sábado, 11 de mayo de 2013

Crónica 2ª Feria de San Isidro

"DOS TARDES, DOS PETARDOS"

La ganadería de Los Bayones naufraga en Madrid con un encierro mal presentado y que resulta manso y descastado. Antonio Nazaré, el mejor de la terna.


Diez de mayo y segundo festejo del abono de San Isidro. Igual que ayer, miles de aficionados acuden a Las Ventas con ilusión, esperanza, con el sentimiento de querer sacarse del recuerdo el petardo del día anterior. Hoy, más de tres cuartos de entrada. Desgraciadamente, el resultado fue el mismo que ayer, la historia se volvió a repetir. Sí, segundo día, segundo petardo. Ojalá el camino de esta feria no siga por estos derroteros. El futuro es una incógnita, pero el presente no. El presente es una realidad. Y la realidad es que nos volvimos a aburrir, incluso a indignar por lo sucedido y acontecido en el ruedo madrileño. Si en el día anterior ganadería y terna se repartieron, casi a partes iguales, la responsabilidad del fracaso, en la segunda de abono de San Isidro fue el hierro de Los Bayones el que se llevó la palma. Y es que la divisa salmantina no sólo no brilló en comportamiento, sino que tampoco lo hizo en presentación. El lote de toros, en general, estuvo mal presentado, con las excepciones de cuarto y sexto, los únicos dignos de Madrid en seriedad y remate. El resto fue una escalera de animales a los que, o bien les faltaba cara y seriedad por delante, o culata y remate en los cuartos traseros. Aun no han puesto las figuras el pie en Las Ventas y ya andamos con estos saldos ganaderos. Mala cosa. Responsabilidad y mucha tiene el equipo veterinario y el señor presidente (junto a la empresa, por supuesto) de aprobar semejante corridita. Dentro de los tres matadores que hicieron el paseíllo hubo de todo (como en la viña del señor), aunque sin duda el que mejor estuvo fue Antonio Nazaré.

El sevillano venía de cortar dos orejas en la Feria de Abril de Sevilla en una actuación que, pese a los trofeos, planteó algunos interrogantes. Es Nazaré desde la temporada pasada uno de esos toreros a los que se les cataloga como revelación, matadores que, estando en una situación delicada y de pocos contratos, empiezan a sonar y hacerse hueco por sus condiciones y actitud. Por lo tanto, como torero revelación que tiene mucho que ganar y poco que perder, Nazaré llegaba a San Isidro con la responsabilidad, y casi obligación, de responder al ambiente y aprovechar la oportunidad. Y aunque su tarde no llegó a ser rotunda ni redonda, consiguió al menos el objetivo de ser el más destacado de la terna. Con sus defectos y cosas por mejorar, al menos, el torero de Dos Hermanas salió con una actitud irreprochable, demostrando el sitio en el que está y el lugar al que quiere llegar. El primero de su lote, el tercero, un ejemplar de pelo carbonero y terciado de expresión y cara, fue al final el único interesante del encierro de Los Bayones. Sin ser completo, ni fácil, el astado de origen Atanasio-Lisardo tuvo algo con lo que sus hermanos no contaron: la casta. Más que casta fue castita, intensidad en la embestida, pero comparándolo con lo que salió por chiqueros...una maravilla. Además, "Linero" tuvo la virtud de humillar bastante durante la lidia. Así, con el mansito encastado, Nazaré cogió la muleta y construyó un trasteo que fue de más a menos y que se quedó a medias. Las series de muletazos fueron, en general, demasiado cortas y eso, unido a que el acople llegó de forma intermitente, hizo que la faena no llegara adonde apuntaba. A pesar de ello, hubo naturales de gran calidad, templanza y mano baja. Sin duda, esta última de bajar mucho la mano izquierda, es una de las mejores cosas que posee Nazaré. El público reconoció el esfuerzo, actitud, y buen concepto del toreo del espada y le podría haber premiado con una oreja de no ser por el fallo con la espada. Casi media estocada y varios descabellos enfriaron el ambiente y todo quedó en una ovación. Ante el sexto, uno de los dos astados bien presentados, una res bizca del pitón izquierdo, Antonio Nazaré lo intentó con mucha voluntad pero el lucimiento y la transmisión se tornaron imposibles por la falta de casta del enemigo. Tuvo nobleza el que cerró plaza, pero nada más.

David Mora también demostró actitud y se la jugó en un valiente y comprometido quite por gaoneras ante el segundo del festejo. Se echó el capote a la espalda Mora y se ajustó las acometidas del enemigo que le perdonó un par de veces antes de echárselo a los lomos. Fea y espectacular voltereta, afortunadamente sin consecuencias. Ese segundo bis, un sobrero de Fraile Mazas que era grande como él solo, también mostró mansedumbre y resultó deslucido. Eso sí, el ejemplar de casi seiscientos kilos, ofreció una considerable transmisión producto de su genio (que no casta). Embistió a arreones con violencia y el trasteo de su matador no pudo ser lucido. Quiso mucho David Mora en una labor carente de acople y limpieza, principalmente a causa de la condición de su oponente. Se puso difícil para matar el sobrero y echó la cara arriba tapando la salida al torero. Éste pinchó en tres ocasiones antes de dejar una estocada baja y escuchar silencio, el mismo resultado que en el quinto, animal de buenas hechuras pero muy terciado (casi cornicorto) por delante. El que completaba el lote de David Mora no tuvo las dificultades del sobrero y fue noble, pero su sosa y descastada embestida no dijo nada. Acabó totalmente parado el toro en una faena voluntariosa pero que no llegó a calar en el tendido.

Abriendo cartel estaba anunciado Matías Tejela, torero por el que no pasa el tiempo ni las temporadas. Sin hacer prácticamente nada (a méritos me refiero) siempre está presente en las combinaciones y cartelería. Y lo peor es que no sólo ocurre en Madrid, sino en el resto de plazas y ferias más o menos importantes. El dicho de que “el que tiene padrino se bautiza” se puede aplicar en este caso a la perfección. Tejela y sus apoderados demuestran lo bien que funciona eso del “cambio de cromos” en la Tauromaquia de nuestros días. Yo te pongo a este, tú me pones a aquel. Y lo indignante de esta situación es ver a jóvenes con condiciones sentados en su casa y esperando una oportunidad mientras que otros malgastan esas opciones y las empresas justifican sus ausencias con el “es que no hay huecos para todos”. Y es que, si por lo menos luego mostraran actitud y compromiso…pero ni eso. Tejela fue a pasar la tarde y poco más. Realmente mal estuvo ante el primero, ejemplar muy protestado de salida por su justa presencia y que después se movió con nobleza y sosería. Tejela, muy mal colocado, fuera de cacho y aplicando todas las ventajas habidas y por haber, toreó casi agachado y absolutamente destemplado. Además, nos torturó con semejante obra un buen rato en un trasteo en el que no hubo ni un solo muletazo reseñable. Ante el cuarto quedó inédito por la manifiesta debilidad de un toro que claudicó constantemente y que se mantuvo en el ruedo por la “cabal” decisión y criterio del presidente. Bien Julio, muy bien…

2ª de abono de la Feria de San Isidro. Las Ventas. Con más de tres cuartos de entrada, se lidiaron 5 toros de Los Bayones, mal presentados en general por su terciada presencia y disparidad de hechuras, y 1 (2º bis) de Hnos. Fraile Mazas, largo, hondo y alto. Encierro manso, blando y descastado en líneas generales, a excepción del mansito, pero encastado y humillador 3º. El sobrero, deslucido y con genio.

Matías Tejela: silencio en ambos
David Mora: silencio tras aviso y silencio
Antonio Nazaré: ovación y silencio

Foto: Javier Arroyo

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