miércoles, 6 de marzo de 2013

23ª Feria de San Isidro 2012

CUADRI GANÓ LA PARTIDA

Gran encierro de Fernando Cuadri en presentación y juego por bravo, encastado y con muchas posibilidades de triunfo. Los dos mejores astados se los lleva en el lote Luis Bolívar que deja pasar una gran oportunidad. Mala suerte de Javier Castaño que sufre una aparatosa voltereta. Rafaelillo suspende.


Cuadri ganó la partida y lo hizo en todos los sentidos. Lidió quizás la corrida de la feria, trajo la emoción, la bravura y la casta, y dio importancia y seriedad a la floja Feria de San Isidro que mañana concluirá. Los toros les ganaron la partida a los toreros. Bueno, a dos de ellos. Javier Castaño si estuvo al nivel que merecía la ocasión pero la mala suerte se cebó con él. En una tarde tan importante, en la que tenía a todo el público a su favor tras sus destacadas comparecencias en las plazas más importantes, el destino quiso que no pudiera matar al completo la corrida de Cuadri. Una desafortunada voltereta le dejó conmocionado y aunque pudo estoquear a su primero, tras pasar a la enfermería, no pudo regresar. Una verdadera pena porque la tarde, seguro, habría sido suya por su firmeza, seguridad, valor e inteligencia delante de los toros que le han devuelto a la primera línea. Sí, porque no sólo las grandes figuras ocupan la primera línea. Toreros como Castaño están ahí por hacer descomunales esfuerzos ante corridas que son todo menos fáciles.

Gran corrida la lidiada esta tarde por el hierro de Herederos de Celestino Cuadri en Las Ventas. Es verdad que esta ganadería juega en casa, en la plaza que le ha dado todo y en la que ha lidiado corridas y ejemplares que han quedado en la memoria de muchos aficionados. El encierro de Cuadri fue un ejemplo de excelente presentación. El segundo o el cuarto fueron más feos, es verdad, pero en líneas generales la presentación fue impecable. Toros hondos, largos, muy cuajados y serios…toros que imponen respeto al mismo salir de chiqueros. Pero no sólo hubo fachada, también contenido. Casi toda la corrida se movió siempre con gran emoción y transmisión y dentro de la variedad y de ese común denominador de la casta, hubo astados con más y menos posibilidades. Eso sí, todos exigentes. Los mejores fueron tercero y quinto (se corrió turno ya que este debería haber salido en último lugar). Ambos además de esa transmisión, emoción, fuerza y casta, también se “dejaron” mucho humillando y colocando muy bien la cara para embestir. Repitieron hasta la saciedad y murieron con la boca cerrada. Y todo esto teniendo en cuenta que a toda la corrida se le pegó mucho en el caballo. Hoy en Las Ventas sí hubo emoción e importancia en todo momento. La gente, el aficionado disfrutó al contemplar animales verdaderamente listos, encastados, que se movieron y no perdieron las manos…animales que lucharon por su vida al final.

Javier Castaño fue el otro nombre propio del vigésimo tercer espectáculo del ciclo madrileño. El salmantino llegó como se fue el pasado miércoles: con gran disposición y sabedor de que era su tarde. Y lo era porque, sobre todo en Madrid, la gente tiene memoria y sabe reconocer los méritos de un torero. Sus actuaciones en Valencia, Sevilla, Nimes y su primera comparecencia en San Isidro valían la confianza y el apoyo del público venteño. Comenzó inteligente Castaño, haciendo las cosas a favor del toro y lo colocó de largo en el caballo. El de Cuadri acudió rápido y de lejos, pero luego no demostró bravura ya que no empujó apenas y lo hizo con la cara arriba y calamocheando. Cuando pedía el cambio, Castaño perdió un momento la cara al toro y éste no le perdonó. Escalofriante voltereta y feísima caída que le dejó conmocionado. Pero Javier sacó la raza que le caracteriza y cogió la muleta para comenzar el trasteo. No dudó en ningún momento el de Salamanca e hizo las cosas muy bien. Sobre la diestra llegaron demasiado enganchones, pero por el izquierdo, el mejor pitón del toro, si logró naturales templados y limpios. Hizo un verdadero esfuerzo porque se notó que no estaba ni mucho menos al cien por cien de facultades. Anduvo valiente y muy profesional, demostrando ser un experto con este tipo de toros. La espada continúa siendo su talón de Aquiles y tras varios pinchazos tuvo que hacer uso del verduguillo. Palmas a su esfuerzo y lamentos por no volverle a ver en su segundo. Sin duda, mantiene su crédito intacto.

Hubo ganadores en la batalla, pero también perdedores. Por supuesto que tuvieron un gran mérito Rafaelillo y Luis Bolívar por matar la corrida con dignidad, pero anduvieron por debajo de las expectativas. El primero no lo vio en ningún momento. No acertó el murciano ni en las distancias ni en los tiempos. Con este tipo de astados no valen los toques bruscos, los tirones ni tampoco subir la mano. El primero, que tomó con bravura tres puyazos, en la muleta se vino un poco a menos. Fueron buenas sus primeras arrancadas aunque después su embestida perdió transmisión y el de Cuadri salió casi siempre con la cara alta de la muleta. Rafael se consiguió tapar en este, pero anduvo discreto, sin terminar de tirar la moneda al aire. Peor aún estuvo en el cuarto. Este fue el más complicado y de peor condición, pero el murciano aún empeoró más el comportamiento del “cuadri”. Se limitó a machetearlo por abajo y a hacer aspavientos de resignación e impotencia. Por el percance de Castaño también tuvo que lidiar al sexto, el más noble de todos. A este le faltó más chispa, pero tuvo sus opciones y nunca hizo nada feo al matador.

Completaba el cartel Luis Bolívar, ya acostumbrado a tratar con “victorinos” pero no tanto “cuadris”. El colombiano dejó detalles de disposición y buen concepto pero dejó escapar una oportunidad grandiosa en la primera plaza del mundo. Su lote fue excelente, de los que te encumbran en Madrid. Y esto, claro, no quiere decir que fuera fácil, sino un lote para apostar. Muy completos ambos toros “Camarote” y “Pesador”, que tuvieron muchísimo que torear. Bolívar comenzó bien ambas labores pero se perdió pronto, abusando de la mala colocación y sin llegar a acoplarse ni a entender a sus enemigos. Oportunidades como estas no pasan tantas veces.

23ª Feria de San Isidro. Las Ventas. Con casi lleno en los tendidos, se lidiaron 6 toros de Celestino Cuadri, muy bien presentados en líneas generales, y de encastado y bravo juego en general, exigentes. Los mejores 3º y 5º, ovacionados en el arrastre.

Rafaelillo: leves pitos tras aviso, pitos y silencio
Javier Castaño: palmas en el único que mató
Luis Bolívar: leves pitos y pitos

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