miércoles, 5 de octubre de 2011

Crónica 11ª Feria de Albacete


GRAN "CORRIDA" DE TOROS DE MARTÍNEZ PEDRÉS PARA PONER FIN A LA FERIA 2011

Lo mejor del último festejo del ciclo taurino de este año fue la extraordinaria presentación y gran juego de la novillada del maestro Pedro Martínez Pedrés. Ante toda una corrida de toros, López Simón anduvo a gran nivel pero sin espada, Víctor Barrio abrió una Puerta Grande más bien "chica", y a José Ignacio Rodríguez le vino grande el compromiso.

Para concluir el ciclo taurino 2011 se había programado una novillada con picadores, pero lo que pareció salir de chiqueros no fueron novillos, sino toros. Después de las “novilladas” de Zalduendo y Juan Pedro Domecq, el maestro Pedro Martínez Pedrés volvió a dar un poquito de categoría a una plaza absolutamente devaluada. El encierro enviado por la divisa rosa y blanca estuvo excelentemente presentada tanto de hechuras, como por pitones. Con cuajo de toros y unas defensas más serias que las que tuvieron enfrente las “figuritas”, la novillada de Hnos. Martínez Pedrés tuvo el trapío de una plaza de la categoría de Madrid o Bilbao. El único punto negativo es que la mayoría de los ejemplares del hierro salmantino fueron sospechosos de pitones. A varios de los utreros, casi cuatreños, se les aplaudió de salida y a muchos se les ovacionó en el arrastre. La novillada fue buena en su primera parte, pero aún mejor en su segunda y algún novillo como el extraordinario sexto se merecieron la vuelta al ruedo en el arrastre como premio a su bravura y buen juego, y también al conjunto de la novillada. El presidente Don Luis Natalio Cuesta que ha sido uno de los cómplices de que la plaza de Albacete se haya alejado de las plazas más importantes y de primera categoría, no pareció ver tan buenos a los de Pedrés y no sacó en toda la tarde el pañuelo azul. Eso sí, el blanco para regalar orejas si lo vimos aparecer como todas las tardes. Lo mejor de la tarde, sin duda, fueron los novillos, ya que la terna actuante estuvo por debajo de lo esperado. Víctor Barrio abrió una puerta grande más bien “chica” y no terminó de convencer. El albaceteño José Ignacio Rodríguez puso voluntad y valor pero se le fue un gran lote con las orejas al desolladero, y López Simón realizó lo más destacado y dejó muy buenas sensaciones en su presentación en el coso de nuestra ciudad. En la última del abono de este año “La Chata” registró media entrada.

VÍCTOR BARRIO

El segoviano Víctor Barrio consiguió abrir, por última vez, la puerta grande de la plaza de toros de Albacete. Y lo consiguió tras cortar una oreja a cada uno de sus novillos. A pesar de la salida a hombros, el que es uno de los novilleros punteros y más importantes del momento, no terminó de convencer y se le vio bastante frío y artificial. No estuvo en ningún momento entregado y lo único que dejó patente es que tiene oficio y que posee un buen concepto del toreo. El primero fue un novillo que parecía que estaba un poco justo de fuerzas, pero el de Pedrés sacó fondo de casta y aguantó una faena muy larga. El trasteo de Víctor Barrio fue tan aburrido como largo y el segoviano no terminó de apretarle al toro y no pasó de correcto. El novillo tuvo interés por su nobleza, humillación y duración pero tuvo una embestida sosa que deslució un poco su juego. Lo mejor de la larga faena de Barrio fue el final en el que se pegó un arrimón entre los pitones. Estuvo valiente, firme y sobrado con el animal, pero aburrió y su faena no tuvo casi interés. A pesar de ello y de una estocada tendida y desprendida, parte del público pidió la oreja y, como de costumbre, el presidente la concedió sin despeinarse. El cuarto fue un gran novillo y ofreció un magnífico juego en la muleta del diestro segoviano. “Distinguido” fue un ejemplar muy completo que reunió muchísimas virtudes como una gran nobleza, bravura, duración, recorrido y humillación. Víctor Barrio no terminó de redondear la faena y estuvo por debajo del gran novillo que era de dos orejas. Barrio le cortó sólo una tras una faena en la que no estuvo ni mal ni bien y en la que sólo destacó en una gran serie con la mano izquierda en la que llevó la muleta muy rastrera y llevó cosida la embestida del animal con gran templanza y largura.

LÓPEZ SIMÓN

Alberto López Simón no salió en hombros como su compañero Víctor Barrio, pero fue el novillero que mejor sabor de boca dejó entre los aficionados albaceteños. El madrileño sorprendió a muchos con su particular concepto del toreo y dio una gran dimensión de pureza y valor. Con el compás semicerrado y los riñones encajados, destacó por su toreo vertical en el que enganchó desde adelante la embestida de sus enemigos y remató el muletazo en la cadera, enroscándose la embestida de los animales que, en algunas ocasiones, se le quedaron en la cadera. El segundo de la tarde fue devuelto a los corrales después de lastimarse la pata izquierda al salir de chiqueros. El sobrero fue un utrero de Martínez Pedrés que fue interesante pero que tuvo algunas complicaciones. Tuvo más transmisión que el primero pero fue más pegajoso y, a veces, cabeceó a la muleta de López Simón. El joven espada, vestido de un bonito terno blanco y plata, derrochó desde el principio mucha torería y personalidad y elaboró una faena irregular y con altibajos, pero que tuvo momentos muy buenos. Muy valiente, se cruzó al pitón contrario y pudo extraer algunos muletazos templados cuándo el novillo no le enganchó la franela. El dicho de “no hay quinto malo” se cumplió ayer porque el segundo del lote de López Simón fue un gran novillo. “Rondeño” fue un astado muy completo que tuvo una gran clase, recorrido y duración. Además, sacó fondo de casta y no se aburrió regalando grandes embestidas a su mtador. La faena a ese quinto fue la más completa e importante de toda la tarde. Simón realizó una actuación cargada de pureza y buen toreo. En un momento en el que todos los futuros matadores parecen iguales y cortados por el mismo patrón, es muy satisfactorio encontrarse con chavales distintos y que entienden el toreo de una forma muy particular. Con los riñones siempre encajados y el compás casi cerrado por completo, Alberto demostró un valor muy seco y sincero y logró varias tandas de muletazos por ambos pitones de gran templanza y mano baja. Lo peor de su actuación fue el continúo fallo con el estoque y eso le hizo hacerse con menos trofeos y salir a pie del coso albacetense. Tras pinchar en una ocasión, dejar una estocada delantera y tendida y hacer uso del verduguillo en dos ocasiones, tumbó al gran novillo del maestro Pedrés y cortó una oreja. Sin estar tampoco a la altura de la novillada, la actuación y la imagen que dejó López Simón fueron my importantes y, sobre todo, dejaron patente que tiene una gran proyección y que tiene una personalidad y torería muy marcadas que, seguro, le harán abrirse camino en esta difícil profesión.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ

Completaba el cartel el joven novillero albacetense José Ignacio Rodríguez que, a pesar de demostrar mucha disposición y valor, tampoco consiguió triunfar con el lote que le correspondió en suerte. El tercero tuvo calidad y recorrido pero se acabó pronto y se vino muy a menos. José Ignacio bajó la mano pero no terminó de cogerle el ritmo ni de templar la embestida del toro. Rodríguez utilizó demasiado toreo accesorio como pases de pecho y alargó mucho el trasteo. Tras pinchar en dos ocasiones y dejar media estocada, escuchó un aviso y palmas como recompensa. El sexto fue recibido con una ovación por el público por su imponente y seria presencia y el castaño de Pedrés no sólo fue un gran toro por fuera, sino también por dentro. Bravo en varas derribó a Agustín Moreno que luego se cebó con el novillo pegándole un puyazo fortísimo en el brazuelo. Vergonzosa actuación del picador que debió de ser castigado por su actitud. En el último tercio, “Vividor” no acusó la pelea en varas y ofreció infinitas embestidas codiciosas y encastadas. Además de bravo, el novillo tuvo mucha nobleza, clase, recorrido y humillación. José Ignacio Rodríguez bajó la mano, puso voluntad y estuvo valiente, pero no estuvo a la altura de la soberbia condición de su oponente. Éste se fue al desolladero entre una sonora ovación y con las orejas intactas. El diestro local logró algún muletazo estimable, pero emborronó todo con la espada y a punto estuvo de escuchar los tres avisos.


FICHA DEL FESTEJO

11ª de la Feria de Albacete, con media plaza, se lidiaron seis novillos de Hnos. Martínez Pedrés (el 2º como sobrero) de excelente presentación y juego. Novillada de gran cuajo y seriedad que pareció una corrida de toros. Algunos novillos sospechosos de pitones. 1º noble y con duración pero soso; 2º interesante aunque con algunas complicaciones; 3º de buen juego pero a menos; 4º de muy buen juego; 5º muy bueno por su clase, recorrido y duración; 6º extraordinario por bravo.

Víctor Barrio: Oreja tras aviso en ambos.

López Simón: Ovación y oreja tras aviso en ambos.

José Ignacio Rodríguez: Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.


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