miércoles, 5 de octubre de 2011

Crónica 7ª Feria de Albacete


GRAVÍSIMA CORNADA A GIMENO MORA E IMPORTANTE TARDE DE PERERA Y TENDERO

El subalterno de Miguel Tendero, Gimeno Mora, resultó gravemente corneado en el tercer toro de la tarde. Perera anduvo a gran nivel con un lote pésimo, mientras a Castella se le fue sin torear un gran toro. Miguel Tendero estuvo bien con la muleta y fatal con la espada.

Desgraciadamente, la noticia más destacada de la sexta corrida del abono albaceteño fue el gravísimo percance sufrido por el banderillero Gimeno Mora. El veterano subalterno, que actuaba a las órdenes de Miguel Tendero, resultó cogido cuándo colocaba el tercer par de banderillas al tercer toro de la tarde. Una vez cogido, el astado mantuvo al banderillero en el aire sobre el pitón y le provocó una cornada de dos trayectorias de 30 y 40 cm, de carácter muy grave. Además de por la cornada de Gimeno Mora, el festejo estuvo marcado por el descastado juego de la corrida remendada de Albarreal. Tan sólo hubo un toro con grandes posibilidades de triunfo, el 4º, que se fue sin torear por un Castella vulgar, destemplado y que realizó una faena sin limpieza en la que no cuajó al gran toro que tuvo delante. Perera hizo lo más destacado de toda la tarde ante el 2º toro de la corrida. El extremeño anduvo muy templado y valiente ante un lote sin transmisión ni emoción alguna. Por su parte, el albaceteño Miguel Tendero dejó buenas sensaciones con la muleta pero lo emborronó luego todo en la suerte suprema. Otro día más el presidente se volvió a columpiar y perdió totalmente el norte regalando orejas, aprobando toros mal presentados y anovillados y demostró tener poca sensibilidad en el tercio de banderillas del toro que cerró plaza.

MIGUEL ÁNGEL PERERA

El extremeño acudía a Albacete a completar su doblete y su paso por la feria de nuestra ciudad y estuvo durante toda la tarde a gran nivel. Si el primero de sus dos días en el abono anduvo regular y sin terminar de romper, ayer hizo lo más destacado y cortó la única oreja merecida y de peso de las tres que se concedieron. Miguel Ángel demostró mucha disposición durante toda la tarde y superó las dificultades de un lote descastadísimo y muy soso de Albarreal. El segundo del festejo fue uno de los ejemplares de Albarreal que no debió pasar el reconocimiento veterinario por no tener seriedad por delante y estar anovillado. El toro era ligeramente corniabierto y su expresión no era ni mucho menos la de un toro. Perera comenzó el trasteo a este astado con sus tradicionales pases cambiados por la espalda en el centro del ruedo. Miguel Ángel no movió las zapatillas y demostró un gran valor y firmeza. Su faena tuvo mucho mérito porque consiguió llegar a los tendidos a pesar de la nula transmisión de su oponente. El de Albarreal fue un toro totalmente descastado que tuvo nobleza pero ninguna gracia ni emoción en su embestida. Perera ejecutó primero dos series sobre la mano derecha de mando y mucha templanza y llevó a media altura la sosa acometida de su enemigo. Después se pasó la muleta a la mano izquierda y logró una estimable tanda de naturales en los que enganchó muy bien al toro desde adelante. El toro empezó mal, pero acabó peor y cuándo ya casi ni se movía, Perera recurrió a un arrimón de verdad en el que se pasó los pitones por la faja y se jugó los muslos. Tras dejar una estocada baja cortó una oreja de peso y de mucha más importancia en comparación a las que recibirían después sus compañeros de cartel. El quinto si estuvo bien presentado y muy en el tipo para embestir, pero desgraciadamente no lo hizo. Fue el de peor condición de todos por su descaste y corto recorrido. Miguel Ángel Perera volvió a estar bien con su segundo astado y realizó una faena para aficionados, de mérito ante un ejemplar completamente desrazado que fue acortando su recorrido a medida que transcurría la lidia y pegó constantes tornillazos a la franela del extremeño. Lo más destacado del trasteo a este quinto fue una gran serie sobre la mano izquierda en la que Perera le echó la muleta al hocico del toro y llevó cosida su embestida con gran templanza. Tras dejar una estocada ligeramente trasera y atravesada, saludó una merecida ovación desde el tercio.

MIGUEL TENDERO

El albaceteño Miguel Tendero llegó a su única tarde en la feria de su ciudad y, a pesar de que era una tarde de mucha presión y responsabilidad para él, dejó una buena imagen con la muleta en sus dos toros. Sin duda, lo peor de su actuación fue lo mal que estuvo con la espada. Si Miguel quiere llegar a hacerse un hueco en el escalafón y poder enseñar sus grandes condiciones como torero, primero tiene que aprender a matar, porque no se puede andar tan mal en algo tan importante como la suerte suprema y durante tanto tiempo. El tercero fue otro ejemplar muy justo de presentación porque estaba muy degollado y era vizco del pitón izquierdo. Éste fue el astado que tras ser picado horriblemente mal por el varilarguero que guardaba la puerta, corneó a Gimeno Mora cuándo se disponía a clavar el último par de banderillas. Tendero apostó y empezó apretando y exigiendo mucho al toro desde el comienzo del trasteo. Miguel consiguió extraer dos buenas series de derechazos al toro que humillaba y tenía clase y recorrido. Pero el toro no era bravo y tras sentirse podido por el nivel de exigencia de su matador, se rajó clamorosamente y ya no quiso salir de tablas. Desde el momento en el que se rajó el de Albarreal, la faena bajó mucho de intensidad y las dos tandas de mano baja que había conseguido Tendero al principio se tornaron en intentos por sacar el toro para afuera. Los intentos fueron fallidos y Miguel ya sólo pudo demostrar sus ganas y valor. Pinchó en una ocasión y posteriormente dejó una estocada baja. Inexplicablemente el público pidió la oreja y el presidente, Don Luis Natalio Cuesta, la concedió sin despeinarse. El nivel de exigencia y de seriedad que el gran presidente Constantino González consiguió a base de mucho esfuerzo y de llevarse muchas broncas, está siendo destruido por un palco complaciente que está regalando orejas como si Albacete fuera un pueblo de tercera. Es verdad que Miguel Tendero estuvo bien y logró dos buenas tandas de muletazos, pero la faena fue de más a menos y no fue completa y además no se remató de una buena estocada, sino por un pinchazo y una estocada baja. Que en los rejones se regalen orejas está mal, pero que también se haga a pie… La oreja del tercero fue paisana, pero de no haber fallado con la espada al sexto, quizás estaríamos hablando de una puerta grande para Miguel Tendero. Y Miguel, repito, estuvo bien, pero sus faenas no se pueden comparar con las de Sergio Serrano o César Jiménez. El que cerró la corrida fue otro toro anovillado que no tenía remate por ningún sitio. Me gustaría saber el porqué de que se aprobaran alguno de los ejemplares de Albarreal por la mañana en los corrales. Muy probablemente fue por presiones de los entornos de Castella y Perera, pero si no había toros para Albacete, el equipo veterinario y gubernativo debería haber tenido el valor de rechazar al completo la corrida. Y si el toro fue feo por fuera, de fachada, no fue más bonito por dentro. El ejemplar de la divisa blanca y azul, tuvo peligro sordo y puso en apuros a los banderilleros de Tendero. Alberto Molina estuvo a punto de seguir el mismo camino que su compañero Gimeno Mora por la poca sensibilidad del presidente que, ateniéndose al reglamento, no cambió el tercio porque el toro sólo tenía clavados tres palos. Además de formal y reglamentario, hay que tener más sensibilidad y, sobre todo, sentido común y no hacer correr un peligro innecesario a los hombres de plata. Aunque pareció noble, el de Albarreal no lo fue y, además de salir con la cara arriba, tuvo complicaciones y peligro. Tendero dio la cara de nuevo y consiguió buenos momentos que no terminaron de llegar a redondearse por la condición del animal. Tras cinco pinchazos y dos descabellos, por fin, Tendero liquidó a su antagonista.

SEBASTIÁN CASTELLA

Llegó a la feria uno de los dos espadas que hacen doblete en ella y si Perera sí justificó su doble presencia, Castella no lo hizo. Aún le queda una tarde, pero si esta como estuvo ayer mejor que no vuelva. Al francés le tocó el único toro con opciones de triunfo. El cuarto de la tarde fue un astado bajo y bien presentado que desde el principio mostró unas virtudes que, después, ratificó en la muleta. El toro de Albarreal tuvo mucha nobleza, fijeza, clase, humillación y recorrido. Además, tuvo transmisión en su embestida y fue un toro para cuajar a placer y cortar las dos orejas. Pero Castella sólo cortó una y de poco peso tras un trasteo vulgar en el que la mayoría de los muletazos fueron enganchones y en el que no hubo templanza ni mando en ningún momento. Citando siempre con la muleta retrasada, el diestro de Béziers estuvo muy por debajo de la gran condición de “Tirador”. Tras matarlo de una buena estocada, la gente le pidió la oreja y el presidente, como no, la concedió. Pero no sólo tiene culpa el usía, sino también el público de Albacete que cada día que pasa demuestra más benevolencia y que ya está a la altura del público de otras plazas de segunda como Murcia, Alicante o Cuenca. El que abrió el festejo fue el remiendo de Luis Algarra que solo tuvo fachada. Con cuajo y seriedad por delante, el astado de Algarra llegó al último tercio muy parado y sin recorrido. Fue tan noble como descastado y aburrido. Sebastián tampoco se justificó en este toro y escuchó un aviso antes de entrar a matar y después de una faena en la que no se vio nada, bueno, sí, muchos enganchones. Tras pinchazo y estocada, silencio.

FICHA DEL FESTEJO

7ª Feria de Albacete (6ª de abono), con más de tres cuartos de entrada, se lidiaron cinco toros de Albarreal, desiguales de presentación y juego, y uno de Luis Algarra (1º) bien presentado y descastado y parado. 2º, 3º y 6º muy justos de presentación por anovillados. El único toro bueno, el gran 4º. 1º noble pero descastado y parado; 2º descastado y soso; 3º con clase y recorrido hasta que se rajó; 4º extraordinario por su nobleza, clase, fijeza, recorrido, humillación y transmisión; 5º descastado; 6º complicado y con peligro sordo.

Sebastián Castella: Silencio y oreja.

Miguel Ángel Perera: Oreja tras petición de la segunda y ovación.

Miguel Tendero: Oreja y silencio.

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