TOROS Y TOREROS
APUNTAN, PERO NO DISPARAN
La corrida de Alcurrucén, muy desigual de presentación,
sortea varios ejemplares con posibilidades y otros de nulo juego. Destaca la
firmeza de Fandiño y tan sólo pinceladas de Mora y Luque.
El
cartel de la segunda del abono albaceteño era uno de los más esperados.
Esperados para los aficionados, porque para el gran público era un festejo
modesto y de relleno. Y, como digo, la terna había despertado un gran interés y
muchas esperanzas entre los aficionados más exigentes, pero al final fue más la
expectación que lo que después se vio en el ruedo. El que mejor estuvo fue Iván
Fandiño y el que peor, David Mora. Daniel Luque lo intentó sin demasiado
acierto y fue duramente tratado por un público que, como la tarde anterior,
concedió algún trofeo de escaso peso. Los tres diestros son jóvenes, toreros
con proyección que ya están en todas las ferias y por eso exactamente quizás
debieron mostrar una actitud más entregada y dejarse la piel en su paso por
Albacete. Es verdad que en la corrida de Alcurrucén hubo de todo, y no todo fue
bueno, pero también lo es que si ya nos vamos acomodando…mal vamos. El encierro
de los Lozano, ya nuevos empresarios del coso junto a Manuel Caballero y Manuel
Amador, lució una presentación muy desigual y a la arena de La Chata saltaron un par de
ejemplares mal presentados por anovillados y que no debieron pasar el
reconocimiento veterinario. Algunos como el precioso 2º o el 3º sí estuvieron
muy en “Núñez”, encaste del que procede esta vacada con divisa celeste y negra.
Otros, como los sorteados en cuarto y sexto lugar, fueron más feos y no
presentaron el trapío y la seriedad necesarios. En cuanto al juego, también
hubo variedad e interés. No fue una corrida completa, ni de ella salió ningún
toro sobresaliente, pero sí hubo animales con opciones y mucho que torear. El
mejor lote le correspondió al toledano David Mora y, en cambio, sus compañeros
tuvieron menos suerte. Así de injusta es la vida.
Iván
Fandiño, pese a su ya larga experiencia y trayectoria, hizo el paseíllo
desmonterado, detalle que muchos pasaron por alto pero que significó que era la
primera vez que actuaba como matador de toros en la plaza de toros de Albacete.
Y en su primera tarde en el coso manchego, el vasco demostró alguna de las
características de su concepto como la firmeza o el valor. En ocasiones si
toreó fuera de cacho, más en el cuarto que en el primero, pero en la mayoría de
muletazos si se colocó en el sitio y por momentos cargó la suerte. El que abrió
plaza fue un astado correcto aunque en el límite de presencia y que después fue
de los peores del encierro. El animal, que lució una típica capa en este hierro
(negro girón), no tuvo ni un mínimo de transmisión y llevó siempre la cara a
media altura. Flojeó de salida el de Alcurrucén y frente a él anduvo un Iván
Fandiño que se justificó sobradamente en una labor seria para aficionados. Hizo
más de lo que permitía el toro, pero su labor nunca llegó al tendido. Tras una
estocada trasera y tendida y un golpe de descabello, escuchó silencio. Si su
primero no dio opciones para el lucimiento, muy interesante fue el juego del
cuarto. El feo ejemplar que apareció tras el descanso para la merienda sacó
fondo de casta y embistió con gran transmisión y poder. No fue un astado fácil
pues siempre fue muy reservón y le costó romper en la franela del de Orduña. Por
momentos “Tonadillo” embistió a arreones y el trasteo de su matador, que empezó
con intensidad con varios pases cambiados por la espalda y las zapatillas muy
quietas en el centro del ruedo, apuntó pero no llegó a disparar. Hubo alguna
serie buena con la izquierda en la que hubo más acople, pero escaseó el gusto y
no llegó a ser totalmente templada la obra. El público volvió a responder al
final con unas ajustadas bernadinas antes de que Fandiño perdiera con los
aceros la posible oreja que habría cortado.
El
que sí logró puntuar, numéricamente, fue David Mora. Y esto no significa que
fuera el más destacado de la terna. Ocurrió precisamente lo contrario porque
Mora, con el mejor lote, fue el que peor estuvo. Su actitud y disposición
fueron muy buenas (fue el único en intervenir en el turno de quites), pero
David abusó del pico y del toreo periférico en sus faenas. El segundo fue un
precioso ejemplar de capa colorada y cuerna ligeramente tocadita y abrochada,
muy en el tipo de la casa, que aunque manseó de salida en su encuentro con el
picador, después fue un buen toro en el último tercio. Además de humillación,
recorrido y clase, “Hortelano” tuvo nobleza para permitir el lucimiento del torero.
Lo mejor del trasteo de Mora fue el comienzo doblándose por abajo con el toro
con gran despaciosidad y belleza. Tras este buen inicio se sucedieron las
tandas de muletazos por ambas manos que sí tuvieron templanza pero no ajuste.
Siempre con el pico de la muleta y periféricamente, el torero llegó a ser
antiestético al no erguir la figura y torcerse hacia abajo. Esta forma de
ejecutar el toreo se está convirtiendo en una seña de identidad de su concepto
y es una cuestión ciertamente preocupante. Tras una estocada caída, obtuvo un
apéndice. Muy noble y enclasado resultó el quinto, al que le faltó un punto más
de motor y “picante” para emocionar. Sólo la primera serie con la diestra se
salvó y fue realmente buena. En estos muletazos si encajó riñones el espada y
remató los mismos atrás y no hacia fuera. Esa tanda fue un espejismo porque a
partir de ese momento todo volvió a ser como en su primer turno. En este la
petición no fue mayoritaria y David Mora dio una vuelta al ruedo.
Daniel
Luque fue el menos afortunado en el sorteo ya que al de Gerena le
correspondieron dos astados de muy justas posibilidades. El tercero tuvo
movilidad pero a la vez fue muy informal. Embestía una vez bien, después se
quedaba corto, a continuación se abría o perdía una mano…toro de los
complicados para el torero pues no parecen tan malos desde el tendido. Y el que
cerró plaza fue el peor. Nunca humilló ni tuvo un mínimo de clase otro toro que
se movió deslucidamente. Más correcto estuvo Luque en su primero y más en línea
y ventajista en el último. Ambas labores fueron silenciadas.
Albacete,
2ª de abono. Con menos de tres cuartos de entrada, se lidiaron 6 toros de Alcurrucén, muy desiguales de
presentación y de variado juego. 4º y 6º mal presentados por feos y
anovillados. De buena condición el 2º, encastado e interesante el 4º y noble
y enclasado el 5º. El resto, sin opciones.
Iván Fandiño: silencio y saludos
David Mora: oreja y vuelta tras leve petición
Daniel Luque: silencio en ambos
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Foto: Víctor Zafrilla
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