en la 13ª de San Isidro. Hasta cinco toros ofrecieron grandes posibilidades de triunfo, pero todos se fueron con las orejas puestas al desolladero. Y esto ocurrió porque la terna desperdició las cualidades de los toros salmantinos.

Uno a uno fueron saliendo de chiqueros los toros de El Puerto de San Lorenzo. De impecable presentación, todos los ejemplares salvo el flojísimo 5º pusieron en bandeja el triunfo para sus matadores. Y de los cinco toros buenos destacaron el 1º, el 2º, y el extraordinario 6º.

Manuel Jesús "El Cid" volvía a la que fue su plaza con la obligación de superar la mala racha que lleva atravesando durante más de un año. Y, de nuevo, no lo consiguió. Tuvo un lote de puerta grande: el 1º un toro que quiso todo por abajo (como toda la corrida) y que tuvo calidad. El diestro, siempre con la muleta retrasada y sin dar el paso adelante, desaprovechó al buen astado que enganchó en repetidas ocasiones la franela del sevillano. Con el 4º, otro gran toro que además de humillar muchísimo tuvo emoción e importancia en sus embestidas, "El Cid" tan sólo dejó dos naturales importantes. No acabó de templar al toro y su actuación fue silenciada.

Sebastián Castella, algo más dispuesto y con valor, tampoco terminó de rematar su tarde. El 5º, muy flojo, fue el peor del encierro y poco pudo hacer con él el francés. En cambio, se le fue el buen 2º. Con este ejemplar que tuvo calidad y recorrido, Castella dejó muletazos buenos pero no terminó de cuajar al toro porque se "montó" encima del astado y lo ahogó.
Pinchó en sus dos toros y su marcador, también, quedó a cero.

Rubén Pinar, al igual que sus compañeros, dejó mucho que desear. En su primero sorteó un animal que, a pesar de que tuvo calidad, fue más soso. Pero en el 6º no tuvo excusa. El albaceteño no acabó de acoplarse y de templar a un toro llamado "Cubilón" que fue extraordinario. Encastado y con clase, colocaba excepcionalmente siempre la cabeza para embestir por abajo la muleta de Pinar. Éste lo muleteó vulgarmente y desaprovechó un astado que tardará mucho en olvidar.

La historia se volvió a repetir en el decimotercer festejo de la Feria de San Isidro: Toros embistiendo y toreros desaprovechando la oportunidad. Y ya van tres días: primero fueron los modestos, ayer los novilleros y hoy las figuras.
Pero esta noche alguien dormirá profundamente satisfecho: Lorenzo Fraile navegará, en sueños, en un mar de bravura que romperá sus olas en un puerto salmantino, en El Puerto de San Lorenzo.


Alejandro Martínez Lorenzo


Foto: Cabrera

martes, 18 de mayo de 2010

Crónica 12ª Feria de San Isidro 2010


3 AVISOS 3

Los tres novilleros, junto con sus cuadrillas, actuantes en la 12ª de San Isidro fueron incapaces de lidiar y matar un encierro de Moreno Silva que tuvo novillos con dificultades pero que, también, sorteó varios novillos con posibilidades.

Los tres avisos en el toreo, además de significar la retirada a los corrales del astado al que no se haya dado muerte en diez minutos, simbolizan la incapacidad del torero de ganar la partida a su enemigo, el toro. En el 12º festejo del ciclo isidril todos los actuantes, a excepción del excepcional peón Domingo Navarro, se merecieron recibir los tres avisos del palco presidencial. Banderilleros, picadores y, por supuesto, los matadores se vieron desbordados por el encierro asaltillado de Moreno Silva.

La mayoría de los novillos fueron aplaudidos en el arrastre ya que el público rápidamente tomó partido por los astados. Pero no nos debemos equivocar. La novillada de Moreno Silva no fue tan buena como la del año pasado. Es verdad, que hubo toros como el 2º, 3º o 6º con posibilidades, pero no saltó al ruedo ningún novillo completo.

Paco Chaves escuchó los tres avisos en su primer toro. El novillo estuvo encastado, pero nunca humilló y fue muy deslucido ya que siempre salía distraído y con la cara arriba tras cada muletazo. El novillero extremeño, que había realizado un pésimo tercio de banderillas, lo toreó con vulgaridad y no ejecutó ningún muletazo con brillantez. Tras una estocada que hizo guardia y otra desprendida, erró con el descabello y escuchó los tres avisos. Con su segundo no mejoró la cosa. El 4º fue un animal mansísimo en el caballo que no hizo cosas feas, pero que al irse crudo arreó al novillero en banderillas y en la muleta. Paco Chaves evidenció falta de valor y muy poca responsabilidad y realizó una actitud bochornosa en todos los tercios. De nuevo, estuvo mal con la espada y tras la muerte del novillo fue abroncado. Además no cumplió con su responsabilidad de director de lidia.

Miguel Hidalgo sorteó en 2º lugar un novillo que fue noble y que se movió queriendo embestir, pero que tuvo el defecto de que nunca humilló. Con él, el granadino no se acabó de colocar bien y no le bajó la mano. El 5º fue el peor del encierro. Este utrero fue muy manso y se quedó muy corto desde el principio. Se le lidió fatal y desarrollo sentido algo que puso en un aprieto a Hidalgo. Éste, acobardado, fue incapaz de ponerle la muleta en la cara y tras intentar cazarlo con el acero, también escuchó los tres avisos.

Algo más digno estuvo Antonio Rosales. Le tocó en suerte el mejor lote, dos novillos que se dejaron y que fueron nobles. El 3º, además quiso coger la muleta siempre por abajo y tuvo cierta calidad. Rosales tampoco acabó de quedarse quieto y de correr la mano con templanza y por abajo. Su actuación no caló en los tendidos. Tampoco mató bien pero, al menos, no escuchó los temidos tres avisos.

Tras un espectáculo que, en muchos momentos, fue lamentable y vergonzoso cabe hacerse una pregunta: ¿Por qué se anuncian el la primera plaza del mundo tres novilleros que no están preparados para hacer frente a una novillada que previsiblemente, por su encaste, podía desarrollar una serie de dificultades? La empresa y los protagonistas deberían hacer una seria reflexión para que nunca más una novillada con picadores, en pleno San Isidro, se convierta en una vergonzosa capea.


Alejandro Martínez Lorenzo



Foto: Iván de Andrés

lunes, 17 de mayo de 2010

Crónica 11ª Feria de San Isidro 2010


CUANDO HAY TOROS...

Pues sí, hoy, por fin, hubo toros con posibilidades en la Monumental de Las Ventas. Si toda la presente Feria de San Isidro se estaba caracterizando por el escasísimo juego del ganado, hoy en la 11ª de San Isidro hubo cuatro toros, incluso cinco, de triunfo. Y para pesar de los aficionados, todos los ejemplares se fueron al desolladero con las orejas puestas. Fue una pena. Y más pena aún dio ver las actuaciones de los tres diestros que se anunciaban en cartel. Los tres perdieron la puerta grande o, al menos, tocar pelo. Y esto es más preocupante aún si los espadas que desaprovechan una corrida de triunfo, como la de Los Bayones, son tres toreros sin contratos y que sólo tienen una posibilidad al año de demostrar que quieren ser toreros.

Gabriel Picazo desaprovechó un lote de grandes posibilidades. Durante toda su actuación, hizo reiterado uso del pico, y siempre estuvo fuera de cacho. Dejó patente un concepto puro del toreo en un par de series por el pitón derecho a su primero, un astado que tuvo clase y que siempre acudió humillado a la muleta del madrileño. Además, cogió muy tarde la muleta con la zurda y la faena se vino abajo. Tras ser cogido sin consecuencias y dejar una estocada muy perpendicular, saludó una ovación. Con el cuarto, un remiendo de José Luis Pereda que tuvo recorrido y buena condición por ambos pitones, Picazo, de nuevo, estuvo descolocado y tan sólo ejecutó varios remates por debajo de templado trazo.
Emilio de Justo escuchó los tres avisos en su primer toro. El segundo de la tarde fue un ejemplar que tuvo emoción en las embestidas y fue noble. Con él, Emilio ejecutó varias tandas estimables de derechazos, pero que fueron de tres muletazos y el de pecho. Mucho menos de lo que el toro ofrecía. Tras pinchar en diez ocasiones y fallar otras tantas con el descabello escuchó los tres avisos. El quinto fue un toro con más complicaciones porque solía derrotar al final de los muletazos. Esta condición se acrecentó por la mala lidia a la que fue sometido. A pesar de esto, en la muleta, cuándo se le llevó templado y se le enganchó, el toro respondió regalando buenas embestidas por abajo. De Justo no se acopló con el astado y, éste enganchó en repetidas ocasiones la muleta del torero.

Nada pudo hacer Israel Lancho con su primero. El tercero de la tarde, otro remiendo de José Luis Pereda, fue el garbanzo negro de la corrida. Muy probón, se quedaba corto e iba a cazar al torero. Además no tuvo ninguna clase. El que si tuvo clase y duración fue el sexto del encierro, otro buen toro de Los Bayones que embistió con nobleza y humillación a la franela de Lancho. Éste no se acabó de encontrar a gusto y, muy cerrado en el tercio, terminó una faena en la que no realizó nada destacable. El toro, aburrido, acabó rajándose.

En definitiva, que cuando hay toreros, como algunos de los que han pisado el ruedo venteño a lo largo de la feria, no hay toros. Y cuándo hay toros, como hoy, no hay toreros.


Alejandro Martínez Lorenzo


Fotos: Cabrera

viernes, 14 de mayo de 2010

Crónica 8ª Feria de San Isidro 2010


UNA TARDE ACIAGA


Todo fue mal en la 8ª de San Isidro. Por un lado, una corrida bien presentada pero absolutamente descastada, deslucida y desclasada de Parladé. Y por otro, una tarde invernal en cuanto a lo metereológico. Nubes amenazantes y frío, mucho frío pasó el público que acabó contagiándose de tan soporífero espectáculo protestando por todo o, directamente, marchándose de la plaza.

Diego Urdiales dió esperanzas de realizar una buena labor en su primero al comenzar el trasteo gustándose en varias tandas por el pitón derecho. Pero solo fue un espejismo ya que, poco después, el toro se vino abajo. Con el cuarto el riojano realizó una faena muy larga pero que nunca caló en los tendidos por la poca clase en la embestida de su oponente que fue muy deslucido.
Matías Tejela estuvo muy metido en la tarde. Participó en sus turnos de quites y comenzó emocionantemente el trasteo a su primero. Doblándose por abajo consiguió ejecutar varios ayudados de gran belleza y templanza, pero solo tuvo interés el inicio. Con el quinto no pudo hacer absolutamente nada ante un verdadero marmolillo. Además, el público estuvo siempre muy frío con el de leganés.

José Manuel Más no pudo elegir peor tarde para convertirse en matador de toros. El toricantano vio silenciada su actuación ante un lote muy flojo que siempre se defendió y no ofreció posibilidades de triunfo.

La 8ª de San Isidro fue una tarde para olvidar de principio a fin, algo que les costará hacer a los audaces aficionados que hayan "pillao" una pulmonía por permanecer en la gélida piedra de la Monumental.


Alejandro Martínez Lorenzo


Foto: Cabrera

Crónica 7ª Feria de San Isidro 2010


UN CABALLERO ABRIÓ LA PUERTA GRANDE

Leonardo Hernández fue el triunfador de la séptima corrida de feria.El primer festejo de rejones de San Isidro fue un paréntesis entre todos los festejos de toreo a pie. Un paréntesis para la mayoría de abonados (que descansaron por un día) y un paréntesis para el aburrimiento que ha marcado la primera semana de la feria. Con la corrida de toreo a caballo y, especialmente, con la actuación del joven Leonardo volvió la alegría a los tendidos y se abrió la primera puerta grande del ciclo.

Leonardo Hernández reúne todas las cualidades para ser figura del rejoneo porque, además de practicar el toreo clásico, tiene la frescura y la ambición para conseguirlo. Eso sin contar con la fabulosa cuadra de equinos que posee. El jinete puso todo de su parte para triunfar y agradar al público que asistió a la corrida a pesar de la amenaza de lluvia y del frío. Destacó, sobre todo, a dos bandas y de citando de frente para, después, quebrar en la cara. Eso sí, le correspondió en suerte el mejor lote de una mansa y parada corrida de Luis Terrón.

Andy Cartagena clavó al estribo y destacó en las banderillas cortas, y cortó una oreja en su segundo. En el primero, el reiterado fallo con el rejón de muerte le imposibilitó conseguir otro apéndice.

Por su parte, el portugués Rui Fernandes tuvo una tarde con muchos altibajos y la mayoría de los railetes fueron clavados a la grupa.


Alejandro Martínez Lorenzo


Crónica 6ª Feria de San Isidro 2010


UN VALIENTE MEJICANO


Arturo Macías realizó lo más destacado, o mejor dicho, lo único destacable de la sexta corrida del ciclo isidril. El mejicano, aún falto de oficio y técnica, al menos mostró ganas de triunfar y mucho valor, algo que tal como se está desarrollando la feria es de agradecer.

Otra tarde más la corrida anunciada no había pasado el reconocimiento veterinario y los aficionados se esperaban lo peor de la siempre fallida corrida de Martelilla. Y esos presajios se cumplieron ya que, además de la falta de fuerza, casta y bravura, la corrida estuvo mal presentada. Varios ejemplares que saltaron al ruedo fueron fuertemente protestados por el respetable por impropios de la primera plaza del mundo. Terciados y sin remate los toros de Martelilla volvieron a defraudar en su comparecencia en Las Ventas. Ni el remiendo de Navalrosal ni el sobrero de Hnos. Domínguez Camacho mejoraron el aspecto ganadero. Uno por inválido y otro porque siempre calamocheó y tuvo un movimiento y una embestida desclasada.

Miguel Abellán y César Jiménez pasaron sin pena ni gloria por el ruedo venteño. Ambos lo intentaron justificándose pero sus faenas nunca llegaron a calar en el público.

La ambición y la voluntad que les faltó a éstos, le sobró al confirmante Macías que, a pesar del pobre juego de su lote, puso todo de su parte y el público lo agradeció brindándole una gran ovación a la muerte del último toro del festejo.


Alejandro Martínez Lorenzo



martes, 11 de mayo de 2010

Crónica 4ª Feria de San Isidro 2010


RAFAELAZO


Primer domingo de feria y, de nuevo, los toros que esperaban a ser lidiados en los chiqueros de Las Ventas no pertenecían a la misma ganadería. La siempre presente corrida de Dolores Aguirre no consiguió pasar completa el reconocimiento veterinario y fue remendada con un toro de Fernando Peña que fue lidiado en 5º lugar.

La corrida estuvo muy desigualmente presentada, con varios ejemplares terciados e inapropiados para la primera plaza del mundo. En cuánto a su jego, hubo de todo. En líneas generales fue mansa, pero eso sí, se movió y tuvo interés. El mejor lote cayó en las manos de un torero en estado de gracia: Rafaelillo. El murciano estuvo sensacional con dos toros distintos. Su primero, manso, tuvo muchas complicaciones y fue muy molesto porque llevaba la cara muy suelta y embestía pegando saltos. Pero delante tuvo a un tío que no dudó ni un momento. Siempre le puso la muleta en la cara y siempre lo llevó por abajo consiguiendo tandas muy logradas. Tras una estocada y petición mayoritaria el presidente le negó la oreja y dio una clamorosa vuelta al ruedo. El 4º fue el mejor del encierro. Pese a su mansedumbre, el toro se mantuvo en la pelea y embistió en emoción a la muleta del torero. La faena tuvo emoción e intensidad y Rafaelillo toreó templado y por abajo, incluso se "puso bonito" en algún remate por abajo. Tenía las dos orejas cortadas pero el fallo con el estoque hizo que todo quedara en una oreja. Pero una oreja de verdadero peso.

Como siempre, Fernando Cruz no tuvo suerte. El 2º fue imposible y el 5º, de Fernando Peña, tuvo mucha calidad pero nula transmisión.

Completaba la terna Joselillo. El vallisoletano no terminó de encontrarse a gusto con el complicado 3º. Y el 6º, desgraciadamente, le mandó a la enfermería con una cornada de 20 centímetros. Ese toro, otro manso, siempre fue a por el de luces.

Asi que cerca, muy cerca estuvo Rafaelillo de abrir la puerta grande en la 4ª de Feria. Y tal como estuvo el murciano más que Rafaelillo el que triunfó fue RAFAELAZO.



Alejandro Martínez Lorenzo

Crónica 5ª Feria de San Isidro 2010


DEL ÁLAMO VENCIÓ AL VIENT
O


Otra tarde más, el viento volvió a molestar en la Monumental de Las Ventas. Molestó tanto a cuadrillas como a matadores, y un único hombre se supo imponer y consiguió vencer el vendaval: Juan del Álamo. El novillero salmantino refrendó las buenas sensaciones que surgieron tras su debut en Madrid y mostró un concepto del toreo clásico, de mando y templanza. Asentado y sereno durante toda la tarde, desde el recibo a la verónica a su primero bajó los engaños y toreó con templanza. Y, pese al viento, consiguió realizar un importante trasteo al mejor novillo del impresentable encierro de Carmen Segovia. Este novillo tuvo calidad y, sobre todo, emoción en sus embestidas. Del Álamo siempre le puso la muleta en la cara, le bajó la mano y consiguió varias tandas de gran templanza y largura por ambos pitones. Tras una estocada tendida cortó una oreja de peso. Con el 5º tiró de oficio y se impuso al manso, bronco, y deslucido ejemplar de Carmen Segovia. Valiente hasta el final cobró una espectacular voltereta tras estoquear al novillo. Tras leve petición, saludó una gran ovación que reconoció el esfuerzo y la destacada actuación del joven salmantino.

El fuerte viento y el pobre juego del resto de la novillada fueron lo más destacado al margen de la gratísima imagen que ofreció del Álamo. Tomasito, aunque se llevó el peor lote y sufrió más que nadie las asperezas climatológicas, también evidenció la falta de rodaje y nunca se encontró a gusto manejando los trastos y en la cara de su lote. Y Miguel de Pablo, también falto de oficio, puso voluntad pero dejó escapar al otro novillo potable del encierro, el 6º. Este novillo de Torres Gallego fue manejable y siempre quiso embestir, pero el de Colmenar no se acabó de acoplar.

En definitiva, la tarde, además de para pasar frío, nos sirvió para apuntar un nombre, el nombre de un chaval que quiere ser torero: Juan del Álamo (y cuando se quiere ser torero de verdad se puede... hasta con el viento).



Alejandro Martínez Lorenzo

domingo, 9 de mayo de 2010

Crónica 3ª Feria de San Isidro 2010


UNA BOCANADA DE AIRE FRESCO

En la actualidad podemos disfrutar de una ramillete de toreros en gran momento, figuras presentes en todas las ferias que nos hacen disfrutar del buen toreo. Morante, Juli, Castella, Manzanares...son algunos de los espadas que están a la cabeza del escalafón. Pero en este momento se echa en falta la frescura, la proyección de chavales jóvenes que ilusionen de cara al futuro. Y este tarde, en Madrid, en otra tarde de sopor por el pobre juego del ganado, se ha vislumbrado la capacidad, y la proyección de un chaval de Getafe llamado Javier Cortés. Con el mejor lote ha mostrado en varias tandas el puro concepto del toreo que posee. Asentado y sereno en la tarde de su confirmación, con el flojo, pero noble y con calidad, 1º Javier ejecutó una destacada tanda por el pitón derecho e hizo degustar a la Monumental varios naturales de gran templanza y profundidad. Con el 6º, un ejemplar que embistió con casta y humillación en las primeras series, también dejó la impronta de su toreo. Pero el toro se rajó y, de nuevo, la faena se vino abajo. Como colofón a su destacada actuación, dejó un espadazo en todo lo alto y sufrió una espectacular voltereta sin consecuencias.

El resto de la corrida fue para olvidar. Tanto los restantes ejemplares de Antonio Bañuelos, como los remiendos de José Luis Osborne acusaron una gran mansedumbre, falta de casta y flojedad. Uceda Leal anduvo frío y aseado, y El Capea no tuvo opciones ante un lote absolutamente infumable.

En definitiva, aunque fue una tarde en la que no pasó casi nada, lo poco que pasó nos hace soñar y reflexionar a cerca de la proyección de un joven torero llamado Javier Cortés, un cortés caballero que refrescó, cual bocanada de aire fresco, la 3ª corrida de la Feria de San Isidro 2010.


Alejandro Martínez Lorenzo




Crónica 2ª Feria de San Isidro 2010

MANSEDUMBRE

Mansedumbre: palabra que nunca nos gustaría oír o leer como resultado de una corrida de toros, de toros bravos.

Pues desgraciadamente en la 2ª de San Isidro la palabra más utilizada fue esa, mansedumbre. La corrida de José Luis Pereda, bien presentada en líneas generales, adoleció de una falta de casta y de bravura insoportable. Los cuatro primeros astados, además de pecar de descastados y mansos, se agarraron al piso y se negaron a embestir. El 5º y el 6º, también mansitos, al menos se movieron. Eso sí, el 5º derrotando e intentando "cazar" al torero, y el 6º sólo duró un par de tandas.

En cuanto a la terna, el burgalés Morenito de Aranda y el bilbaíno Iván Fandiño ejecutaron lo mejor de la tarde. El primero, trazó varias tandas muy estimables a su segundo toro, en el que sufrió una espectacular voltereta. Anduvo dispuesto y dejó huellas del buen concepto del toreo que atesora. Mató de una estocada caída y, tras petición, el presidente le negó la oreja. Vuelta al ruedo.

Por su parte, Iván Fandiño dejó también patente el buen momento que atraviesa, sobre todo en dos tandas de naturales muy templados y de mano baja al toro que cerró la corrida. Éste animal se acabó rajando y la faena de Fandiño diluyendo.

Leandro poco pudo hacer con la pareja de marmolillos que le tocaron en suerte.
En definitiva, otra tarde de sopor (y van 2 de 2) a consecuencia del pobre juego del encierro.
Ojalá a lo largo de la feria no tengamos que volver a repetir la temida palabra...mansedumbre.

Alejandro Martínez Lorenzo



Crónica 1ª Feria de San Isidro 2010

8 DERECHAZOS 8

Poquito, muy poquito pasó en la 1ª de feria. Tarde de reencuentros y de aclope a las localidades que estarán ocupadas durante más de treinta tardes. Y es que la corrida de Salvador Domecq, muy desigual de presentación, no ofreció muchas posibilidades de triunfo para comenzar con buen pie la feria. Corrida, en líneas generales, muy floja y descastada. La mayoría de los ejemplares de la ganadería gaditana no tuvieron mal aire, fueron nobles, pero no tuvieron la transmisión y la casta necesaria para hacer vibrar la monumental de Las Ventas.

En cuanto a la terna, también pobre fue el balance. Tan sólo, Curro Díaz, en dos faenas muy templadas y de mucho gusto, puso algo de interés en el 4º toro del festejo. 8 derechazos 8, con sus respectivos pases de pecho fueron suficientes para dar un poco de calor a una tarde desangelada. Además de las dos series por la derecha, una buena estocada le permitió cortar el primer apéndice del ciclo isidril. Eso sí, todo el trasteo lo instrumentó el de linares con la mano derecha.

Juan Bautista estuvo como la tarde, fría y aburrida. No acabó de sentirse a gusto con ninguno de sus toros y se mostró perfilero y bastante desconfiado.

Por su parte, Eduardo Gallo que volvía a Madrid tras su paso por la Feria de la Comunidad, puso voluntad en algunos pasajes de su actuación, pero sin acabar de rematar. Al cinqueño sobrero de Navalrosal que hizo 6º, que embistío colocando muy bien la cara por el pitón derecho al inicio de la faena, no acabó de engancharlo y de llevarlo toreado y se pegó un arrimón que no vino a cuento porque sirvió para ahogar al astado y para enfadar al respetable.

En definitiva, esperemos que, como los buenos toros, la feria se vaya calentando y se venga arriba. Eso sí, mejor que sea en el caballo que ya en la segunda mitad de la faena. Porque si esto ocurre...vamos mal, muy mal.


Alejandro Martínez Lorenzo



miércoles, 17 de marzo de 2010

Crónica 6ª Feria de Fallas 2010 (16/03/10)


JULI, PURA PÓLVORA

Se respira ya en Valencia ambiente de fiesta, se deja sentir la alegría entre los valencianos, el fuego, llegará dentro de unas jornadas, pero lo que, de verdad, se respira en Valencia es pólvora quemada. Y no sólo en las calles pudimos sentir la explosión de la pólvora al contactar con el fuego, ya que, esta tarde, en el coso de la calle Xátiva pudimos sentir una explosión de toreo con nombre propio, Julián López “El Juli”.

Se llenó la plaza para presenciar uno de los acontecimientos taurinos más destacados de la presente Feria de Fallas y, aunque, sí defraudaron los toros, no lo hicieron los toreros. Dos auténticas figuras del toreo se medían en el ruedo para conmemorar el XX Aniversario de la alternativa del último gran ídolo valenciano, Enrique Ponce. Y esas dos leyendas del toreo respondieron a la expectación como mejor saben, toreando.

Toreó Ponce suave al 1º, un animal de Zalduendo que se paró muy pronto y que no dio posibilidades de triunfo al valenciano por su poca casta y transmisión. En el 3º, Enrique, ante un ejemplar muy bien hecho que mostró cualidades en los primeros tercios, embistiendo con clase y humillación, pero que sólo duró dos tandas, ejecutó un trasteo limpio y elegante, en el que consiguió instrumentar varias tandas templadas y de mano baja que, tras una buena estocada, le valieron una oreja. Pero lo más destacado de la actuación del maestro de Chiva llegó en el 5º: fue toda una lección magistral. El toro, peligroso, gazapón, y sin fijeza, parecía imposible, pero, como ya sabemos, no hay nada imposible para Ponce. Lo intentó por el pitón derecho, pero el feo ejemplar de Zalduendo sólo embestía pegando cabezazos y queriendo coger. Por el izquierdo, tampoco, cabía concebir esperanzas, pero a base de ponérsela en la cara, de exponer y de llevar muy templada la muleta, El Maestro consiguió lo que hubiera sido imposible para los demás, torear extraordinariamente bien al natural. Tandas de mano baja, largas y templadas por el pitón izquierdo valieron una nueva puerta grande en su plaza, pero, esta vez, la espada no entró (por la dificultad de entrar a matar por el pitón por el que el astado no tenía un pase, el derecho).

Pero el premio fue lo de menos. La clamorosa ovación con la que el público valenciano despidió a su torero resumió la Gran tarde del Gran Ponce.

Y la tarde que, presumiblemente, pertenecía a Ponce, finalmente fue de un torero que estuvo cumbre en Valencia, “El Juli”. ¡Qué forma de torear!, ¡qué forma de matar a los toros!, la tarde del Juli tardará mucho en olvidarse.

Con el 2º, un toro que tuvo transmisión y que respondió bien a los toques del madrileño, estuvo soberbio. Primero con el capote, después con la muleta. Faena de mando, de poderío, exprimiendo al toro, al que había que llevar muy cosido a la muleta, ya que no fue tan bueno como pareció en las manos de Julián. Tras realizar la suerte suprema con extremada suavidad, dejó un espectacular espadazo. Dos orejas de ley.

Y la misma espada que le dio el triunfo en su primero, se la quitó en su segundo. Porque el trasteo al 4º de la tarde, también, fue de premio. Todo lo hizo “El Juli” ante un descastado animal, al que sometió por abajo en varias tandas por ambos pitones. Intentó matar recibiendo, pero, al fallar, se esfumó el premio.

Pero la plenitud llegó en el 6º. Éste fue el toro de mejor juego de la corrida de Zalduendo, encierro que sorteó varios ejemplares impresentables para una plaza de primera, y que no dio el juego esperado. Con él, Julián estuvo inmenso, tanto con el capote, como con la muleta. Con la seda se inventó un brillante quite por lopecinas, que remató con una larga cambiada de rodillas, y una larga cordobesa. Con la franela compuso una faena rotunda y maciza, que realizó con el compás muy abierto y, absolutamente, entregado. Tandas por abajo, de extraordinarios derechazos y naturales, enganchando al toro desde el principio hasta el final. Con valor y garra cuajó a un toro que embistió con emoción, sobre todo por el pitón derecho. De nuevo, otro espadazo de bandera, con el que el de Zalduendo rodó en 12 segundos exactos. Y, de nuevo, dos orejas. En total, cuatro.

Ante una gran expectación, una tarde muy emotiva y especial, y una mala corrida, dos figurones del toreo se crecieron e hicieron degustar, que no padecer, el aroma a pólvora, pólvora quemada tras la primera explosión de las Fallas (taurinas).



Alejandro Martínez Lorenzo



Foto: Manolo Moreno

domingo, 28 de febrero de 2010

YIYO, RECUERDO DE UNA TAUROMAQUIA DE ESCUELA

VIII Semana Taurina de San Sebastián de los Reyes

4º Coloquio (Jueves 11 de febrero de 2010)


YIYO”, RECUERDO DE UNA TAUROMAQUIA DE ESCUELA.


El pasado jueves, día 11 de febrero, tuvo lugar en los salones multiusos de la plaza de toros de San Sebastián de los Reyes el cuarto coloquio de la VIII Semana Taurina de la localidad madrileña. El cartel de “No hay billetes” en la sala presagiaba un cartel de excepción. Los matadores de toros Jose Miguel Arroyo “Joselito”, Jose Pedro Prados “El Fundi”, Jose Luis Bote, Andrés Caballero, y el periodista Alfonso de Santiago conformaban el cartel de lujo en homenaje a José Cubero “Yiyo”. El próximo 30 de septiembre se cumplirán 25 años de la trágica muerte del diestro madrileño en la plaza de toros de Colmenar Viejo, y la Peña Taurina Real quiso recordar la figura del malogrado matador invitando a los que mejor le conocieron. Sus compañeros y amigos de la Escuela de Tauromaquia de Madrid quisieron rememorar los valores inculcados en la Escuela “Marcial Lalanda”de Madrid, de la cuál fue máximo exponente “Yiyo”.

José Cubero “Yiyo” fue un gran torero, al que hay que tener siempre en el recuerdo, porque consiguió ser lo que muchos no llegaron a ser, y además en muy poco tiempo: figura del toreo. Lo hizo con tan sólo 21 años y en una brevísima, pero brillante, carrera. Fue uno de los llamados “Príncipes del Toreo” durante los primero años de la década de 1980. Y “Yiyo” no sólo aportó valor y magisterio al toreo, sino, también, la verdad intrínseca de este arte: la muerte.

“Joselito” lo recuerda como un amigo y, sobre todo, como un Dios de la Tauromaquia. Una figura sin precedentes que hubiera mandado, indiscutiblemente, en el toreo si no hubiese ocurrido la tragedia de Colmenar. Para él fue una persona muy cercana y cariñosa, que le ayudó a darse cuenta que el milagro de convertirse en figura del toreo se podía conseguir, pero, también, le hizo plantearse si merecía la pena el día de su trágica muerte.

“El Fundi”, por su parte, tiene el recuerdo de un gran torero que poseía algo distinto, peculiar, que le permitió ser, junto a un entrenamiento continuo, figura del toreo. Él no compartió clases con “Yiyo” en la escuela taurina de Madrid, pero le conoció timidamente en alguna ocasión, en la que le transmitió, al igual que a “Joselito”, una gran cercanía y bondad.

Emocionado, Jose Luis Bote recordó a “Yiyo” con infinidad de anécdotas personales, ya que compartió con él gran parte de su juventud. Recapituló un gran número de anécdotas en la Escuela de Tauromaquia de la capital, entre ellas, las novatadas que realizaba a los alumnos más jóvenes de la escuela. Al mismo tiempo, mencionó diferentes faenas y actuaciones destacadas en la carrera de “Yiyo”. También lo recuerda como una persona muy bromista que siempre daba ánimos a las personas de su entorno. Fue para él “duro, sincero, y transparente en lo personal, y con una capacidad sin límites en lo profesional”.

Como torero, todos destacaron de “Yiyo”, no sólo su poder, raza, y ambición, sino, también, su clase y gusto al torear. Según ellos, Jose Mª Manzanares (padre) fue el espejo en el que se miró José, tanto en su concepto del toreo, como en sus trajes de torear. Torero profundo, también destacó por su variedad con el capote.

“Joselito”, “Fundi”, “Bote”, y Andrés Caballero, además, mencionaron el alto grado de exigencia, por parte de público y empresas, al que se vio sometido “Yiyo” durante su última etapa, especialmente en Madrid.

Y como anécdota polémica del coloquio, “Joselito” reivindicó el nombre de José Cubero “Yiyo” para la Escuela de Tauromaquia de Madrid, por ser el máximo exponente de los valores inculcados en esta institución.