LO QUE MAL EMPIEZA…
Otra tarde más en la que pasaron muy pocas cosas en Las
Ventas. Corrida bonita y noble de Torrestrella, que sorteó dos buenos toros,
pero que no terminó de romper. Tejela firma lo más destacado y se queda cerca
de la oreja, mientras que sus compañeros no tienen su tarde.
Ya
comenzó torcida la décima de San Isidro con fuerte lluvia en las horas previas
a la corrida y con un cielo negro y amenazante que hacía presagiar lo peor.
Después, ya con el festejo a punto de comenzar, incluso cayó abundante granizo
en el coso de la Calle Alcalá.
A pesar de eso, de la bajada en las temperaturas y de ser un cartel nada
atractivo, la plaza se volvió a llenar. Eso sí, los tendidos de Las Ventas
parecieron llenarse de pocos habituales y muchos amigos y extranjeros. Después
de más de una semana, los abonados necesitaban un descanso. La tarde no se
presentaba como buena y al final no lo fue.
Regresaba
a Madrid la legendaria ganadería de Torrestrella después de muchos años de
ausencia. La corrida del hierro gaditano fue bonita de hechuras y tuvo seriedad
por delante, aunque no fue nada exagerada. Algún astado muy justito como el feo
y alto quinto y otros de preciosa estampa como el sardo que cerró plaza. El
encierro de Álvaro Domecq tuvo mucha nobleza y, en general, la mayoría de
ejemplares lidiados tuvieron también buena condición, pero a la corrida le
faltó un punto de casta y transmisión para llegar con emoción al último tercio.
La mayoría se vinieron pronto abajo, les faltó el empuje necesario para permitir
el triunfo y el disfrute en una plaza como la de Madrid. De todas formas, al
ruedo venteño saltaron hasta dos animales muy interesantes como los lidiados en
segundo y sexto lugar. El cartel no era para tirar cohetes y al final no sólo
los toros tuvieron la culpa de que pasaran poquitas cosas, también los de luces
tuvieron parte de culpa.
El
único que se salvó fue el madrileño Matías Tejela al que se vio más dispuesto y
centrado que otras tardes. El de Alcalá de Henares pareció meterse desde el
principio en la corrida y a la postre fue el único que consiguió algún momento
de lucimiento. Templado y buen recibo a la verónica el que instrumentó a la
salida de su primero, el segundo burraco del festejo. Después del estimable
recibo capotero, Tejela improvisó y llevó galleando y con originalidad al
astado al caballo. Fue de largo el de Torrestrella, con alegría, aunque después
no empujó lo suficiente y se desentendió. Prometía la faena de muleta por el
buen comienzo de los dos protagonistas: torero y toro. El de la divisa azul y
oro tuvo un gran comienzo galopando con alegría y transmisión y poseyendo
virtudes tan importantes como la nobleza, la clase y el recorrido. Además
humilló. Matías anduvo bastante templado y consiguió varios muletazos largos,
de notable trazo y mano baja. El error fue no administrar mejor la buena
condición de su oponente y exigirle demasiado desde el principio. Necesitaba
más sitio y aire el de Torrestrella, pero Matías Tejela, guiado por la ilusión,
no se lo dio. Como consecuencia, el toro se vino muy a menos y con él, la
faena. Tras buena estocada, hubo petición pero el presidente no la consideró
mayoritaria. Vuelta al ruedo. El quinto no gustó de salida. Ese castaño que
completaba el lote de Tejela no debió ser aprobado por la mañana, no sólo por
ser feo y no tener el trapío suficiente, sino por romper el ritmo de
presentación que llevaba la corrida. Se movió en los primeros tercios el toro,
pero mostró flojedad y luego en la muleta no tuvo la clase que sus hermanos.
Matías no pudo redondear su tarde, aunque al menos, en esta ocasión, si se
justificó.
Juan
Bautista fue el encargado de abrir cartel y el francés no estuvo ni mal ni
bien. Aseado, pero discreto; limpio, pero frío…el de Arles no dio el paso
necesario que exige Madrid y la feria más importante del mundo. El serio
primero, otro burraco muy en el tipo, fue noble y acudió a los toques, pero en
la muleta se quedó muy agarrado al piso y anduvo muy justo de transmisión.
Además su embestida no terminaba de ser lucida pues salía con la cara arriba. El
cuarto también se quedó a mitad de camino y no terminó de romper ni desplazarse
hacia delante. Bautista, de nuevo, discreto.
Completaba
el cartel internacional (un francés, un español y un mexicano) El Payo que
tardará tiempo en olvidar su paso por este San Isidro y no precisamente por
nada bueno. Al mexicano le vino muy grande su compromiso con la plaza más
importante del mundo, le pesó mucho la tarde y en sus dos turnos recibió
fuertes pitos. Desconfiado, sin estar nunca a gusto ni saber como resolver el
compromiso, Octavio García empezó mal y acabó peor. Y si mal anduvo con capote
y muleta, aún más desastroso fue el uso que hizo del estoque. Su primero
también fue noble y enclasado, pero flojito y sin terminar de llegar a los
tendidos. En cambio, el precioso sardo que cerró plaza si que tuvo mucho que
torear y posibilidades. Embistió con buen tranco el de Torrestrella, pero fue
desperdiciado y no tuvo suerte en las manos en las que cayó. Una pena lo de
este joven chaval que ilusionó a muchos, en esta misma plaza, de novillero.
10ª
San Isidro. Las Ventas. Con casi lleno en los tendidos, se lidiaron 6 toros
de Torrestrella, bonitos y
correctos de presentación en líneas generales, con la excepción del feo 5º.
Corrida noble y con ejemplares de calidad, pero a la que le faltó un punto de
casta, empuje y transmisión en el último tercio. Destacó el 6º y, sobre todo,
el buen 2º, que se vino abajo.
Juan Bautista: silencio en ambos
Matías Tejela: vuelta al ruedo tras petición y aviso y silencio
El Payo: pitos tras aviso y pitos
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