martes, 18 de mayo de 2010

Crónica 12ª Feria de San Isidro 2010


3 AVISOS 3

Los tres novilleros, junto con sus cuadrillas, actuantes en la 12ª de San Isidro fueron incapaces de lidiar y matar un encierro de Moreno Silva que tuvo novillos con dificultades pero que, también, sorteó varios novillos con posibilidades.

Los tres avisos en el toreo, además de significar la retirada a los corrales del astado al que no se haya dado muerte en diez minutos, simbolizan la incapacidad del torero de ganar la partida a su enemigo, el toro. En el 12º festejo del ciclo isidril todos los actuantes, a excepción del excepcional peón Domingo Navarro, se merecieron recibir los tres avisos del palco presidencial. Banderilleros, picadores y, por supuesto, los matadores se vieron desbordados por el encierro asaltillado de Moreno Silva.

La mayoría de los novillos fueron aplaudidos en el arrastre ya que el público rápidamente tomó partido por los astados. Pero no nos debemos equivocar. La novillada de Moreno Silva no fue tan buena como la del año pasado. Es verdad, que hubo toros como el 2º, 3º o 6º con posibilidades, pero no saltó al ruedo ningún novillo completo.

Paco Chaves escuchó los tres avisos en su primer toro. El novillo estuvo encastado, pero nunca humilló y fue muy deslucido ya que siempre salía distraído y con la cara arriba tras cada muletazo. El novillero extremeño, que había realizado un pésimo tercio de banderillas, lo toreó con vulgaridad y no ejecutó ningún muletazo con brillantez. Tras una estocada que hizo guardia y otra desprendida, erró con el descabello y escuchó los tres avisos. Con su segundo no mejoró la cosa. El 4º fue un animal mansísimo en el caballo que no hizo cosas feas, pero que al irse crudo arreó al novillero en banderillas y en la muleta. Paco Chaves evidenció falta de valor y muy poca responsabilidad y realizó una actitud bochornosa en todos los tercios. De nuevo, estuvo mal con la espada y tras la muerte del novillo fue abroncado. Además no cumplió con su responsabilidad de director de lidia.

Miguel Hidalgo sorteó en 2º lugar un novillo que fue noble y que se movió queriendo embestir, pero que tuvo el defecto de que nunca humilló. Con él, el granadino no se acabó de colocar bien y no le bajó la mano. El 5º fue el peor del encierro. Este utrero fue muy manso y se quedó muy corto desde el principio. Se le lidió fatal y desarrollo sentido algo que puso en un aprieto a Hidalgo. Éste, acobardado, fue incapaz de ponerle la muleta en la cara y tras intentar cazarlo con el acero, también escuchó los tres avisos.

Algo más digno estuvo Antonio Rosales. Le tocó en suerte el mejor lote, dos novillos que se dejaron y que fueron nobles. El 3º, además quiso coger la muleta siempre por abajo y tuvo cierta calidad. Rosales tampoco acabó de quedarse quieto y de correr la mano con templanza y por abajo. Su actuación no caló en los tendidos. Tampoco mató bien pero, al menos, no escuchó los temidos tres avisos.

Tras un espectáculo que, en muchos momentos, fue lamentable y vergonzoso cabe hacerse una pregunta: ¿Por qué se anuncian el la primera plaza del mundo tres novilleros que no están preparados para hacer frente a una novillada que previsiblemente, por su encaste, podía desarrollar una serie de dificultades? La empresa y los protagonistas deberían hacer una seria reflexión para que nunca más una novillada con picadores, en pleno San Isidro, se convierta en una vergonzosa capea.


Alejandro Martínez Lorenzo



Foto: Iván de Andrés

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