viernes, 10 de febrero de 2012

Mi particular balance del año taurino

LOS HITOS TAURINOS DEL RECIÉN FINALIZADO AÑO 2011: UNA TEMPORADA DE LUCES Y…SOMBRAS

Una vez finalizado el año 2011 es hora de hacer balance y de recordar a todos los aficionados los hechos que, en el mundo de los toros, han marcado un año que ha tenido grandes cosas. Como en todos los ámbitos, el 2011 ha sido un año de contrastes, un año que ha tenido tanto cosas buenas y positivas, como malas y negativas noticias. Tardes históricas, grandes faenas, la vuelta de uno de los grandes… han sido las luces de un año que también tuvo algunas sombras como graves percances, el punto y final de la Tauromaquia en Cataluña, o la acentuación de la crisis económica en el sector.

Las luces del 2011

La temporada 2011 comenzaba con grandes noticias en los ruedos y un nombre propio: José María Manzanares. El alicantino comenzó el año arrollando en las plazas de toros más importantes de comienzo de temporada como Valencia y Sevilla. Tras una lesión en la mano derecha que le obligó a cortar la temporada del 2010 y a pasar en numerosas ocasiones por el quirófano, José María empezó reivindicándose y abriendo las puertas grandes de todos los cosos que pisó en los primeros meses del año. Fueron muchas las tardes en las que brilló Manzanares, pero una fue la que verdaderamente marcó no sólo el resto de su temporada, sino también todo el año taurino: su indulto en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. El diestro de Alicante hizo historia al indultar a un gran toro de Núñez del Cuvillo la tarde del 30 de abril en Sevilla. Nunca antes se le había perdonado la vida a un astado en el albero maestrante y con este logro, José María Manzanares se ha conseguido situar en el pódium de los nombres más destacados del 2011. Tras esa tarde llegarían otras muchas que le valdrían para convertirse en el indiscutible triunfador de la temporada. El regreso de José Tomás ha sido, sin duda, otro de los hitos de este 2011. Tras su gravísimo percance en la localidad mexicana de Aguascalientes, que a punto estuvo de costarle la vida, el madrileño volvió por sus fueros el 23 de julio en la plaza de toros de Valencia en la Feria de Julio. El regreso de uno de los toreros más grandes de todos los tiempos hizo centrar en la ciudad del Turia todas las miradas y focos de atención, taurinos y no taurinos. Los malos lotes que le correspondieron en suerte, así como su fallo con los aceros, le impidieron abrir las puertas grandes de las pocas plazas que pisó en una temporada corta y de preparación. Alejandro Talavante ha sido otro de los nombres propios de este año al firmar dos faenas antológicas que tuvieron lugar en dos plazas de máxima categoría: Madrid y Zaragoza. El soberbio toreo al natural del extremeño, combinado con una suprema valentía, verdad e improvisación, le han valido ser otra de las luces de este año. Iván Fandiño y David Mora han sido las sorpresas, las revelaciones ante el sistema. Sin que nadie contara con ellos, ambos matadores han puesto a todo el mundo de acuerdo en la idea de que se debe contar con ellos para las próximas temporadas y que son dos espadas con un gran concepto del toreo y con un valor y una afición desmedidos. En el aspecto ganadero destacar a vacadas como Fuente Ymbro, Alcurrucén o Cuvillo y a otras más toristas como Cuadri. Estas ganaderías han puesto la casta, la bravura y la emoción a un año caracterizado por la excesiva nobleza, clase y dulzura en las embestidas de las reses lidiadas. El 2011 también será recordado por el paso de los toros del Ministerio del Interior al de Cultura, pasando a ser oficialmente los toreros, artistas. Y para acabar nombrar a dos personas que han dado grandes lecciones de humanidad y torería: el “ilustrado” francés André Viard por su incansable y excelente trabajo de investigación en la cultura taurina y Juan José Padilla por su ejemplo de superación y de hombría en unas complicadísimas circunstancias.

Las sombras del 2011

Al igual que muchas luces, el 2011 también se acaba y nos ha dejado muchas sombras en lo taurino. Para empezar destacar la pérdida de grandes matadores de toros que vistieron de luto los últimos meses del año. Los maestros Antonio Chenel “Antoñete” y Diego Puerta nos dejaron sin hacer ruido y demostrando la torería y la hombría que los caracterizó en el ruedo. Aunque se hayan ido, sus faenas y recuerdos siempre quedarán en la memoria de todos los aficionados y del mundo del toro. También se fue un ganadero histórico y muy polémico: Juan Pedro Domecq. El 2011 también fue el año de otro adiós, un adiós distinto y de sino político. La Monumental de Barcelona celebró en su ruedo las últimas corridas de toros de su historia un año después de que el Parlamento de Cataluña las prohibiera ante la indignación de todos los que nos consideramos aficionados al arte de torear. Ojalá este punto no sea un punto y final, sino un punto y seguido y que algún día en esa tierra que fue tan taurina se puedan volver a celebrar espectáculos taurinos. Este recién concluido año estará siempre marcado por varios percances de gravedad, pero uno en especial: el que sufrió Juan José Padilla en la Feria del Pilar de Zaragoza. El jerezano fue corneado de extrema gravedad en la cara y su rostro desencajado y dolorido nos volvió a recordar la dureza, la verdad y la grandeza del toreo. Este 2011 estuvo también caracterizado por la falta de casta y de bravura que mostraron la mayoría de las reses lidiadas a lo largo de la temporada. Cada día esta más claro que lo que se busca es un toro que no incomode a los matadores y que les deje estar “a gusto” delante de ellos. Con ello se pierde emoción y riesgo y la afición va perdiendo su pasión por la fiesta. Por último señalar que la crisis económica se hizo más que nunca presente en el mundo de los toros y a la disminución de festejos se sumó la pérdida de público en los tendidos de las plazas, así como el exceso de toros sin lidiar que se quedaron en el campo o la desaparición de hierros y encastes históricos.

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