¡BENDITA ILUSIÓN!
El novillero manchego Gómez del Pilar corta una oreja y
pierde la puerta grande con la espada. Impacta su voluntad, entrega y concepto
ante un gran lote de Guadaira. Damián Castaño deja detalles sin terminar de
redondear y Alberto Durán no tiene su tarde.
Entrega,
arrojo, disposición, voluntad, valor…todas estas palabras resumen la actuación
del torero que más cerca ha estado de abrir la puerta grande esta Feria de San
Isidro. Gómez del Pilar perdió con el estoque una puerta grande segura y ganada
a ley. Si llega a matar de forma correcta y a la primera, estaríamos hablando
seguramente de tres orejas en una tarde redonda del joven diestro toledano. Es
verdad que le sonrío la suerte más que nunca con un lote sencillamente
perfecto, pero también lo es que desde el principio y hasta el final, Gómez del
Pilar encandiló y convenció a la afición madrileña con su entrega sin límites,
su gran variedad y, también su buen concepto del toreo.
Por
fin, por fin llegó alguien a Las Ventas con la mentalidad de dejarse la piel,
de dar todo lo que llevara dentro. Hacía falta al aburrido y tedioso ciclo
isidril un chaval con estas ganas y actitud. Se le podrán criticar cosas y es
verdad que tiene que pulir detalles, pero debe tener todo el reconocimiento ya
que está empezando y hasta hora lo ha dado todo. En momentos anduvo demasiado
acelerado, arrebatado por las ganas, pero estos son fallos normales e incluso
que se agradecen dentro de los novilleros. Acostumbrados a tantos y tantos
chavales que llegan como figuras del toreo, sin frescura y sin decir nada,
Gómez del Pilar llegó para abrir la puerta grande y nada más. Y lo mejor es que
ya han sido dos los novilleros que han despuntado esta feria. Ya son dos los
nombres que nos hacen ilusionarnos y mantener la esperanza en que hay futuro en
el escalafón.
Gómez
del Pilar mostró muy pronto que venía a por todas. Se fue a recibir a su
primero (también lo haría en el quinto) a portagayola, un novillo muy bonito y
bien presentado de Guadaira. Después llegaron los quites de la mano del propio
matador, que lo hizo por vistosas serpentinas, y también de Damián Castaño que
eligió las tafalleras. Se fue de largo al caballo el utrero, pero después no
empujó y salió suelto. Brindó al público el de Illescas y comenzó de rodillas
su trasteo. Muy pronto se adivinaron las grandes posibilidades de “Pintor”, que
finalmente fue un ejemplar excelente. Mansito pero encastado y de gran
condición. Reunió muchísimas virtudes en su embestida, como la clase, la
humillación, el recorrido y la incansable repetición. Y todo ello con un galope
alegre que provocó una gran transmisión en los tendidos. Muy bien el novillo y
muy bien el novillero. A este trasteo le faltó mayor rotundidad y las ganas le
jugaron por momentos malas pasadas impidiendo que templara más a su oponente.
Lo mejor llegó al natural. Corrió muy bien la muleta con la zurda y firmó
muletazos realmente estimables. Anduvo también inteligente dando distancia y
tiempo al gran astado que tenía delante. Mal con la espada pinchó en varias
ocasiones y perdió el trofeo que había ganado con fuerza. Gran ovación con
saludos. Pero el premio gordo aún estaba por llegar y, de nuevo, perderse en el
camino. Dos orejas tenía cortadas al quinto, un ejemplar de infinita clase y
nobleza que anduvo muy justo de fuerzas. Una pena la poca fortaleza del animal
(que se llegó a echar) porque tenía una condición fantástica. De nuevo lo
recibió en la puerta de toriles y, de nuevo, anduvo muy variado y vistoso con
el percal, incluso galleando para colocar al astado en el caballo. Gran tercio
de banderillas el protagonizado por el tercero de la cuadrilla Fernando
Sánchez, que saludó una fuerte ovación junto a su compañero que bregó. Y en la
muleta ante este quinto llegaron los mejores momentos de la tarde. Fueron
varias las series por ambas manos que tuvieron una gran profundidad, templanza
y largura. Incluso más notables fueron los muletazos sobre el pitón izquierdo.
Uno de los pocos peros que se le pueden poner al conjunto de su labor muletera
fue que, a veces, instrumentó un toreo periférico en el que faltó mayor acople.
Pero, en general, no fue así y la colocación también fue aceptable. También le
diría que cerrara un poquito más el compás, pero eso ya es cuestión de gustos y
conceptos. De nuevo pinchó en la primera ocasión y dejó una estocada caída a la
segunda. Oreja mayoritaria que supo a poco sobre todo teniendo en cuenta que la
puerta grande estuvo en todo momento en su mano.
Sus
dos compañeros no alcanzaron el nivel del gran triunfador aunque, bien es
verdad, que no fueron tan afortunados en el sorteo. El lote más complicado se
lo llevó el zamorano Alberto Durán que llegaba con expectación después de la
buena imagen ofrecida antes de feria. Durán se enfrentó a un lote al que le
faltó mucha clase y recorrido. Se quedaron muy cortos ambos, reponiendo mucho e
incomodando al torero. Nunca se llegó a sentir a gusto ni confiado Alberto
Durán. Por su parte, el salmantino Damián Castaño dio muestras de poseer un
buen concepto del toreo, muy clásico y castellano. También bajó mucho la mano a
su lote y mostró también voluntad. En ocasiones se le vio ligeramente podido
por la presión y su lote tampoco fue para tirar cohetes. Ambos novillos se
movieron, el primero echando la cara arriba al final de los muletazos y el
segundo con falta de transmisión y clase. Los numerosos enganchones que sufrió
en su primero enfriaron la faena. Lo mejor lo consiguió con la mano izquierda.
Interesante chaval que habrá que esperar.
En
resumen, la tarde tuvo un nombre: Gómez del Pilar. Y lo más importante y
gratificante de su actuación fue la ilusión, la bendita ilusión que derrochó
este joven novillero de tierras manchegas. La ilusión de querer ser torero.
19ª
Feria de San Isidro. Las Ventas. Con algo menos de tres cuartos de entrada,
se lidiaron 6 novillos de Guadaira,
bien presentados y de juego desigual aunque con mucho interés. Se movió todo
el encierro con ejemplares con más clase que otros. Sobresalió el gran lote
de Gómez del Pilar (2º y 5º).
Alberto Durán: palmas y silencio
Gómez del Pilar: gran ovación con saludos y oreja
Damián Castaño: silencio en ambos
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