jueves, 7 de marzo de 2013

Análisis Feria de San Fermín (II)

DEMASIADAS OREJAS CONCEDIDAS Y UN FINAL SIN EL TORO COMO PROTAGONISTA

La última parte de la Feria de San Fermín dejó más penas que glorias y dos matadores jóvenes lanzados por sus importantes actuaciones: Antonio Nazaré y Jiménez Fortes.


El pasado sábado se entonaba en Pamplona el “Pobre de mí”, el tradicional cántico con el que se pone punto y final a la Feria de San Fermín. Un año más, la capital navarra ha sido el escenario de la Feria del Toro, el ciclo taurino que centra la atención de los sanfermines de cada año. Una vez pasado el primer tramo de la temporada con las ferias de Valencia, Sevilla y, sobre todo, Madrid, la segunda semana de julio, Pamplona se convierte en el centro del “Planeta taurino”. Por la mañana los encierros son una cita ineludible para todos los aficionados, pero lo más importante tiene lugar cada tarde en la Monumental pamplonesa, la segunda más grande de nuestro país. Allí, con uno de los toros más serios de cuántos se lidian a lo largo de la temporada, los distintos matadores jóvenes y también algunas figuras, muestran el estado en el que se encuentran ya en el ecuador de la temporada española. Este año San Fermín ha dejado muchas alegrías y noticias positivas, por ejemplo que todas las tardes se ha llenado la plaza (20000 personas), pero también otras muchas notas negativas. La peor, que la categoría de Pamplona ha bajado.

OREJAS DE NULO PESO

Siempre se ha dicho que el ambiente festivo de los tendidos de la plaza de toros de Pamplona provocaba el que se concedieran algunas orejas que en otras plazas no serían nunca reconocidas. Pero en ediciones anteriores esas orejas eran la excepción y solían darse a toreros que buscaban el aplauso fácil con algunos recursos y guiños a las peñas presentes cada tarde en los tendidos de sol. Desgraciadamente, este año, esas orejas de liviano peso han sido innumerables y absolutamente inmerecidas. Tendríamos que hacer recuento de todas las que se han concedido sin ningún tipo de mérito pero por nombrar algunas, podemos recordar algunas de las concedidas a Joselillo, Francisco Marco, Fandiño, David Mora, El Fundi, Luque, Padilla…varios de esos trofeos fueron de absoluta benevolencia y otros hasta de vergüenza porque se concedieron tras sendos bajonazos. El otro factor determinante para esta lluvia de orejas sanfermineras ha sido el palco. Por tradición, en Pamplona, los encargados de presidir las ocho corridas de toros que componen el grueso del serial son los concejales del Ayuntamiento. La mayoría no son aficionados ni tienen un mínimo de criterio o de conocimiento sobre la lidia. Por eso, día tras día, hemos visto a presidentes que dudaban si conceder o no la oreja o a algunos que atendían peticiones minoritarias. Deben reflexionar en Pamplona para que esto no siga ocurriendo en una plaza de primera.

DESTACAN CEBADA Y EL PILAR

En el capítulo ganadero, primordial en Pamplona y en la Feria del Toro, este año no han brillado la mayoría de hierros lidiados. Siempre han embestido muchos toros y corridas completas en San Fermín, debido a que los encierros lidiados allí son de lo mejor de cada ganadería, las “joyas” del campo bravo. Pero este año ni una sola corrida ha sido completa y tan sólo han puntuado algunos toros sueltos. La corrida de Dolores Aguirre, comentada aquí la semana pasada, fue una total decepción; interesante y variada resultó la siempre esperada de Miura; mucha fachada, seriedad y trapío la de Fuente Ymbro que, pese a sortear algún ejemplar con opciones, no mantuvo el buen nivel de años anteriores; y auténtico desastre el protagonizado por las tres divisas que saltaron al ruedo en la recta final de estos sanfermines. Pero de la quema, en cuanto a corrida en su conjunto, se han salvado dos: la de Cebada Gago y la del Pilar. Y ambas se han repartido los premios más importantes que concede la Casa de la Misericordia: Cebada Gago se ha llevado el trofeo a la corrida más completa, mientras que El Pilar se ha hecho con el premio “Carriquiri” al toro más bravo. Cebada lidió una buena corrida el lunes día 11. El lote del hierro gaditano estuvo muy bien presentado, fue serio y en el tipo de esa casa ganadera. No fue un encierro completo ni tampoco saltó a la plaza ningún astado de extraordinaria bravura, pero la mayoría de los ejemplares lidiados dieron opciones a sus matadores y demostraron nobleza, movilidad y, en algún caso, clase y humillación. Mansitos resultaron algunos aunque con fondo de bondad. Destacaron de entre todos, el primero y el sexto. Después de ver la corrida de Cebada muchos nos preguntamos por qué tiene esa ganadería la etiqueta torista. El encierro del Pilar sorteó también dos toros de Moisés Fraile, uno de ellos, el sexto, de nombre “Cantillito” ha sido el premiado como el mejor de toda la Feria del Toro. Virtudes demostró la vacada salmantina que sirvió para que Fandiño y Mora abrieran la puerta grande.

DOS JÓVENES VALORES

Siempre es San Fermín feria de oportunidades para matadores jóvenes que han conseguido destacar en los primeros ciclos de la temporada. Y este año los elegidos para debutar en Pamplona eran Antonio Nazaré y Jiménez Fortes. Y los dos cayeron de pie en su debut. El primero cortó una oreja de peso al buen sexto de Cebada. Entre tanta mediocridad y orejas de pueblo, el trofeo obtenido por el sevillano fue de los que de verdad calan entre el aficionado. Nazaré hilvanó una faena en la que sobresalieron varias series de muletazos con ambas manos, sobre todo al natural. El diestro hispalense logró naturales de gran largura, templanza y profundidad. Y todo con la mano muy baja y sintiendo el toreo que estaba realizando. Toque de atención de este chaval que ya tuvo su cartel como novillero. Y el otro nombre propio que ha dejado la Feria del Toro de 2012, junto al de Javier Castaño y Nazaré, ha sido Saúl Jiménez Fortes. Este joven malagueño ya apuntó cosas importantes cuando engrosaba el escalafón menor, las reeditó en su primera temporada como matador (la del año pasado) y lo ha vuelto a hacer este año en Valencia, en Sevilla y ahora también en Pamplona. Valor sincero, seco, sin límites el que tiene este torero y que además conjuga con un muy buen concepto del toreo y con unas formas cargadas de pureza y verdad. Fortes se la jugó desde el principio con una imponente corrida de Fuente Ymbro y anduvo a mucho mejor nivel que sus compañeros.

LAS FIGURAS Y SU TORO

Fue desembarcar las figuras en Pamplona y el toro menguó. Después de tardes en las que el toro-toro salía por chiqueros y se demostraba que Pamplona es uno de los cosos más serios, las corridas de Victoriano del Río, Juan Pedro Domecq y Torrehandilla dejaron mucho que desear en todos los aspectos, entre ellos, en presentación. La más decente fue la de Victoriano que sí sorteó algún animal correcto para Pamplona. Las que fueron una auténtica vergüenza fueron las de Juan Pedro y Torrehandilla. La primera volvía a San Fermín después de siete años de ausencia, y la segunda debutaba en la Feria del Toro. Después de los resultados, seguramente ambas desaparezcan durante largos años del listado de ganaderías seleccionadas para correr por las calles de Pamplona. Se creían los veedores de las figuras que nadie se daría cuenta de las hechuras anovilladas e impresentables de Juan Pedro y Torrehandilla y que se taparían por la cara. Pues ni eso, ya que algunos también tuvieron expresión de novillo. Muy preocupante el que ya también en Pamplona las figuras hayan conseguido imponer su “torito”. Y ya del juego ni hablemos. Un auténtico muestrario de descaste e invalidez es lo que demostraron ambas. Y eso que ni se las picó. Uno se salvó de Juan Pedro (el segundo) y ninguno de Torrehandilla. Con semejante material nada destacable hicieron las figuras de turno que se pasearon sin pena ni gloria. El Juli tendrá que seguir esperando para dar el golpe que tanto anhela en protagonizar. Y Padilla volvió a ser el Rey de Pamplona y salió a hombros ante una afición completamente entregada y muy cariñosa.

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