jueves, 7 de marzo de 2013

Artículo de Opinión

AFICIONADOS DESDE LA RESISTENCIA

El pasado viernes (15 de junio de 2012), tras el acto de homenaje del Club de Abonados de la Plaza de toros de Albacete a los matadores albaceteños con más de cincuenta años de alternativa, tuve el enorme privilegio de pasar unas horas de tertulia con un buen grupo de aficionados. Entre ellos se encontraban varios buenos amigos y también miembros de la Asociación Cultural Taurina “Aficionados del Toro, Villa de Iniesta”. No sería motivo de redacción de un artículo si la velada que compartí no hubiera sido especial. ¿Y por qué lo fue? Pues porque, mientras conversábamos y debatíamos sobre la situación actual de la fiesta de los toros, a varios de nosotros se nos pasó por la cabeza la idea de que lo que parecíamos era un grupo de guerrilleros, la resistencia de los aficionados taurinos. Mientras los grandes poderosos del sistema taurino (figuras del toreo, grandes empresarios y apoderados, etc) se encuentran en los despachos tan tranquilos y con la mentalidad de que la fiesta de los toros siempre tendrá futuro y nadie podrá acabar con su negocio, nosotros, los aficionados, nos encontrábamos debatiendo sobre soluciones y sobre los problemas de la tauromaquia en las trincheras. Porque eso era lo que parecíamos a altas horas de la madrugada, en un local cerrado, y hablando sobre todo lo que debería cambiar en nuestra querida fiesta de los toros. En la interesantísima conversación no faltaron referencias al nulo compromiso de las actuales figuras del toreo, ni tampoco las comparaciones de éstas, con las de antaño: Joselito “El Gallo”, Belmonte, Manolete, Paco Camino, Antonio Bienvenida… Por supuesto hablamos también de la diversidad de encastes, de la pureza y las ventajas…de infinidad de cosas. Desgraciadamente la mayoría de comentarios eran de carácter pesimista. Pero yo no lo veo tanto como pesimismo, sino como realismo. Parece que sólo nosotros, los aficionados, nos estamos alarmando al ver los tendidos de la mayoría de cosos prácticamente vacíos o con paupérrimas entradas en tardes de carteles rematados y atractivos. Empezaron a saltar las alarmas en Valencia, después llegó Sevilla, Madrid se ha salvado bastante, y la preocupación se ha acentuado tras ciclos como los de Córdoba o Granada. Y, sin ir más lejos, con Ponce, Padilla y Talavante, un domingo, en una plaza como la de Bilbao, sólo hubo antes de ayer algo más de media plaza para conmemorar el cincuenta aniversario de la plaza de Vista Alegre. Mientras nosotros permanecemos seriamente preocupados ante esta realidad, los que podrían cambiar el incierto futuro del toreo, continúan intentando llevarse el mayor beneficio posible a los bolsillos y ya los que vengan después, que arreglen los problemas. Pasaban las horas y nuestra tertulia reivindicativa continuaba. Nos paramos para hacer una reflexión sobre lo difícil, o casi imposible, que lo tienen los chavales que comienzan en la carrera de matador de toros y los muchos novilleros y matadores que ya llevan años en ella y que no tienen ningún tipo de salida. También denunciamos el pésimo papel que están jugando las escuelas taurinas en la formación de toreros que no se forman en la pureza y en la verdad del toreo, sino en las ventajas y la mentira. Y cómo no pararse para debatir, con cierto humor, lo desfasado, anticuado y rancio que es, en general, el sistema taurino. ¿Por qué no se aprende de otros espectáculos? Sencillamente porque los “taurinos” son muy cortos de miras y están anclados en el siglo XIX. Por supuesto también la conversación llegó al punto de hablar sobre la última polémica entre los empresarios (ANOET) y las figuras del toreo del G-10 y sus representantes de ASM. Que tu propio apoderado te denuncie, con posibles graves consecuencias para tu carrera, sólo puede llegar a pasar en los toros. Y no es broma, es el caso de Alejandro Talavante y su apoderado y empresario de Las Ventas, Manuel Martínez Erice. En un mundo en el que pasan estas cosas…todo es posible. Y, por último, destacar la base de toda la conversación, el sentimiento de que esta fiesta sólo vale la pena si se asienta en la integridad del toro y en la casta, y no en la tortura a un pobre animalito que huye y no se tiene en pie. Mientras los aficionados intentamos salvar el toreo, los que de verdad pueden hacerlo miran hacia otro lado. Así nos va y así acabaremos.

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