viernes, 7 de octubre de 2011

Artículo de opinión


LA URGENTE NECESIDAD DE UN CAMBIO EN LA ESCUELA TAURINA DE ALBACETE


Todo el mundo lo sabe pero nadie dice nada. Todo Albacete sabe la situación que hay en la Escuela Taurina de nuestra ciudad pero todos callan por las posibles represalias, reacciones o consecuencias que puedan acarrear sus palabras, líneas, etc. Pero a mí no me da ningún miedo escribir porque creo que estoy en la obligación de denunciar la situación actual de la Escuela de Tauromaquia de Albacete porque todos los albaceteños están representados en ella (con sus impuestos) y porque estamos hablando de las ilusiones y el futuro de muchos chavales de nuestra ciudad. Está claro que la Escuela Taurina no funciona. Desde hace ya muchos años de la Escuela no ha salido ninguna primera figura del toreo, desde los tiempos de Manuel Caballero y, anteriormente, de Dámaso González. Hay y ha habido muchos chavales inscritos en la Escuela, pero ninguno a llegado a la primera fila del toreo y tan sólo algunos se han hecho hueco en las distintas ferias de la temporada española. Es verdad que la de torero es una carrera muy difícil y más hoy en día con la profunda crisis económica que atraviesa el país, pero está claro que algo se estará haciendo mal dentro de la Escuela Taurina para que se de esta situación. Además, mucha gente sabe (todos los familiares, amigos o conocidos de chavales que están en la Escuela) el descontento que reina entre los alumnos de dicha institución. En la Escuela Taurina se deben formar a toreros, pero también a hombres y se deben inculcar unos valores de disciplina, esfuerzo, dedicación, humildad… valores que hoy en día echamos en falta en la sociedad. Y como toreros no se debe limitar la enseñanza práctica del toreo en la Escuela, también se ha de enseñar la teoría del toreo. Es fundamental que los futuros novilleros y matadores conozcan en profundidad todo lo que rodea al arte del toreo. Ellos se van a jugar la vida y deben conocer los diversos encastes del toro bravo para después saber hacer frente a las distintas reacciones que tengan sus oponentes; deben de conocer la infinidad de suertes del toreo (más de 300) que existen; también tienen la obligación de conocer los terrenos, las distancias, la liturgia, la reglamentación taurina y, por supuesto, la Historia del Toreo. Todas estas materias han de ser cumplimentadas con un ejercicio y preparación físicas muy exigentes y la enseñanza del toreo práctico y de salón. Y para ello, la Escuela debe contar con unos maestros que de verdad se preocupen por los chavales, que estén en continúo contacto con ellos, que se hagan respetar y que estén al pie del cañón, haga frío o calor, junto a sus alumnos. La Escuela de Albacete es la que cuenta con un mayor presupuesto en comparación con las restantes escuelas taurinas de España y todo ese importante dinero que va a parar a la Escuela debe estar justificado y las cuentas deben ser claras y públicas. Si tan buen presupuesto tiene la Escuela creo que es normal que se exijan unas condiciones adecuadas y buenas para los chavales (trastos, viajes, tentaderos, novilladas). Tampoco deben primar las opiniones personales, sino las técnicas para que, habiendo igualdad, los mejores tengan mayores oportunidades. Mucho tiempo se ha perdido ya, así que con el cambio político en la ciudad esperemos que también se produzca el urgente cambio y renovación que necesita nuestra “fábrica” de nuevos profesionales taurinos.


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