LAS FIGURAS DE LA NOVILLERÍA
Tampoco los novilleros consiguen destacar en una tarde en la
que hubo novillos de triunfo que se fueron con las orejas intactas al
desolladero. Volteretas sin consecuencias para Sergio Flores, Javier Jiménez y
Fernando Adrián.
Hoy
en día también el escalafón novilleril tiene figuras. Son los novilleros que
más veces torean, los que tienen cierto ambiente y en un inicio (algunos)
demostraron poseer condiciones. Lo malo es que están en figuras en todos los
sentidos y en el amplio sentido de la palabra. No sólo son figuras por lo
anteriormente citado, sino también porque vienen con las mismas ventajas y
recursos que tienen los matadores que encabezan el escalafón superior. Y claro,
después de largas trayectorias y metas conseguidas, es comprensible que los de
arriba se intenten aliviar, porque siempre lo han hecho. Lo que no es tan normal,
sino todo lo contrario, muy preocupante, es que los chavales que empiezan en la
difícil carrera de matador de toros, salgan de las escuelas con todas las
ventajas habidas y por haber. ¿Dónde está la frescura, la ambición y el valor
sin límites de los novilleros de antaño? Pues parece que en el pasado, en la Historia. Pero aunque parezca
que sí, la gente, el aficionado, no olvida y sabe reconocer perfectamente a los
chavales que llegan a Madrid a jugársela de verdad.
Tampoco
las novilladas pasan completas este año en San Isidro. Lo que ocurre por las
mañanas en los corrales clama al cielo, pero estamos acostumbrándonos
peligrosamente a esta cuestión y ya parece hasta normal. La verdad es que no lo
es, ni mucho menos. Del encierro previsto de Fuente Ymbro sólo pasaron cuatro
y, de esos, dos podrían haberse quedado también en los corrales porque no
tuvieron la presencia exigible para Madrid (primero y tercero). Para remendar
la novillada, se aprobaron otros dos de Navalrosal que salieron en quinto y
sexto lugar. Pero al final tampoco se llegaron a lidiar los cuatro de Ricardo
Gallardo, ya que el cuarto, el más bonito y de mejor estampa, se lesionó en los
primeros tercios y fue mandado de vuelta a los corrales. En su lugar salió un
sobrero de Juan Antonio Ruíz Román, cuajado y cómodo por delante, que tuvo
mucha nobleza pero al que le faltó emplearse más y algo más de clase para
transmitir. Se movió bastante pero siempre con la cara a media altura. Sergio
Flores comenzó bien la faena, a pies juntos. Después anduvo valentón,
dispuesto, pero la mayoría de veces mal colocado y sin llegar a conseguir el
acople con su oponente. En una de las embestidas, el animal lo prendió muy
feamente por el pecho sin consecuencias. Templado con el capote, sólo logró
algún muletazo suelto estimable. Con la espada, al igual que en su primero, no
anduvo fino. El que abrió plaza fue un ejemplar del hierro titular muy
interesante y encastado. Tuvo mucha prontitud y fijeza y el único pero fue que
no le sobró la clase. El mexicano instrumentó una labor irregular, con muchos
altibajos y en la que se repitieron en demasía los enganchones y desarmes.
Aunque abusó siempre de la pierna retrasada, no perdió pasos y se quedó
bastante quieto. Mejor al natural, con más templanza. El final, muy poco
original, por manoletinas.
Valor
demostró Javier Jiménez en su comparecencia en Las Ventas. Él también abusó de
las ventajas y del cite con el pico. También tuvo interés el segundo, que se
movió pero que tuvo el defecto de que en el tercer muletazo soltaba la cara
derrotando con violencia. Esto provocó que no hubiera continuidad en el
lucimiento. Jiménez no mandó en la embestida en ningún momento y su trasteo no
llegó al tendido. También él fue cogido de forma aparatosa pero sin
consecuencias. Y saltó al ruedo el quinto, uno de los remiendos de Navalrosal,
y al de Espartinas se le fue con las orejas intactas. Gran par de banderillas
de José Luis López “Lipi”, que se desmonteró. En el último tercio el astado de
Navalrosal mostró infinidad de virtudes y muy pocas carencias. Noble hasta el
extremo, con clase y mucha humillación, duró bastante y después de las decenas
de muletazos que se le suministraron, el novillo se vino abajo y antes incluso
de que lo pudieran matar, se echó. No fue un bonito final pero fue un notable
animal. Tardó mucho en llegar el acople y el mando al toro, pero Javier Jiménez
lo consiguió en una muy buena serie con la diestra en la que sobresalieron un
par de redondos fantásticos. Hay sí que bajó la mano y condujo al toro con
mucho mando. Lo demás, no tuvo relevancia.
El
tercero en discordia era Fernando Adrián, uno de los novilleros líderes desde
la pasada temporada. Y Adrián demostró ser figura pero en los adornos, en
intentar hacerlo todo bonito y en enseñar que posee un buen concepto del toreo.
Otra historia fue la forma de torear y la pureza. Prácticamente en ningún
momento anduvo cruzado ni intentando recoger el viaje de sus enemigos y no
despedirlos. El tercero fue un astado muy complicado que se quedaba debajo en
cada muletazo y que iba descaradamente a hacer presa. También tienen su lidia
estos toros: doblándose con ellos por abajo, rompiéndoles, macheteándoles…pero
parece que esto no se enseña en las escuelas de tauromaquia. El madrileño
estuvo a merced del peligroso ejemplar de Ricardo Gallardo y al no saber como
meterle mano, abrevió y se fue a por la espada. Muy distinto fue el último, muy
noble y de buena condición pero flojo y sin nada de transmisión. El de la Escuela del Juli,
templado, terminó con el arrimón fácil cuando el utrero estaba prácticamente
muerto.
Yo
estuve en los tendidos y lo que me llamó la atención fue un nombre repetido en
muchas ocasiones: Gonzalo Caballero. Los aficionados no se olvidan de su
importante actuación y le ponen como ejemplo de lo que debe ser y lo que
desgraciadamente, hoy, no fue.
16ª
Feria de San Isidro. Las Ventas. Con tres cuartos de entrada, se lidiaron 3
novillos de Fuente Ymbro,
desiguales de presentación con alguno mal presentado, 1 de Juan Antonio Ruíz Román (4º bis) y 2
de Navalrosal (5º y 6º), correctos
de presentación. 1º bueno y encastado; 2º interesante con alguna
complicación; 3º complicado y peligroso; 4º noble, se empleó poco; 5º muy
bueno y completo aunque venido a menos; 6º noble pero muy flojo.
Sergio Flores: saludos y silencio tras aviso
Javier Jiménez: saludos y silencio
Fernando Adrián: división al saludar y silencio
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