martes, 27 de marzo de 2012

Artículo de opinión

"EL TORISMO VENCIÓ EN CASTELLÓN"

El final de la Feria de Fallas me impidió, la semana pasada, escribir sobre el balance de otra de las primeras ferias importantes de la temporada, la de Castellón. Aunque la atención informativa se centró principalmente en las Fallas valencianas, la mirada de todos los que nos consideramos aficionados al toro antes que nada, se dirigió hacia la plaza de toros de Castellón. Para suplir las numerosas ausencias de las llamadas figuras del toreo actuales, el empresario de ese coso taurino levantino, Enrique Patón, decidió apostar por el "torismo". Tengo que decir, antes de nada, que no me gusta nada eso de "torismo" y "torerismo", creo que esas palabras no se ajustan a la realidad pues tanto el toro, como el torero son indispensables en la fiesta de los toros y sin uno de ellos no sería posible el desarrollo de la tauromaquia. Pero ya que con estos términos todos nos entendemos, los utilizaré para referirme (por toristas) a aquellos aficionados que consideran al toro el verdadero protagonista del espectáculo. El gran ganadero Victorino Martín siempre dice que nos demos cuenta de como se llama esta fiesta, la fiesta de los toros y no de los toreros. Hoy en día, parece que vivimos en las antípodas de estas ideas. En la actualidad a la mayoría de la gente solo le interesa y le importa lo que hagan los toreros, o mejor dicho, lo que haga Manzanares, El Juli, Talavante...pero el toro no les importa lo más mínimo. Mucho daño han hecho esos términos inventados por Juan Pedro Domecq del toro "artista" y la toreabilidad. Y también ha hecho mucho daño la concepción que se tiene hoy en día del toro: para la mayoría de los toreros el toro no es un enemigo, debe ser un colaborador que se preste al lucimiento para que ellos consigan realizar una obra de arte. Y aquí radica el principal mal de la fiesta en este momento: se ha perdido la idea de que el toro es un animal salvaje, peligroso y que es una fiera a la que a base de valor, inteligencia y técnica hay que dominar para después realizar arte. Pero ese arte tiene que surgir después de haber dominado a la bestia y ese arte se tiene que realizar ante un animal bravo, encastado y poderoso y no uno noble y que, como dicen hoy en día, se "deje". Esta nueva fiesta de los toreros que no de los toros es la que hoy vemos la mayoría de tardes y en la mayoría de plazas, pero gracias a Dios aun nos quedan esperanzas, sobre todo después de ver lo que sucedió en Castellón. Como decía, la feria de la Magdalena de Castellón se planteó sobre la base del toro y se organizaron duelos ganaderos entre hierros de los mal denominados "toristas". Y hay algunos que se han atrevido a decir que esas ganaderías además de "toristas" y duras eran malas. Quién diga que los hierros de Victorino Martín, Cuadri y Miura son malos es que, simplemente, no tiene ni idea de toros. Estas tres ganaderías son historia viva de la tauromaquia, tres de las vacadas que más tarde de gloria han dado a los aficionados y a la fiesta de los toros en general. Hoy en día parece todo un acontecimiento y una gesta el que los matadores y, ni que decir, las figuras se anuncien con este tipo de ganaderías. Pues bien esto pasa desde hace diez o quince años pero el anunciarse con Miura, Victorino y Cuadri antes era lo común y nadie se escandalizaba. Pero hasta este punto llega hoy en día la comodidad y, porqué no decirlo, la cara dura de las "figuras" del toreo. Pues bien en Castellón se programaron tres días de duelos ganaderos entre estos tres hierros. Los "miuras" se enfrentaron a los "cuadris", después los "cuadris" a los victorinos" y, finalmente, los "miuras" a los "victorinos". Yo tenía mis serias dudas de que el público respondiera a tan gran acontecimiento, pero la sorpresa fue el comprobar como estos duelos ganaderos de primer nivel fueron un auténtico éxito de público y también artístico. Más allá de las orejas cortadas o de las puertas grandes conseguidas (que hubo unas cuantas), lo que se vio en Castellón hace dos fines de semana fue sencillamente la verdadera y auténtica fiesta de los toros. Toros de excelente presentación y trapío, astados bravos y encastados que acudieron cuatro, cinco y seis veces desde lejos a los caballos de picar, animales que no regalan sus embestidas por su gran casta y bravura pero que también sacan nobleza...y, por supuesto, toreros valientes que se juegan la vida con verdad y sin ventajas. Esa es la verdadera fiesta de los toros y la otra, no me interesa.

Crónica 1ª Temporada de Las Ventas

"LA VIDA SIGUE IGUAL"

Aunque habían pasado cinco meses desde el último festejo de la pasada temporada, en Las Ventas, el domingo, pareció que no había pasado el tiempo. Y se preguntarán porqué. Pues muy sencillo, porque el resultado del primer festejo de la temporada 2012 fue el habitual en la Monumental madrileña: el aburrimiento. Para empezar, floja entrada para recibir a la temporada pese a ser una novillada con cierto atractivo para el aficionado, ya que tomaban parte en la misma dos de los novilleros más destacados del momento. Tampoco fue una sorpresa la presentación y el juego de la novillada. Como siempre, el encierro a lidiar estuvo muy bien presentado, con algunos ejemplares que parecieron auténticos cuatreños. Novillada cuajada, seria y con dos astados a los que les faltaban sólo cinco días para cumplir los cuatro años y, en consecuencia, no poder lidiarse como novillos en Las Ventas. Como también es habitual la terna de novilleros no estuvo mal, pero tampoco a la altura de lo esperado y de lo que exigía la oportunidad. Siendo alguno de los novilleros más punteros del escalafón menor y actuando en la primera plaza del mundo, la actitud y el nivel técnico deberían haber sido superiores. De lo mejor de la tarde fue la actitud del presidente del festejo, Don Manuel Muñoz Infante, que mantuvo la seriedad de la plaza al negarse a conceder dos trofeos baratos y livianos que fueron pedidos por el público, pero no de forma aplastante ni mayoritaria. En resumen, el primer festejo de la temporada sólo nos dejó algunos detalles y sensaciones positivas en medio del aburrimiento y desconcierto general. Pero claro, ya estamos acostumbrados…

FERNANDO ADRIÁN

Fernando Adrián llegaba para presentarse en Las Ventas como uno de los novilleros con más ambiente del momento y podría decirse que no decepcionó vista la pasión y entrega con la que fue aclamado en todo momento por los tendidos. Eso sí, parece ser que Fernando Adrián se llevó a la plaza a toda su familia, amigos y seguidores porque fue injustificada la forma en la que fue jaleada su actuación. El joven novillero que se formó en la Escuela Taurina del Juli, anduvo entregado y muy dispuesto toda la tarde, pero al mismo tiempo dejó mucho que desear en cuanto al toreo fundamental. Adrián dio un recital de toreo ventajista al andar toda la tarde despegado, fuera de cacho y toreando en línea. Tampoco nos extraña ya esto porque últimamente los chavales que empiezan tienen ya adquiridos desde el principio todos los vicios y ventajas que poseen las figuras del toreo…preocupante asunto. El madrileño se mostró muy firme y seguro toda la tarde, dando la sensación de ser, a pesar de su juventud, un torero ya cuajado y maduro que perfectamente podría tomar la alternativa en un breve espacio de tiempo. A sus dos novillos les bajó mucho la mano y los llevó sometidos, algo que gustó mucho a los asistentes. Quizás estuvo mejor con su primero que con su segundo. El tercero de la tarde salió haciendo cosas raras de chiqueros, sobre todo por el pitón izquierdo. Parecía que el astado de Carmen Segovia tenía un problema en la visión de su ojo izquierdo porque siempre acudía a los cites cruzado y acostándose mucho. A punto estuvo esta característica de costarle un disgusto a su matador en los primeros tercios de la lidia. En la muleta corrigió levemente este problema y acudió pronto a los toques de Fernando Adrián. Tuvo complicaciones el utrero de procedencia Torrestrella y el ganador del Zapato de Oro de Arnedo se mostró fácil y resolvió con oficio la papeleta. Lo mal que estuvo con la espada le impidió tocar pelo y tras tres pinchazos y una estocada trasera, tendida y atravesada recogió algunos aplausos desde el tercio que se vieron acompañados también de algunas protestas. Con más facilidad que ortodoxia le entró el acero al primer intento en el segundo de su lote. En el trasteo de Fernando Adrián sobresalió la cantidad sobre la calidad y, además de torear con ventajas y mal colocado, echó mano de algunos recursos populistas, de cara a la galería que gustaron mucho al gran público, y muy poco a los escasos aficionados de verdad que acudieron a la plaza. Tras matar al que cerraba plaza de una estocada certera, un buen sector del público pidió la oreja pero el presidente se mantuvo en su sitio, aguantó y no la concedió…menos mal.

SERGIO FLORES

El mexicano Sergio Flores volvía a la plaza de Las Ventas después de sorprender y dejar unas magníficas sensaciones el pasado San Isidro. Desde esa tarde Flores ha toreado mucho y esa madurez y oficio adquiridos los dejo patentes en su vuelta a Madrid. Anduvo dispuesto el chaval toda la tarde y dejó detalles de buen torero, pero no terminó de rematar su actuación, se quedó a medias. “Actor”, ese era el nombre del primer astado que pisó el ruedo venteño en esta nueva temporada. Y “Actor” fue un buen toro pues reunió varias cualidades como la clase, la nobleza, el recorrido o la humillación. Colocó siempre muy bien la cara el ejemplar de Carmen Segovia, pero le faltó otra cosa fundamental: la fuerza, de la que anduvo muy justito. Sergio Flores consiguió algunos muletazos de buen trazo, templanza y mano baja, pero la faena fue irregular y tuvo demasiados altibajos. Lo mejor de ambas faenas fueron los pases de pecho, hasta el final y de verdad. También fue importante la estocada a este primero, aunque no fue suficiente para que el presidente concediera el trofeo después de una petición en el límite. El cuarto fue un manso rajadito que, a pesar de salir con la cara un poco alta, embistió con transmisión. La de este cuarto fue una faena larga en la que el mexicano dijo muy poco, principalmente por torear siempre muy al hilo.

TULIO SALGUERO

Tulio Salguero llegaba a Las Ventas arrastrando una grave cornada sufrida en América hace pocas fechas y ese percance se notó y le pesó. No estuvo al cien por cien de facultades el joven torero extremeño y eso le pasó factura y le impidió terminar de asentarse y de estar seguro delante de la cara de sus enemigos. El segundo de la tarde, muy bien presentado y con cuajo de toro, fue una auténtica borrega inválida y descastada. El de Carmen Segovia demostró su flojedad desde el principio y durante la faena de muleta evidenció que no podía con su alma. Salguero, que en el primero realizó un valiente y meritorio quite por gaoneras, demostró poseer valor y buen concepto del toreo echando en varias ocasiones muy bien los vuelos de la muleta al hocico del de Carmen Segovia. No tuvo apenas opción el de Badajoz que se puso pesado al final insistiendo inútilmente. El quinto fue un ejemplar serio y muy ofensivo por delante porque enseñaba las puntas. La principal carencia del novillo fue la humillación, pues siempre llevó la cara a media altura. Esto deslució un poco la noble embestida del animal que, además, duró bastante y sacó fondo de casta. Tulio Salguero, muy despegado siempre, no terminó de acoplarse, toreó muy en línea y de los numerosos muletazos que ejecutó, muy pocos valieron la pena. Frente a la madurez y oficio de sus compañeros, Tulio dejó entrever que está más verde y menos toreado y eso, junto al reciente percance del que aún no está recuperado, le pesó mucho y le impidió el triunfo.

1ª Temporada de Las Ventas (Madrid) con 1/5 de plaza, se lidiaron 6 novillos de Carmen Segovia, bien presentados, y de noble juego en general. A la mayoría les faltó fuerza y casta. 1º noble y enclasado pero flojo; 2º inválido y descastado; 3º complicado; 4º manso encastado; 5º noble aunque con la cara a media altura; 6º noble y colaborador.

Sergio Flores (lila y oro): vuelta tras petición y aplausos

Tulio Salguero (azul marino y oro): silencio tras aviso y saludos con protestas

Fernando Adrián (vainilla y oro): saludos tras aviso y vuelta al ruedo tras petición


Fotos: las-ventas.com

Acto en la plaza de Las Ventas

Presentado el libro "Frascuelo: palabra de torero"

Con el inicio de la temporada taurina 2012, la Monumental de Las Ventas de Madrid ha comenzado a ser el escenario de numerosos actos culturales que se irán desarrollando paralelamente a lo que vaya sucediendo en el ruedo madrileño. El pasado sábado día 24 de marzo fue el turno de la presentación de un nuevo libro taurino: “Frascuelo: palabra de torero”. Dicha publicación ha sido escrita por el joven crítico taurino Juan Carlos Antón, que además es colaborador y articulista habitual de El PUEBLO de Albacete. El maestro madrileño Carlos Escolar “Frascuelo” ha sido el protagonista de un libro que se compone de numerosas entrevistas y declaraciones del veterano matador al joven periodista taurino alcarreño. Además, el libro recoge las declaraciones de otros profesionales y aficionados sobre la figura del veterano maestro. La Sala Cossio de la plaza de toros de Las Ventas fue el lugar elegido para la presentación oficial y, de nuevo, “Frascuelo” volvió a demostrar que es torero de Madrid al colgar el cartel de “no hay billetes” en la sala Cossio de la monumental. En la presentación estuvieron presentes, junto al protagonista y al autor de la publicación, el Gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, Carlos Abella, el periodista taurino de la Cadena COPE Sixto Naranjo y el periodista Antonio Herraiz. En el acto se destacó la gran afición y pasión por la fiesta que tiene, a pesar de su juventud, Juan Carlos Antón. Éste se mostró emocionado y orgulloso de haber podido escribir el libro y relató la gran admiración que desde siempre ha sentido por el maetro “Frascuelo”, al que agradeció su confianza y sinceridad a la hora de escribir el libro. Por su parte, “Frascuelo” agradeció el respeto y cariño que siempre le ha profesado la afición de Madrid y se mostró muy ilusionado con su vuelta a San Isidro ante la corrida de Carriquiri: “espero disfrutar y hacer disfrutar a esta maravillosa afición con el tipo de toreo que siento y llevo dentro. Ojala me embista algún toro ese día porque creo que es el momento de romper de verdad en Madrid”.

martes, 20 de marzo de 2012

Artículo de opinión

"VALENCIA, ¿PLAZA DE PRIMERA?"

Oficialmente la plaza de toros de Valencia es un coso de primera categoría y también lo es para todos los “taurinos” y profesionales del mundo del toro, pero después de lo visto en la recién concluida Feria de Fallas, está mas claro que nunca que está plaza no es ni de segunda. Si miramos el marcador, los resultados de la mayoría de festejos que han compuesto la que se suponía era la primera gran feria del año, nos encontraremos con muchas orejas y puertas grandes. Muchos, al leer esto, pensarán entonces en que el ciclo fallero de 2012 ha sido una gran feria, un serial para el recuerdo. Pero, desgraciadamente, se equivocarán. En la Feria de Fallas se han cortado muchos trofeos, se ha abierto muchas veces la puerta grande, pero claro es que la mayoría de esas orejas y puertas grandes han sido indignas de una plaza como Valencia. Es verdad que la capital del Turia siempre se ha caracterizado por ser una afición fácil, muy cariñosa con los toreros, pero lo visto en esta última edición ha rozado límites insospechados. Durante toda las Fallas hemos contemplado a una afición (o mejor dicho, un público) absolutamente triunfalista y, permítanme la expresión, festivalero. Los tendidos del coso de la calle Xátiva se han cubierto tarde tras tarde de una afición que con lo que más disfrutaba era con la música, con los pasodobles de su banda. Luego, tras faenas livianas y, sobre todo, estocadas infames, ese mismo público ha pedido las orejas sin ningún tipo de exigencia ni rigor. Y a todo esto tenemos que sumar el que esa misma afición no haya protestado ni a un solo toro de tantos impresentables que han salido por chiqueros, ni tampoco el que no se haya picado como Dios manda a casi ningún astado, o no se les haya ocurrido recriminar la colocación y el toreo de alguno de los diestros que han pasado por su feria. Pero el público valenciano no ha sido el único que ha dejado mucho que desear, ya que la actuación del palco también ha sido de juzgado de guardia. La presidencia en una plaza de toros está para defender y hacer prevalecer el reglamento taurino pero, más que nada, para defender los intereses del aficionado y cuidar la categoría de la plaza en cuestión. Pues bien, los presidentes de Valencia no han hecho ni una cosa, ni otra. Muchos han sido los animales chicos, anovillados y sin remate ni trapío que han saltado al ruedo valenciano y el equipo presidencial y veterinario lo han permitido sin ningún tipo de reparo. Tampoco se han cortado al conceder verdaderas orejas de pueblo o al negar otras que si que eran de justicia. Hasta ahora he hablado del público y de los presidentes y veterinarios, pero el máximo culpable de la decadencia que vive la fiesta de los toros en Valencia desde hace unos años es Simón Casas, el empresario. El que se autodenomina “productor de arte” sigue buscando el triunfo fácil y el toro “bonito” aunque él está muy satisfecho y contento porque nadie en Valencia se queja, es más, parece que todo el mundo está encantado. Una pena porque esta tierra y ciudad ha tenido siempre una gran tradición y afición taurina y porque seguro que aún quedan buenos aficionados en esa preciosa y muy torera plaza valenciana. Y les parecerá a ustedes que solo han pasado cosas malas en esta Feria de Fallas, pero no, por suerte una feria tan larga siempre trae también cosas buenas. Yo me podría poner a estudiar los carteles y decirles lo más importante, pero me voy a limitar a decirles lo que sin casi pensar se me viene a la cabeza, lo que para mí quedará en el recuerdo. Me acordaré de la impecable presentación y el juego de varios toros de Adolfo Martín el primer día de feria; del juego de la novillada de El Parralejo con varios utreros sensacionales; también con la increíble e ilusionante actuación de un joven novillero valenciano llamado Román; con el juego de la mitad de la corrida de Alcurrucén, alguno muy encastado; también me quedo con una seria e importante tarde de Jímenez Fortes en la corrida de Valdefresno, y con el “zambombazo” que pegó Iván Fandiño el domingo con el encierro de Fuente Ymbro.

Resumen de la Feria de Fallas

Las Fallas de 2012, la feria del adiós a la seriedad e importancia de Valencia

Ayer lunes, día de San José, concluyó la primera gran feria de la temporada, la Feria de Fallas de Valencia. El coso de la calle Xátiva ha acogido, un año más, la celebración del ciclo taurino que abre la temporada taurina en España. Aunque en estas últimas semanas se han venido celebrando las primeras ferias del año, todas ellas son de poca importancia y repercusión y es Valencia, junto con Castellón, el primer serial de relevancia al que acuden un gran número de toreros y de importantes ganaderías. La feria de este 2012 será recordada como la feria en la que el nivel, la seriedad y la exigencia de esta importante plaza de toros desaparecieron definitivamente. Pese al marcador oficial y al número de orejas cortadas y puertas grandes abiertas, el espectáculo verdadero y bueno ha brillado, casi por completo, por su ausencia. La presentación de la mayoría de las corridas lidiadas ha sido floja salvo excepciones como la de Adolfo Martín o Alcurrucén, cumpliendo de esta forma con la tónica habitual de estos últimos años. Además, muchas de las orejas cortadas han sobrado por su poco peso y por haber sido concedidas tras faenas de justo interés o estocadas no ortodoxas. Pero lo peor de estas Fallas han sido alguna de las puertas grandes abiertas como las de Rivera Ordóñez, El Fandi o El Cid.

Los mejores

La Feria de Fallas ha dejado varios nombres destacados, tanto en el capítulo ganadero, como en el de los diestros que han tomado partido en los festejos que han compuesto el ciclo taurino valenciano. Dentro de las ganaderías habría que destacar para empezar a Adolfo Martín que la tarde del 10 de marzo lidió una corrida de gran presentación en el coso valenciano. Además, varios toros de los que saltaron al ruedo ofrecieron muchas opciones y buen espectáculo. Fue el caso de los lidiados en tercer y quinto lugar, uno por noble y enclasado y otro por bravo y encastado. El peligroso segundo también fue interesante. La novillada de El Parralejo, que debutaba en Valencia, también ha sido de lo mejor que nos han dejado las Fallas de este 2012. La novillada, de procedencia Fuente Ymbro, sorteó unos animales en su mayoría nobles, con clase, humillación, duración, casta y repetición. Gran juego el ofrecido por este joven hierro que nace ante la supervisión de Ricardo Gallardo. Un buen lote de Valdefresno le correspondió en suerte al mexicano Diego Silveti que, ya que no estuvo a la altura, se fue con las orejas puestas al desolladero. Hasta tres toros buenos lidió Alcurrucén en Valencia el día 15, con un astado, el segundo, que tuvo una enorme casta y transmisión en la embestida. En el apartado de los toreros el ciclo levantino nos ha dejado los nombres de jóvenes promesas que tienen una gran proyección y que se han erigido como el futuro de la fiesta de los toros y como alguno de los matadores más interesantes del escalafón en la actualidad. Javier Castaño dio una gran dimensión ante el encierro de Adolfo Martín. El salmantino se mostró muy seguro, firme y tranquilo y volvió a demostrar que posee un gran concepto del toreo y mucho valor. Ojalá le den el sitio que merece. Otro que se merece tener mucha suerte es el malagueño Jiménez Fortes que, con un mal lote de Valdefresno, emocionó al público valenciano con un valor seco y sin ventajas y con un gran asentamiento y convicción. Curro Díaz cortó la oreja de un buen ejemplar de Alcurrucén y dejó detalles de su gusto y torería. Iván Fandiño volvió a pegar un golpe encima de la mesa y se reafirmó como uno de los matadores más importantes del momento. Su actuación con capote, muleta y espada ante la corrida de Fuente Ymbro fue sobresaliente. Dentro del capítulo novilleril y del toreo a caballo, los nombres más destacados de la feria han sido Román y Diego Ventura. El chaval valenciano Román se ha convertido en la primera gran sorpresa de la temporada después de firmar una actuación de altísima proyección. Entrega, ilusión, valor, simpatía... estas fueron algunas de las cosas que derrochó el joven novillero valenciano que además convenció a todos con un gran concepto del toreo. Diego Ventura firmó en la matinal de rejones una muy buena actuación y, tras cortar tres orejas, abrió la puerta grande.

Los peores

Muchos han sido también los protagonistas negativos de la Feria de Fallas. La terna de toreros mediáticos y la corrida de Jandilla del día 11 destruyeron la poca seriedad que le quedaba al coso valenciano. Rivera Ordóñez y El Fandi salieron a hombros ante una corrida mal presentada y descastada del hierro de la estrella. La novillada de Javier Molina dejó mucho que desear, al igual que las corridas de Valdefresno y Fuente Ymbro, de las que se esperaba mucho más y que tan sólo sortearon toros sueltos de interés. Y petardo pegaron los hierros exigidos por las figuras. Garcigrande, Zalduendo y Capea mandaron a Valencia sendos encierros muy justos de presentación (con algunos astados impresentables) y que dieron un juego absolutamente lamentable por su falta de casta, fuerza y transmisión. Veremos si después de este fracaso, el año que viene, vuelven. El mexicano Diego Silveti defraudó por las grandes expectativas creadas y por no estar a la altura de un buen lote del hierro charro de Valdefresno. Matías Tejela volvió a desperdiciar un gran lote, esta vez de Alcurrucén. José María Manzanares, a pesar de las orejas cortadas y de la entrega y pasión con la que se vivieron sus actuaciones, no se mereció tales honores al volver a ejecutar la mayoría de los muletazos con la suerte descargada y sin cumplir con lo que dictan los cánones. Y, por último, Enrique Ponce, que hacía doblete y era la base del abono, cumplió con la versión que nos tiene acostumbrados (poco ajuste y muchas ventajas).

viernes, 16 de marzo de 2012

Crónica 6ª Feria de Fallas 2012

"LA SUERTE DE TEJELA"

No es ningún secreto que la suerte es azarosa, caprichosa y que se suele comportar de forma imprevisible. Tampoco es ningún secreto que hay distintas clases de toreros, los que tienen suerte en los sorteos y los que no. Pues bien, el caso de Matías Tejela es uno de esos en los que la suerte ni es imprevisible ni azarosa, y si caprichosa. Para decirlo de forma directa, el torero madrileño no puede tener más suerte porque es imposible. Tejela es, junto a Manuel Jesús “El Cid”, el matador con más suerte en los sorteos. Pero a Matías no le sonríe la suerte de vez en cuando, en alguna fecha y plaza concreta, a Matías Tejela le sonríe la suerte prácticamente todas las tardes. Su ejemplo es de estudio porque si nos ponemos a recordar y a contar los grandes toros que le han correspondido en suerte a lo largo de los años, nos podríamos tirar dos días y no terminaríamos. Y, claro, el caso de este torero es mucho más llamativo e injusto porque también estaríamos varios días contando todos los grandes astados que se le han ido sin torear y con las orejas puestas al desolladero. Porque si un torero tiene suerte por la mañana pero luego por la tarde aprovecha la oportunidad, torea y triunfa, todos contentos, mejor imposible. Si fuera ese caso hoy yo seguro que no hablaría de “la suerte de Tejela”, pero desgraciadamente tengo que hablar porque se volvió a repetir la historia en todos los sentidos: a Matías le correspondió el mejor lote (uno de claro triunfo) y Matías no estuvo a la altura, aburrió y en vez de salir a hombros del coso de la calle Xátiva, como exigía el buen lote de Alcurrucén que, salió caminando de la plaza. Y lo malo de todo esto es que, a diferencia de la mayoría de toreros del escalafón, a Matías el que se le fuera un lote de triunfo en una plaza importante por enésima vez, no le pasará factura y tendremos que seguir tragándonoslo en todas las grandes ferias, mientras otras jóvenes promesas permanecen sentadas en sus casas esperando una oportunidad. Así de justo es este mundo de los toros.

LA CORRIDA DE ALCURRUCÉN, DESIGUAL

Se esperaba con expectación la llegada de la corrida de Alcurrucén, sobre todo después de los importantes triunfos de la temporada pasada. El hierro de los Hnos. Lozano se encuentra en un gran momento y hacía ilusión su presencia, un año más, en el ciclo fallero. Tanto la presentación como el juego de la corrida fueron desiguales. En líneas generales la corrida estuvo bien presentada para lo que estamos acostumbrados a ver en Valencia. La mayoría de los ejemplares que saltaron al ruedo tenían seriedad y hechuras, aunque hubo excepciones como la del segundo, que era más alto y muy bizco del pitón izquierdo. El cuarto también estuvo más justito de trapío y, por otro lado, hubo otros de gran seriedad y muy en el tipo de la casa como el ofensivo tercero. Una pintura era el primero, colorado listón, bragado, meano corrido, girón, axiblanco, calcetero, gargantillo y coliblanco. Vamos, poca cosa… Quizás la corrida después se quedó a mitad de camino y no terminó romper tal y como se esperaba, pero de todas formas el encierro de la divisa toledana fue muy interesante, variado y sorteó varios toros de triunfo. El mejor por encastado y bravo fue el segundo, un animal que metió los riñones en el primer encuentro en el caballo y que, luego, en la muleta sacó muchísima casta y emoción en sus embestidas. Reponía en ocasiones y también tenía la tendencia de salir de los muletazos con la cara un poco alta, pero “Relamido” fue un toro importante por la transmisión y el movimiento encastado que tuvo. Además, duró mucho. También duró el buen cuarto, astado este al que le faltó un poco más de fuerza y casta para ser un toro de ensueño. El de Alcurrucén tuvo mucha nobleza y una clase y humillación sobresalientes en la franela de Curro Díaz. Fue una pena que le dieran tanto en el caballo porque el toro lo acusó y se terminó viniendo a menos. Lo mismo le ocurrió al bonito primero, aunque este ejemplar no tuvo la clase de su hermano. El quinto fue otro toro con posibilidades que también sacó fondo bueno y un comportamiento muy propio de Núñez. Sin duda, el peor lote se lo llevó Alberto Aguilar. El tercero fue un animal complicado, muy reservón y áspero. Muy agarrado en el piso, el de la divisa azul y negra nunca terminó de ir metido en la muleta y al final se puso muy mirón poniendo en aprietos a su matador. El sexto no fue mejor ya que también adoleció de una gran falta de casta y clase y se quedaba muy corto en las embestidas que tan a su contra regalaba al diestro madrileño.

TEJELA NO TRIUNFA

Y digo que Matías Tejela no triunfó porque con el lote que le correspondió tenía la obligación de aprovecharlo y triunfar. Pero una vez más, no lo hizo. Por mucho que se empeñen en hacernos ver que Matías es un torero a tener en cuenta y que aún no ha explotado todo su potencial, hace ya muchos años que el madrileño sobra de los carteles. Su puesto lo podrían ocupar otros como Javier Cortés, Sergio Aguilar, Juan del Álamo o Fernando Cruz (solo por decir algunos) que están en su casa de brazos cruzados mientras que otros que llevan media vida en esto siguen desperdiciando oportunidades. Así de justo es este mundo. El segundo fue de esos toros que te pueden encumbrar si apuestas porque el de Alcurrucén, sin ser un toro perfecto tenía muchísima importancia y seriedad en su embestida (es lo que da la casta). A “Relamido” le faltó quizás clase y no terminar derrotando al final de los muletazos, pero le sobró lo más importante: casta y emoción. Duró mucho el negrito de Núñez y ante él anduvo un Tejela destemplado que dio muchos muletazos sin sentido ni calidad. A mí, al menos, no se me ha quedado grabado en la memoria ningún muletazo de los miles que dio. Lo mejor fue que casi no le tocó la muleta, algo fundamental para un toro como ese. Y también es justo reconocer que Matías mató al astado a la primera y de una muy buena estocada que cayó arriba. El premio: una orejita liviana y fácil. Y de no ser por el pinchazo que dejó en el primer intento en el segundo de su lote, seguro estaríamos hablando de puerta grande. Si eso llega a ocurrir, habría sido absolutamente inmerecida y exagerada así que, al final, el pinchazo fue bueno para conservar la poca categoría que le queda a la plaza de Valencia después de los últimos capítulos triunfalistas de tercera. En el quinto se repitió la historia de un torero, Matías Tejela, dando muchos pases sin sentido y un toro embistiendo con nobleza y buen tranco y sin ser aprovechado. No fue tampoco un gran toro ese quinto, pero sí valió y mereció una faena de más calado y brillantez.

EL GUSTO DE CURRO

Curro Díaz firmó lo más destacado artísticamente en la sexta del abono valenciano. El torero de Linares volvió a demostrar porqué está considerado como uno de los matadores con más gusto y clase del escalafón. Aunque en el que abrió plaza se le vio acelerado y en ningún momento a gusto, en el cuarto se pudo redimir ejecutando una faena ligera, que no fue completa ni rematada, pero en la que hubo pasajes de gran belleza e intensidad. Con la naturalidad que le caracteriza, Curro se llevó al dulce cuarto al centro de la plaza y allí consiguió varias series por ambos pitones de mano baja, mucha templanza y sello propio, haciendo disfrutar al respetable. No es Curro torero de faenas largas, a él le vale pegar dos o tres tandas de notables muletazos para sentirse lleno y, a la vez, encandilar al público con su distintiva plasticidad. Yo, al menos, prefiero un trasteo como el de Curro ayer, corto y sin llegar a rematarse pero con algunos muletazos soberbios, a los trasteos largos, mecánicos y vulgares a los que nos tienen acostumbrados otros tantos espadas. Y siempre hablamos del gusto y la clase de Curro Díaz, pero pocas veces nos paramos a reconocer que es uno de los toreros que mejor matan los toros. Pese a estar catalogado como torero artista (con lo que eso conlleva a la hora de ejecutar la suerte suprema), Curro se está convirtiendo en uno de los matadores más certeros y regulares a la hora de tumbar a los toros. Pero no los mata con ventajas y facilidad, lo hace con una gran pureza, tirándose al morrillo muy derecho y saliendo por el rabo.

DISPOSICIÓN DE AGUILAR

Alberto Aguilar solo pudo demostrar disposición, valor y arrojo ya que el lote que le correspondió fue de nulas opciones para el lucimiento. El torero madrileño, acostumbrado a lidiar y matar las corridas más duras y fuertes, llegaba a Valencia anunciado con una ganadería (según él) de garantías y mucho más “buena” que las que está acostumbrado a matar. Aquí, Alberto debería matizar porque que yo sepa Victorino o Cuadri son dos de las mejores ganaderías no sólo de la actualidad, sino de las últimas décadas y por lo tanto no creo que se merezcan ese desaire de ser tachadas como ganaderías “malas” sólo porque tengan casta y se muevan. Una vez hecha esta apreciación, continúo con la crónica de la actuación de Aguilar. Como decía, Alberto tenía fe en que después de tragarse todo lo que otros no han querido tendría la oportunidad de lucir su toreo y sentirse “a gusto” (que es lo que buscan los toreros). Pero la suerte, ese factor caprichoso y muchas veces injusto, no se alió con él y el joven diestro no notó a grandes rasgos la diferencia con lo que está habituado a lidiar. Matías Tejela se llevó el lote bueno, mientras que Aguilar se llevó el lote, pero el lote malo. El tercero se agarró pronto al piso y le costó un mundo embestir a la franela de Aguilar que realizó una faena voluntariosa en la que fue imposible torear como mandan los cánones. En el primer intento con el estoque de verdad la mano se le fue abajo dejando un bajonazo suelto para después volver a entrar consiguiendo una estocada que esta vez si surtió el efecto esperado. El sexto no fue mejor que su hermano y además de descastado y deslucido, tuvo muchas complicaciones, se puso mirón y no tuvo apenas recorrido. Una vez más, Alberto Aguilar lo intentó con insistencia y logró sacar algún muletazo estimable de un pozo completamente seco. Aunque no me terminó de convencer el poco toreo lucido que pudo hacer, sí lo hizo su actitud.

6ª abono Feria de Fallas (Valencia), con menos de media plaza se lidiaron 6 toros de Alcurrucén, desiguales de presentación y juego, aunque en líneas generales bien presentados. Corrida interesante y variada que sorteó hasta tres toros con muchas posibilidades (2º, 4º y 5º) y dos más complicados y deslucidos (3º y 6º). 1º noble y de buena condición pero a menos y sin continuidad en las embestidas; 2º muy encastado y con transmisión; 3º áspero y deslucido, muy agarrado al piso; 4º muy noble y enclasado; 5º noble y repetidor; 6º complicado y deslucido.

Curro Díaz (blanco y oro): silencio y oreja

Matías Tejela (grana y oro): oreja y saludos

Alberto Aguilar (blanco y plata): silencio y silencio tras aviso


Fotos: Rullot

jueves, 15 de marzo de 2012

Crónica 5ª Feria de Fallas 2012

"¡AY SEÑOR, QUÉ INJUSTO ES ESTO!"

Dios, para los creyentes y la vida, el mundo en general, para el resto de los mortales, termina siendo justo la mayoría de las veces. Eso sí, hasta que llega ese día muchas son las injusticias que se dan y tenemos que soportar. Pues eso exactamente es lo que ocurrió en la quinta del abono valenciano: una injusticia. Mientras que a un torero hecho un jabato, firme, valiente y asentado le tocó en “suerte” un pésimo lote sin opciones de lucimiento, un lote de triunfo claro le correspondió a otro que no estuvo a la altura de las circunstancias y dejó escapar a dos toros que a otros, por ejemplo al otro torerazo en cuestión, les hubiera servido para salir a hombros del coso de la calle Xátiva. Me estoy refiriendo a Jiménez Fortes y a Diego Silveti respectivamente. Se volvió a cumplir el dicho popular de que Dios le da pan al que no tiene dientes y así el mexicano se fue a pie cuando debería haber salido en volandas, mientras que por la imagen ofrecida y la actuación firmada, el malagueño se merecía haber tenido algún toro con opciones para haber podido salir a hombros. Si así hubiera sido, estaríamos hablando hoy de la primera puerta grande merecida e importante de la feria de Fallas 2012. Esta vez Dios no fue justo, pero quién sigue la consigue y habrá que confiar en que la recompensa final sea grande y esté a la altura de un torero que seguro dará mucho que hablar y que tiene todo para llegar a ser figura. Él, Jiménez Fortes, seguro que no se rendirá y cada día se superará por lo que aquel día en el que le esté esperando un toro bravo en chiqueros, será un día de gloria para él porque lo más importante en esta vida no es que te llegue tu momento, sino saber esperarlo y aprovecharlo. Estoy seguro que Saúl lo hará.

IMPORTANTE FORTES

Si en la quinta de feria hubo un nombre propio ese fue el de Saúl Jiménez Fortes. El torero de Málaga dejó una imagen de torero capaz e ilusionó a todos los que pudimos ver la corrida de Valdefresno. Fortes se mostró desde el primer momento muy dispuesto y metido en la tarde (no perdonó ningún quite) y destacó, por encima de todo, por su impresionante firmeza, asentamiento y seguridad. No pudo hacer más con menos, ya que el lote del hierro salmantino que le tocó en “suerte” no pudo tener menos opciones. Su primero, el tercero de la tarde, fue un animal muy regular, que no sirvió para nada ya que, además de su sosería y falta de casta, no tuvo clase y salía derrotando y pegando tornillazos al final de cada muletazo. Se movió en un principio el de Valdefresno pero por inercia y sin transmitir absolutamente nada al tendido y deslucir toda la labor muletera de su matador. A base de templanza y de que nunca tocara el astado la franela, el joven diestro apoderado por los Chopera, llegó a conseguir algún derechazo estimable y, sobre todo, pudo mostrar quietud de plantas y buen concepto del toreo. Siempre bien colocado y exponiendo una barbaridad, Jiménez Fortes se pegó un arrimón final y tras dejar una buena estocada el público pidió la oreja pero sin demasiada unanimidad, por lo que el presidente tuvo la excusa perfecta para no conceder el trofeo. Finalmente, la recompensa fue una vuelta al ruedo muy merecida y que valía el doble que muchas de las orejas que se han cortado a lo largo de la feria. El sexto dio algunas esperanzas durante los primeros tercios e incluso llegó apuntando cosas buenas al principio de la faena, pero duró un suspiro. Pese a que tenía buena condición y una boyante embestida cuando metía la cara, el de la divisa salmantina era manso y a la primera de cambio cantó la gallina y se rajó. Como manso que era, el astado de origen Lisardo se refugió en su querencia, en tablas y de allí ya no salió. Lo intentó de todas las formas posibles Jiménez Fortes, pero sus intentos fueron en balde. Una verdadera pena porque después de su primera actuación y de lo que apuntó toda la tarde, había muchas ganas de verlo delante de un animal con opciones. De todas formas, y a pesar de la condición de su enemigo, Fortes no se arrugó y le buscó las vueltas al toro pegándose otro meritorio arrimón en el que se sacó al astado por delante y por detrás y en el que se jugó los muslos sin ventajas. Aunque estaba rajado, el de Nicolás Fraile tenía castita y le pudo pegar un arreón en cualquier momento, pudiendo herirle. Jiménez Fortes además de ser un matador valentísimo sabe torear muy bien, posee un concepto muy bueno del toreo en el que sus máximas son llevar larga y humillada la embestida del toro, alargando y bajando mucho la mano.
Pero claro, para poder hacer esto tiene que tener a un toro bravo delante y no a los ejemplares que le tocó lidiar y estoquear ayer en Valencia. Al menos, su actuación en las Fallas le sirvió para reafirmarse como una de las grandes promesas del escalafón y para que todos estemos esperándole y deseando volver a verle.

LISONJERO, UN GRAN TORO

Hubo dos toros que valieron en el encierro del hierro de Valdefresno que volvió a demostrar que no se encuentra en su mejor momento. Para empezar la corrida estuvo muy desigualmente presentada, con varios toros mal presentados como el primero que fue indigno de una plaza de primera como Valencia. Este ejemplar y alguno más no tenían trapío alguno miraras por donde miraras. Anovillados, lavados de cara, sin remate…no se puede permitir que estos toros impresentables salten a un ruedo de primera. Desgraciadamente esto se está convirtiendo en costumbre y aquí nadie dice nada ni protesta. Por otra parte hubo otros toros más en el tipo de la casa y se vio la diferencia de hechuras entre unos más en Atanasio (más altos y finos de cabos) y otros más en Lisardo, como el segundo que era una verdadera estampa. “Lisonjero” que así se llamaba el que hizo segundo ya me gustaba antes de que saltara al ruedo, era mi apuesta después de ver las fotos de los toros en el campo. El Lisardo de los Hnos. Fraile era el prototipo del toro de esta ganadería y de este encaste, sus hechuras se correspondían además con los animales que suelen embestir de esta procedencia. Muy bajo, badanudo, con abundantes rizos que le hacían “mayor” y más serio, y tocadito de pitones. Esta era la morfología de un toro que, a pesar de los kilos (pesó menos de 500), tenía un trapío enorme y su seriedad era evidente. Para que luego digan que los kilos tienen que ver con el trapío…En cuanto al juego de la corrida, también fue desigual. Hubo comportamientos con distintos matices, pero en todo el encierro hubo un denominador común: la mansedumbre y falta de casta. La excepción la protagonizó precisamente “Lisonjero” que fue un gran toro. El serio ejemplar de la divisa roja y encarnada reunió la mayoría de virtudes que debe tener un toro bravo: clase, recorrido, humillación, nobleza, duración y transmisión. Si “Lisonjero” llega a tener todavía más casta y motor habría sido perfecto. Además, cumplió en varas sobre todo en el primer puyazo, vara que tomó metiendo los riñones, empujando con la cara abajo y romaneando.

SILVETI...DECEPCIÓN

El mexicano Diego Silveti llegaba a Valencia con mucho ambiente y gran expectación. La temporada pasada obtuvo grandes triunfos, todos ellos en el contexto de pertenecer a una dinastía en la Historia del toreo, en especial en su patria, México. Pero el verdadero examen lo tiene Diego este año y en España porque será aquí donde se encuentre con el toro que encumbra a un matador o lo condena, con un público menos cariñoso que el de su país, y en las ferias más importantes de todo el mundo. Esta temporada Diego Silveti pisará todas las grandes plazas y ferias y su particular examen comenzó ayer en Valencia. Y, desgraciadamente, no aprobó al dejar mucho que desear, decepcionar ante la gran expectativa creada entorno a su joven figura y desaprovechar un lote de triunfo que, a la postre, fue el único con verdaderas oportunidades de Valdefresno. Ante el primero de su lote, el segundo de la tarde y anteriormente analizado, Silveti realizó una faena muy irregular, con muchos altibajos. El trasteo del mexicano tuvo algunos pasajes de interés, pero la obra no terminó de ser completa y él tampoco acabó de cuajar al gran astado que tuvo delante. Tiene buen concepto Diego y además, como buen mexicano que es, tiene variedad sobre todo con el capote. También llega pronto al público con su singular y agradable sonrisa. Pero está claro que esto solo no basta y también se necesita de una buena técnica, algo que dio la sensación que no tiene dominado completamente. Se nota que no es español y no termina de encontrar el sitio que exigen los toros lidiados en nuestro país. En la mayor parte de su actuación no estuvo bien colocado y además le faltó imprimir mas temple a los muletazos. Con la espada tampoco anduvo fino toda la tarde y mientras “Lisonjero” se iba al desolladero con las dos orejas intactas, el recogió una cariñosa ovación desde el tercio. Pobre premio para tan gran enemigo. El que cerró su lote, el quinto, no fue su primero, pero fue el otro buen toro de la corrida. A este astado le faltó más casta, emoción y transmisión en las arrancadas pero como se dice ahora “se dejó” y mucho. Silveti no hizo mas que reafirmar las sensaciones dejadas en su primero, no llegó a encontrar las distancias ni sitio al toro y ejecutó un trasteo que pasó casi inadvertido en los (otra tarde más) vacíos tendidos del coso levantino. En resumen, lote de tres orejas sin aprovechar y muchas dudas por disipar a partir de ahora.

DUFFAU, SIN OPCIÓN

El que tampoco tuvo suerte en el sorteo fue el francés Thomas Duffau que, como el resto de sus compañeros, también debutaba en Valencia. Duffau es otro joven torero con condicione para funcionar durante las próximas temporadas pero si llega o no llega a la primera fila del escalafón dependerá de las oportunidades que le den y si cuando se las den, él las aproveche. La oportunidad de ayer en las Fallas fue envenenada, ya que pudo torear pero se estrelló ante un lote sin opciones. El que abrió plaza fue un ejemplar que, además de impresentable, evidenció su invalidez desde los primeros tercios. Ante la flojedad de su oponente que además careció de casta, el joven espada francés sólo pudo justificarse y esforzarse en que el de Valdefresno no se derrumbara durante su labor. Duffau si demostró que posee un concepto del toreo muy bueno, clásico y poderoso, y yo al menos me quedé con las ganas de verle delante de un toro digno y bravo en todos los sentidos para que pudiera mostrar con autenticidad lo que lleva dentro. El cuarto fue un astado huidizo y descastado que lo único que hizo durante todo el trasteo de Thomas fue recular y negarse a embestir. Ante su segundo, a Thomas Duffau se le vio más mecánico y vulgar ya que se empeñó en hacer embestir a un toro que lo único que se merecía era morir cuanto antes.

Valencia, 5ª de abono de la Feria de Fallas, con 1/4 de plaza se lidiaron 6 toros de Valdefresno, desiguales de presentación y juego. Algunos como el 1º impresentables por su anovillada presencia y otros bien presentados y muy en el tipo como el 2º. Destacó por su gran juego el 2º, noble, enclasado, encastado, humillador y con gran recorrido, duración y fijeza; también se dejó el 5º; el resto pecaron de falta de fuerzas (1º), descaste (3º o 4º) o mansedumbre (6º).

Thomas Duffau (sangre de toro y oro): silencio y silencio tras aviso

Diego Silveti (rosa y oro): saludos tras aviso y silencio tras aviso

Jiménez Fortes (lila y oro): vuelta al ruedo tras petición y silencio tras aviso

miércoles, 14 de marzo de 2012

La Feria de Fallas en directo por Twitter!


Todas las tardes iré contando en mi perfil de Twitter lo que vaya sucediendo en la plaza de toros de Valencia. Toro a toro, el análisis de toro y torero, pero contándolo con claridad y sin tapujos. Una vez finalizado el festejo, al final de cada tarde, también haré un resumen con los aspectos más destacados que haya deparado el espectáculo.


Podéis seguirme y estar informados de lo que ocurre cada tarde en la primera feria importante de la temporada, la Feria de Fallas de Valencia!!!

Búscame y sígueme: @AlexMartinezzz

Crónica 4ª Feria de Fallas 2012

"FUTURO, BENDITA PALABRA"

Futuro, esa es la palabra que más nos hace falta hoy en día en la fiesta de los toros. Las nuevas generaciones cada día están más alejadas de este espectáculo único y grandioso y esto hace que el futuro se torne oscuro. Los jóvenes son el futuro de la fiesta, el aficionado de mañana y por eso es tan importante el que se cultive la afición dentro de este sector de la sociedad. Pero esta no es la única amenaza que tiene el mundo de los toros, otra es la falta de novilleros interesantes y con proyección que hay en este momento, es decir, el peligro de que no haya regeneración en el escalafón. Desde hace ya muchas temporadas los aficionados estamos acostumbrados a que los chavales que empiezan, a que los novilleros vayan de figuras del toreo. Parecía que estaba en peligro de extinción esa actitud de entrega e ilusión absolutas dentro de los miembros del escalafón menor, hasta ayer. Porque en la cuarta de la Feria de Fallas apareció, como caído del cielo, un chaval que seguro dará que hablar, no sólo por sus grandes condiciones y proyección, sino por haberse comportado en el ruedo como un auténtico novillero. Su nombre es Román y pueden apuntarlo porque seguro no será la última vez que lo lean, vean o escuchen.

ROMÁN

El nombre propio de la última novillada del abono fallero fue, al margen de la notable novillada de El Parralejo, el novillero valenciano Román. Ya despertaba curiosidad este chaval al escucharlo hablar y ver su imborrable sonrisa y el derroche de frescura e ilusión que transmitía. Y esa personalidad tan peculiar y atrayente también se plasmó en el ruedo, ante la cara del toro. A pesar de su juventud y de estar muy nuevo (esta era su segunda novillada con los del castoreño), desde que se abrió de capote, Román se metió a la gente en el bolsillo e hizo que volviera a nuestras mentes ese comportamiento y actitud desgraciadamente en vías de extinción desde hace ya mucho tiempo: estar “en novillero). Y ¿por qué estuvo Román “en novillero”? Pues la respuesta es sencilla: porque salió a la plaza a darlo todo, a triunfar costara lo que costara, a no dejarse ganar la partida por sus compañeros de cartel y, sobre todo, a demostrar que quiere ser torero. Comenzó recibiendo a su primero por faroles rodillas en tierra, demostrando una enorme facilidad y valor. El tercero de El Parralejo fue un toro que valió mucho, sin llegar a ser completo ni sobresaliente. El de origen Fuente Ymbro repitió en la muleta del joven valenciano, humilló y tuvo clase, aunque le faltó una mayor transmisión y casta. Pero esa cierta emoción que le faltó al utrero la puso Román en una gran faena que dejó a todo el personal boquiabierto. Collado, que así se apellida el chaval, construyó un trasteo en el que demostró un gran concepto del toreo, muy clásico y poderoso y que fue complementado por su sincero valor y un derroche de entrega y disposición. Román engancha muy adelante a su oponente, baja mucho la mano llevando la franela rastrera y ejecuta unos muletazos muy largos a los que le falta más profundidad debido a que a veces descarga la suerte con la pierna de salida. Este defecto técnico tiene tiempo de corregirlo y su nuevo mentor, Santiago López (que le propuso apoderarlo en el mismo callejón una vez hubo acabado Román con su primer enemigo), seguro que trabajará en ello para solventarlo. Para rematar esta primera faena en su tierra, Román se tiró a matar muy derecho y se fue detrás de la espada con muchísima pureza y verdad. Fue mejor la ejecución que la colocación, pues la estocada cayó baja, pero lo más importante fue lo decidido que se mostró a la hora de ejecutar la suerte suprema. Una vez rodado el toro, los vacíos tendidos del coso de la Calle Xátiva se poblaron de pañuelos pidiendo las dos orejas, pero el señor presidente sólo concedió una.
Después de la tómbola del domingo y los trofeos de pueblo que se concedieron, el palco se puso “serio” con Román, vamos, con los más débiles y a los que se les debería subir la mano. Como es habitual, el palco de Valencia patinando como si en vez de albero, fuera hielo resbaladizo lo que cubriera el ruedo de la plaza de toros. Y para colmo, el “gran aficionado” que había sentado en el placo presidencial sacó el pañuelo azul para conceder una vuelta al ruedo absolutamente excesiva y desproporcionada al utrero de El Parralejo que fue bueno, pero no de vuelta. El que cerró plaza fue el de peor comportamiento del encierro y esta condición imposibilitó el triunfo completo del torero de la Escuela Taurina de Valencia. El novillo no tuvo clase alguna, se quedó muy corto y salió derrotando y pegando tornillazos a la muleta del joven Román. Éste no se arrugó y se pegó un valiente y meritorio arrimón en el que, al menos, pudo volver a mostrar sus ganas y valor. En vez de mejorar, el del Parralejo fue empeorando y obligó, después de unas ajustadas manoletinas, a entrar a matar a su lidiador. Y en la suerte suprema se volvió a vivir otro momento de emoción cuando Román se tiró encima del morrillo del toro para dejar una estocada de fea colocación, pero en la que se jugó el tipo como muy pocos toreros se lo juegan hoy en día. En el encontronazo con su matador, el novillo le partió la taleguilla al torero, pero gracias a Dios, el percance no tuvo consecuencias. Tras petición, saludos para este novillero que causó sensación en Valencia, que estuvo como tienen que estar los novilleros y que seguro tendrá un futuro muy fructífero y triunfal. ¡Suerte!

CONCHI RÍOS

Debutaba también en Valencia la joven novillero Conchi Ríos y lo hacía con mucho ambiente y expectación tras su destacada temporada del pasado año. La murciana reafirmó en la capital del Turia porqué está llamada a ser una de las mujeres más importantes que ha dado la Historia del toreo. Cochi Ríos torea y lo hace bien, no se trata simplemente de una chica que lo intenta con más ganas que lucimiento. Conchi estuvo muy templada toda la tarde y dejó entrever también buen concepto del toreo y seriedad en sus formas. El que abrió la tarde salió lesionado de chiqueros y, a pesar de tener buena condición y de querer siempre perseguir los engaños, el bonito ejemplar de El Parralejo debería haber sido devuelto a los corrales. De esta forma, Conchi Ríos si habría tenido una oportunidad completa y no media. El cuarto fue el mejor del encierro, un gran ejemplar que reunió prácticamente todas las cualidades que debe tener un toro bravo: bravura, casta, nobleza, clase, humillación, recorrido… El novillo se entregó desde el principio y acudió siempre pronto a los cites de la murciana, embistiendo en ocasiones con un galope muy alegre y emocionante. Todo lo quiso por abajo el animal y no se cansó de embestir, a pesar de que Conchi Ríos le exigió. Ríos anduvo de nuevo templada y llevó el hocico del toro cosido a su muleta tirando mucho de él y siempre llevándole muy tapado para que el astado sólo viera tela. Como es lógico, también mostró carencias técnicas como el poco sitio que le dejó muchas veces a su antagonista (ahogándole un poco) o, en ocasiones, la colocación que no fue la más ortodoxa y exigible. La mayor parte del trasteo de Conchi al segundo de su lote estuvo basada sobre el pitón derecho, pero los mejores muletazos llegaron sobre el izquierdo en una gran serie de naturales en los que Conchi Ríos se sintió y toreó con gusto. Además, ni una sola vez le enganchó la muleta el novillo. Tras pinchazo y estocada, cortó una oreja de peso y “Bevito”, que así se llamó el toro, fue premiado, esta vez sí con acierto, con la vuelta al ruedo en el arrastre.

FERNANDO ADRIÁN

Sin ser mala, la actuación más plana y que dijo menos fue la de Fernando Adrián. Con gran expectación llegaba Adrián a Valencia después de ser uno de los novilleros triunfadores de la temporada pasada. Su primero, el segundo, fue un novillo encastado que transmitió bastante y al que le faltó un poco mas de clase en su embestida y mejores finales. El ganador de la última edición del Zapato de Oro de Arnedo anduvo fácil, con oficio y también demostró poseer un concepto muy bueno del toreo. Se nota que Fernando se ha hecho en la Escuela Taurina de El Juli en Arganda del Rey (Madrid), ya que es un torero muy poderoso, que baja mucho la mano y alarga los muletazos hasta el final. Lo más reprobable de la actuación del madrileño fue que pocas veces estuvo cruzado y se sitúo demasiado fuera de cacho en la mayoría de las tandas. Además, no estuvo tan “en novillero” como sus compañeros, algo que ayer si se notó mucho y que en cierta forma le pasó factura. Tampoco estuvo acertado con la espada y eso le impidió el que pudiera haber tocado pelo. El quinto no estuvo entre los mejores del encierro del Parralejo y tuvo algunas complicaciones devenidas de la mansedumbre que demostró en todos los tercios. A pesar de que no fue bravo, si tuvo opciones e interés y ante él volvió a estar un Fernando Adrián solvente y bastante lucido, pero que tampoco terminó de dar el paso ni de estar a la altura de lo esperado. Por otra parte, en muchos pasajes de su obra estuvo falto de temple. Vuelta al ruedo fue el premio que obtuvo
en los dos novillos de su lote.

Valencia, 4ª de abono Feria de Fallas. Con 1/5 de entrada se lidiaron 6 novillos de El Parralejo, bien presentados, bonitos y de armónicas hechuras, y de variado e interesante juego. Sobresalieron 2º, 3º y 4º (estos dos últimos premiados con la vuelta al ruedo). 1º noble y con afán de embestir, pero lesionado de salida, se dolió durante toda la lidia; 2º encastado y con transmisión aunque le faltó algo más de clase; 3º de buen juego aunque le faltó mas bravura; 4º extraordinario, cumplió en varas y en la muleta galopó con mucha entrega y transmisión. Tuvo nobleza, clase, humillación y duración; 5º mansito aunque potable en la muleta; 6º áspero y deslucido por su mansedumbre y por salir siempre de los muletazos con la cara arriba y sin fijeza, fue el peor.

Conchi Ríos (lila y oro): Saludos y oreja tras aviso

Fernando Adrián (verde manzana y oro): Vuelta al ruedo tras aviso y vuelta

Román (rosa palo y oro): Oreja tras petición de la segunda y aviso y saludos tras petición


Fotos: Rullot

jueves, 8 de marzo de 2012

Mis carteles de San Isidro

Como soñar es gratis, he querido meterme en la piel de los empresarios de la plaza de toros más importante del mundo, Las Ventas, y confeccionar los carteles de la próxima Feria de San Isidro. Por supuesto, que sin tener que enfrentarme a las presiones y exigencias de las figuras, los apoderados y compañía, y sin tener un presupuesto delante, todo es más fácil, pero por eso no cobro por ello. He hecho unos carteles según mis gustos y buscando el equilibrio y, sobre todo, construir una feria del gusto del que paga, del aficionado, ya que su satisfacción por los carteles debe ser el principal objetivo para el empresario. Muchas de las combinaciones que aquí planteo son utopías, imposibles que nos parecen que nunca se podrán hacer realidad, pero lo que yo quiero es que todos ustedes hagan una reflexión y piensen porqué es imposible conseguir eso, quién o quiénes son los culpables de que año tras año nos tengamos que conformar con unos carteles mediocres. Estoy seguro que todos los ganaderos que contrataría en mi feria estarían encantados de acudir a San Isidro, al igual que la mayoría de diestros, sobre todo las jóvenes promesas que han sido la base de mi abono. Por lo tanto, sólo quedan unos actores en este entramado: las figuras del toreo. Ellas, con la exigencia y la comodidad de matar sus ganaderías predilectas y no salirse del encaste Domecq, son las que hacen que la afición no pueda disfrutar con este tipo de carteles. Ahora, pasen y vean y juzguen por sí mismos. Se admiten críticas!!!


FERIA DE SAN ISIDRO 2012

Jueves 10 de mayo: El Fundi, Iván Fandiño y Alejandro Talavante (Adolfo Martín)

Viernes 11 de mayo: Miguel Ángel Perera, Andrés Palacios y Miguel A. Delgado (conf.) (San Pelayo y San Mateo)

Sábado 12 de mayo: Curro Díaz, Alejandro Talavante y Arturo Saldívar (El Tajo y la Reina)

Domingo 13 de mayo: Rafaelillo, Fernando Robleño y Jiménez Fortes (Conf.) (José Escolar)

Lunes 14 de mayo: Francisco Montiel, Tulio Salguero y Javier Jiménez (novillada de Valdefresno)

Martes 15 de mayo: Morante de la Puebla, José María Manzanares y Javier Cortés (Núñez del Cuvillo)

Miércoles 16 de mayo: Serafín Marín, Fernando Cruz y David Mora (Dolores Aguirre)

Jueves 17 de mayo: Leandro, Alejandro Talavante y Rubén Pinar (Alcurrucén)

Viernes 18 de mayo: El Cid, El Juli y López Simón (Conf.) (El Ventorrillo)

Sábado 19 de mayo: Juan José Padilla, Miguel Abellán y Alberto Aguilar (Miura)

Domingo 20 de mayo: Enrique Ponce, Sebastián Castella y David Galván (Conf.) (Conde de Mayalde)

Lunes 21 de mayo: Conchi Ríos, Rafael Cerro y Gonzalo Caballero (novillada de Yerbabuena)

Martes 22 de mayo: José María Manzanares, Sebastián Castella y Juan Luis Rodríguez (Conf.) (Flor de Jara)

Miércoles 23 de mayo: El Fundi, José Tomás y Juan del Álamo (El Montecillo)

Jueves 24 de mayo: Iván Fandiño, David Mora y Sergio Serrano (Conf.) (Fuente Ymbro)

Viernes 25 de mayo: Uceda Leal, Morante de la Puebla y Cristian Escribano (Conf.) (El Pilar)

Sábado 26 de mayo: César Jiménez, David Mora y Miguel Tendero (Baltasar Ibán)

Domingo 27 de mayo: Juan Mora, José María Manzanares y Morenito de Aranda (Torrestrella)

Lunes 28 de mayo: Sergio Flores, Adrián de Torres y Fernando Adrián (novillada de Ana Romero)

Martes 29 de mayo: El Juli, Iván Fandiño y Víctor Barrio (Victoriano del Río)

Miércoles 30 de mayo: Fracuelo, José Tomás y Fermín Espínola (El Puerto de San Lorenzo)

Jueves 31 de mayo: César Jiménez, Javier Castaño y Sergio Aguilar (Cuadri)

Viernes 1 de junio: El Juli, Miguel Ángel Perera y Diego Silveti (Conf.) (La Quinta)

Sábado 2 de junio: El Cid, Antonio Ferrera y Diego Urdiales (Victorino Martín)

Los "Adolfos" para Fallas

Los toros de Adolfo Martín que saltarán al ruedo en la primera corrida del abono fallero ya están en los corrales. Los astados de la divisa verde y roja serán los encargados de abrir la Feria de Fallas 2012, y con ella la primera gran cita de la temporada taurina de este año. Seguramente a lo lago del ciclo valenciano, muchos serán los astados que continúen bajando el nivel de seriedad que posee actualmente el coso de la calle Xátiva. Valencia es una plaza de primera categoría y, por lo tanto, se deberían lidiar corridas acordes con esta categoría y no animales anovillados y faltos de cuajo. Antes de que empiece la feria, lo que es seguro es que el de Adolfo Martín será el encierro mejor presentado. A continuación, las fotos que dan fe de ello, recogidas en los corrales de la plaza a pocas horas de que salgan por chiqueros. Como verán, se trata de un lote muy serio, pero de fantásticas hechuras, con animales rematados y muy musculados. Ojalá Adolfo tenga suerte y además de ovaciones a la salida de chiqueros, también sean despedidos de esta forma cuando vayan camino del matadero. Por ser uno de los mejores ganaderos de la actualidad, se lo merece.

(Fotos: Rullot)

miércoles, 7 de marzo de 2012

Artículo de opinión

"PADILLA, ¡QUÉ GRANDE ERES TORERO!"

Con la emoción aun clavada en el corazón escribo estas líneas con las que pretendo hacer mi particular y sentido homenaje al diestro Juan José Padilla. El pasado domingo tuve la oportunidad de viajar hasta la localidad pacense de Olivenza para presenciar una de las reapariciones más esperadas de los últimos años. Tan sólo 5 meses después de sufrir una gravísima y terrible cornada en la Feria del Pilar de Zaragoza, el diestro Juan José Padilla cumplía su sueño y promesa de volver a vestirse de luces y hacer el paseíllo en una plaza de toros. Pese a la gravedad de la cornada y las secuelas sufridas, el diestro jerezano tuvo la intención desde el principio de volver a los ruedos y continuar con su ya extensa y dura carrera profesional. Padilla es uno de los diestros del escalafón mas castigado por los toros y un matador desde hace muchos años encasillado en las denominadas corridas duras. Pese a que su concepto y forma de torear nunca ha terminado de gustar ni de ser admitida por los más entendidos y ortodoxos, esto le ha hecho ganarse el respeto del aficionado que reconoce el mérito de ponerse delante, tantas tardes, de toros de un enorme trapío y grandes dificultades. Varias veces ha estado ya el diestro de Jerez a punto de perder la vida en las astas de un toro, pero estos percances no sólo no le han hecho venirse abajo y tirar la toalla, sino que le han hecho más fuerte y afrontar con una mayor ilusión su profesión de matador de toros. La secuela más grave que sufrió Juan José a raíz de la cornada que le infirió ese toro de Ana Romero en Zaragoza fue la pérdida de la visión en el ojo izquierdo, por eso parecía muy difícil que Padilla se pudiera volver a poner delante del toro, ante un público y en plenas facultades. Pero si los toreros están hechos de otra pasta y son toreros fuera de lo normal, Juan José Padilla lo es todavía más. Siempre se ha caracterizado por su alegría y positivismo en la cara del toro, por no achicarse ante las adversidades y por ser un hombre de una fortaleza física y mental descomunal. Si alguien dudaba de todas estas cualidades, Padilla nos las ha vuelto a demostrar pero multiplicadas por mil. Según sus propias palabras, Juan José no le guarda rencor al toro y las alegrías que le ha dado esta profesión pesan mucho más a todas las durezas y desgracias que ha tenido que soportar. Los toreros no se pueden equiparar al resto de profesionales, ellos no se introducen en el mundo del toro para buscar salidas ni ganarse la vida según lo que más les gusta; ellos son toreros por vocación, porque no entienden el mundo sin los toros y sin la posibilidad de sentir la embestida de un animal rozándoles los muslos y el alma. Juan José Padilla ha vuelto a demostrar, como ya lo hizo el pasado verano José Tomás y otros tantos en la historia del toreo, la grandeza de este arte y espectáculo inigualable. En un momento en el que en la sociedad solo se valoran aquellos gestos y acciones basadas en lo fácil y en lo superfluo, y en un momento en el que los valores tradicionales del respeto, la lucha, el esfuerzo y el sacrificio casi han desaparecido de la sociedad, un torero nos ha devuelto la esperanza en la vida, en lo grande que puede llegar a ser esta. Ver a un hombre que ha sufrido tanto volver a sonreír y a disfrutar jugándose la vida como si nada hubiera pasado y como si su ojo izquierdo siguiera viendo la belleza del mundo en vez de estar ocultado por un parche, es de las cosas más bonitas y emocionantes que se pueden ver y sentir. Juan José Padilla nos ha vuelto a dar una lección a todos, una lección de vida y de superación y ello no debe quedar exento de reconocimiento y de admiración, debe ser alabado y quedar en la conciencia de todos. Termino diciendo una sola frase que todos gritábamos el domingo en el coso de Olivenza: Padilla, ¡TORERO! ¡TORERO! y ¡TORERO!

martes, 6 de marzo de 2012

Crónica reaparición Juan José Padilla

"EL REGRESO DE UN HÉROE"

Después de cinco meses desde su gravísimo percance en Zaragoza, el torero de Jerez volvió a los ruedos abriendo la puerta grande del coso de Olivenza. La inválida y descastada “novillada” de Cuvillo deslució el cartel estrella de la feria pacense e imposibilitó el lucimiento de Morante y Manzanares.


En un momento como el actual en el que los valores morales y éticos han desaparecido casi totalmente de la sociedad y en el que en nuestro país solo tienen cancha la frivolidad, la hipocresía, la envidia y el materialismo, es más necesario que nunca el que haya seres de una grandeza humana como el caso de Juan José Padilla. El pasado 7 de octubre en el coso de la Misericordia de Zaragoza, el diestro jerezano sufrió una terrible cornada cuando salía de clavar un par de banderillas ante un astado de Ana Romero. Padilla se tropezó y cayó al suelo con la horrible suerte de que el ejemplar santacolomeño hizo por él y le corneó de forma espantosa en la cara. El pavor y la incertidumbre se apoderaron de una plaza que quedó sumida en el silencio y el desasosiego al comprobar la gravedad del percance. Gracias a Dios y a pesar de los espectacular y grave de la cornada, Juan José Padilla consiguió salir adelante y comenzó un duro período de rehabilitación en el que la peor noticia fue la que aseguró que el diestro de Jerez había perdido la visión de su ojo izquierdo a consecuencia de la cogida. Si esto le hubiera ocurrido a cualquier persona “normal” el período de recuperación habría sido largísimo y las secuelas, innumerables, pero los toreros parecen ser seres de otro planeta, personas que están hechas de otra pasta. Así, aun conmocionados por la cornada que había sufrido, Padilla habló para agradecer el cariño y apoyo recibido, tranquilizar a todo el mundo y asegurar que se volvería a vestir de luces y a hacer el paseíllo en una plaza de toros. Esto parecía imposible, sobre todo teniendo en cuenta el poquísimo tiempo que había pasado desde aquel fatídico 7 de octubre, pero el deseo y la esperanza de Juan José se hicieron realidad al anunciar oficialmente que reaparecería el 4 de marzo en Olivenza (Badajoz), en la primera feria destacada de la temporada.En esta crónica podríamos extendernos hablando de los fallos técnicos o del concepto del toreo que demostró el pasado domingo Juan José Padilla en Olivenza, pero creo que estas líneas deben ser el reconocimiento y el homenaje hacia un héroe que reapareció después de cinco meses en los que ha estado en la cuneta del dolor, el esfuerzo y la lucha. La noticia es que el domingo reapareció en Olivenza un héroe, el héroe Padilla.

EMOCIONES A FLOR DE PIEL

El día había llegado, la expectación era máxima y en el ambiente se respiraba una sensación común de máximo respeto, admiración y emoción ante la inminente vuelta del “Ciclón de Jerez”. Vestido de un terno verde esperanza y oro (como símbolo de que en ningún momento había perdido la esperanza de volver a hacer el paseíllo vestid de luces) y acompañado de dos figuras del toreo de la talla de Morante de la Puebla y José María Manzanares, Juan José Padilla pisó el ruedo de Olivenza en medio de una tremenda ovación de un público que abarrotó la plaza para ser testigo de la vuelta del héroe. Con la gente puesta en pie aplaudiendo al siempre entregado y valeroso Padilla, se hacía realidad el sueño del propio matador, pero también el de todos los que amamos el arte del toreo, un arte más grande aún tras la vuelta del último héroe contemporáneo. Tras ser obligado a saludar por el respetable, el toque de los clarines y timbales indico el momento de la verdad, la salida del primer toro de la tarde. Y se abrió el portón de chiqueros y apareció el “cuvillo” de la reaparición. Rápidamente Padilla se hizo presente en el ruedo, desplegó el capote y lanceó por primera vez al bonito ejemplar de la divisa gaditana. En ese momento un escalofrío recorrió el cuerpo de todos los presentes y esa angustia y emoción inicial, se tornó en olés para premiar el templado recibo a la verónica que consiguió Juan José. Tras un puyazo corto debido a la aparente debilidad del astado, Padilla tomó los palos para volver a desempeñar una de las suertes que han caracterizado su ya larga carrera profesional.

Con las banderillas el espada gaditano demostró poseer las mismas facultades de siempre y consiguió un tercio brillante en el que expuso mucho y clavó en la cara asomándose al balcón. Padilla brindó el primer toro de su lote a los médicos que le salvaron la vida el pasado mes de octubre en Zaragoza y se dispuso a torear con la muleta al toro de Cuvillo. Éste tuvo tanta nobleza y clase (las dos condiciones más requeridas hoy en día por los toreros), como poca fuerza y casta. El animal se paró desde el inicio del trasteo y su debilidad se tornó en invalidez. Juan José Padilla solo pudo demostrar una enorme disposición y tras dejar una estocada casi entera desprendida, fue premiado con un trofeo que premió más sus ganas y deseo de agradar, que la deslucida labor muletero que llevó a cabo por la condición del marmolillo de Núñez del Cuvillo. El cuarto del festejo fue un ejemplar más feo, escurrido y cariavacado que lució un pelaje colorado chorreado en verdugo. Este toro tuvo algo más de fortaleza que sus hermanos y compartió la seña de identidad de la corrida: la nobleza. Tuvo algo menos de clase pero permitió a Juan José Padilla realizar una faena más larga e intensa. Dos versiones demostró Juan José en su vuelta: una más templada y ortodoxa; y otra más acelerada y populista (la más parecida al Padilla de siempre). En este cuarto, desplegó la segunda de las versiones una vez que la emoción del momento se apoderó de él y comenzó a recuperar las señas de identidad que le han acompañado todos estos años. Este segundo trasteo fue un derroche de valor, casta y arrojo y también un muestrario de suertes consideradas populistas como desplantes, agarrones a los cuartos traseros del toro, pases de pecho y molinetes…al margen de la brillantez de su labor, el reconocimiento de la plaza a su esfuerzo fue unánime y tras pinchar en dos ocasiones y dejar una estocada tendida cortó la otra oreja que le permitió abrir la puerta grande en la tarde más especial de su vida.


UN TERCIO DE BANDERILLAS IRREPETIBLE

Quizás lo más lucido y brillante de la tarde, al margen de las emociones vividas con la reaparición de Padilla, fue el tercio de banderillas del cuarto de la tarde. El protagonista de la tarde invitó a sus dos compañeros de terna a colocar los palos en el segundo de su lote y tanto Manzanares como Morante no se pudieron negar y accedieron inmediatamente. Fue un tercio de banderillas sencillamente sublime. Los tres pares fueron extraordinarios, a cada cuál mejor. Los tres hicieron la suerte con enorme pureza, yendo de frente a buscar al toro, reuniendo los palos abajo y clavando en la cara asomándose al balcón. Expusieron muchísimo los tres y los pares cayeron arriba y reunidos. Padilla, Morante y Manzanares saludaron una atronadora emoción de unos tendidos puestos en pie que volvieron a ver a matadores de toros clavando banderillas como mandan los cánones y no en un alarde de facultades más propias de un atleta, que de un torero. Ustedes mismos opinen a quién o quiénes me refiero…

Y CUVILLO AGUÓ LA FIESTA

El resto del festejo no dejó casi nada destacable. La corrida del hierro de Núñez del Cuvillo, el más cotizado en la actualidad, dio al traste con las esperanzas e ilusiones creadas y pegó un petardo sin paliativos. El encierro (como se esperaba) estuvo mal presentado con ejemplares anovillados y muy sospechosos de pitones. Pero si la fachada fue mala, el interior fue peor. Todos los astados lidiados tuvieron nobleza y clase en distinta medida: desde los enclasados primero, segundo o sexto; hasta los más deslucidos tercero y quinto. Estos dos últimos tuvieron un calamocheo constante a consecuencia de su poca fortaleza, ya que se defendieron acortando su recorrido y pegando cabezazos. Morante de la Puebla anduvo muy templado en su primero, el segundo de la tarde. A este animal lo recibió con un notable saludo a la verónica y luego firmó las dos series más destacadas del festejo. Fue al principio de la faena, con la mano diestra y antes de que el toro “echara la persiana”. El sevillano alargó mucho la mano, llevó cosida la embestida de su oponente y cargó mucho la suerte. Todo ello, como siempre, adornado con su singular y única clase y cadencia. Tras dejar casi media caída y atravesadilla y escuchar un aviso, fue premiado con una oreja muy liviana de peso. El cuarto demostró desde el principio su condición de inválido defendiéndose con un molesto y constante calamocheo que hizo no darse coba al diestro de la Puebla del Río y coger rápidamente el estoque para pasaportar al descastado ejemplar de Cuvillo. Fácil con la espada, división fue lo que escuchó Morante en este toro.

Una oreja también fue el premio que recibió José María Manzanares. El alicantino anduvo fácil toda la tarde, dejando patente el temple que imprime a los muletazos, y el empaque con el que adorna los mismos. La del tercero fue una faena irregular, que no tuvo continuidad ni remate debido a la condición de su antagonista. En esta labor destacó un lento y largo cambio de mano, así como la estocada con la que culmino la faena. Manzanares dejó una gran estocada (aunque un pelo desprendida) entrando a matar en la suerte de recibir. También intentó pasaportar de esta forma al segundo de su lote, pero en esta ocasión la espada se le atravesó y después de pinchar en dos ocasiones, dejó una estocada de fea colocación. El sexto tuvo en el inicio algo más de motor y raza, pero rápidamente se desinfló y acabó rajándose. El diestro de Alicante destacó en las dos primeras series sobre el pitón derecho y después lo siguió intentando con insistencia, pero sin lucimiento alguno. En la lidia de este último destacaron también Curro Javier con el capote y Juan José Trujillo con los palos.

FICHA DEL FESTEJO

4ª de abono de la Feria de Olivenza, con lleno de “no hay billetes” en los tendidos, se lidiaron 6 toros (3º bis) de Núñez del Cuvillo, mal presentados y muy sospechosos de pitones, y de pobre juego en general. La mayoría nobles y con clase pero muy justos de fuerzas y descastados. 1º y 2º nobles y enclasados pero inválidos, descastados y muy parados; 3º y 5º nobles pero con poco recorrido y un calamocheo constante muy molesto; 4º noble y con algo más de motor y raza, aunque menos clase; y 6º duró un suspiro y rápidamente se rajó mostrando su falta de casta.

Juan José Padilla (verde esperanza y oro): oreja en ambos.

Morante de la Puebla (negro y oro): oreja tras aviso y división de opiniones.

José María Manzanares (nazareno y oro): oreja y ovación.