lunes, 30 de abril de 2012

Análisis semana de Farolillos (Sevilla)

FANDIÑO, LÓPEZ SIMÓN Y ALGÚN TORO BRAVO, LO ÚNICO DESTACABLE DE LA SEMANA DE FAROLILLOS

Ya ha finalizado uno de los ciclos taurinos más importantes de toda la temporada. El pasado domingo, con la tradicional corrida de Miura, se puso punto y final a la edición 2012 de la Feria de Abril de Sevilla. Tras la llamada semana de preferia, tuvo lugar la semana más importante del ciclo hispalense: la semana de farolillos. Y el balance general ha sido muy flojo y preocupante. Además de la notable disminución del público asistente, la presentación de muchos de los encierros lidiados ha sido pésima, así como el juego de muchas de esas corridas. Pero si malo ha sido el capítulo ganadero (salvo algunas excepciones), no mejor ha sido el de los toreros con actuaciones muy preocupantes de El Cid, Sebastián Castella o Daniel Luque. David Mora tampoco estuvo a la altura de un gran toro del hierro del Pilar y tan sólo matadores como Iván Fandiño, Rafaelillo o el toricantano López Simón, se han salvado de la quema.

PETARDO DE DANIEL RUÍZ 

Muchas han sido desgraciadamente las corridas de toros de esta Feria de Abril que han dejado mucho que desear tanto en presentación, como en juego. Pero, sin duda, uno de los casos más flagrantes ha sido el de la divisa de Daniel Ruíz. El ganadero albaceteño debería estar avergonzado del impresentable y horrible encierro que envío al coso del Baratillo. Daniel volvió a pegar un petardo sin paliativos en Sevilla al presentar una corrida impresentable que además ofreció un juego infumable. Corrida completamente anovillada, chica y sospechosa de pitones que tuvo muchos más defectos que virtudes. Dos fueron los ejemplares que volvieron a los corrales por inválidos y no habría estado mal que hubieran regresado algunos más. La corrida fue un muestrario de falta de fuerzas y casta y agotó la paciencia a la afición de Sevilla después de varios días de desastre ganadero. Después de esto solo esperamos que ni vuelva a Sevilla ni a ninguna plaza importante. Pero no sólo fue para olvidar la presentación y juego de los toros, sino también el cartel de actuantes. En esta corrida se dieron cita tres de los matadores que peor han estado esta feria: Sebastián Castella, Cayetano y Daniel Luque. Ninguno de los tres hizo nada digno de reseñar.

VOLVIÓ EL TORO

Gracias a Dios, el martes de farolillos volvió el toro bravo a la Real Maestranza de Sevilla. El hierro de Victorino Martín devolvió, en parte, la ilusión y esperanza a los tendidos con una corrida correctamente presentada y que lidió hasta dos ejemplares de nota (tercero y quinto). Aunque de Victorino siempre se espera más y la corrida no fue ni redonda ni completa, si tuvo interés y variedad. El mejor de la tarde fue el tercero, segundo del lote de Iván Fandiño, que fue un astado encastado, que fue bravo en el caballo y que llegó a la muleta embistiendo con la cara humillada y teniendo recorrido y emoción en sus embestidas. En uno de los carteles con más interés de la feria se anunciaban mano a mano los dos toreros revelación de la temporada pasada: Iván Fandiño y David Mora. Y el mano a mano se lo llevó claramente el vizcaíno. Es verdad que a Iván Fandiño le tocó el mejor lote (un lote de triunfo), pero también lo es que el torero afincado en Guadalajara dio una gran tarde tanto en actitud y valor, como en buen toreo. Destacaron las faenas al tercero y al quinto, trasteos cargados de pureza y en los que cargó mucho la suerte y expuso mucho. Además consiguió muletazos con ambas manos de notable trazo. Tras la gran estocada con la que mató a su último, el quinto, se mereció una oreja, pero ni el público ni el palco lo entendieron así. Por su parte, el toledano David Mora mostró ganas, pero no terminó de estar al nivel esperado.

LÓPEZ SIMÓN ENTRE FIGURAS

El Cid, Sebastián Castella, Alejandro Talavante, Morante de la Puebla y José María Manzanares estaban anunciados el miércoles y jueves de farolillos. Y entre tanta “figura” un joven chaval que iba a tomar la alternativa. Y este joven torero firmó lo más destacado de estos dos festejos…ahí queda eso. El miércoles se lidió la corrida de Jandilla que, como el resto de compañeras “comerciales”, tuvo nobleza y clase, pero falta de fuerzas y empuje. Tan sólo se salvó un buen toro. Esta corrida fue la de la reafirmación del pésimo momento que atraviesan El Cid y Sebastián Castella. Al primero se le ve sin sitio, sin quedarse quieto ni un momento delante de la cara del toro; y el segundo, sencillamente, aburre hasta extremos insospechados. Talavante completaba el cartel, pero el lote de toros de Borja Domecq le impidió el lucimiento. Al día siguiente tenía lugar uno de los carteles de la feria con la vuelta de Morante de la Puebla, de José María Manzanares y de la ganadería triunfadora de la feria del año pasado: Núñez del Cuvillo. Y el hierro de Álvaro Núñez Benjumea no lidió precisamente una buena corrida, todo lo contrario, el petardo y la decepción ganadera de este día fueron mayúsculas. Tan sólo el primero bis nos recordó el buen juego de animales lidiados en ediciones anteriores. Y precisamente este fue el toro con el que se convirtió en matador de toros el madrileño López Simón, que se impuso a la responsabilidad y presión de la tarde y logró cortar una oreja ganada con sudor y sangre. Ilusionante la faena del joven torero de Barajas que por tirarse a matar con valentía y pureza, fue herido en el muslo y no pudo completar la tarde de su doctorado. Los astados de Cuvillo no permitieron el triunfo ni de Morante ni de Manzanares.

"BILANERO", UN GRAN TORO

Sin duda, una de las alegrías de esta Feria de Abril ha sido ver embestir al quinto toro de la corrida del Pilar. El viernes de farolillos saltó al albero maestrante “Bilanero”, un soberbio ejemplar con el hierro de Moisés Fraile. Este lisardo de la divisa salmantina fue un astado completísimo y que embistió con poder y bravura a la muleta de David Mora. Fue a más el de Moisés y en su embestida además de las virtudes anteriormente citadas reunió otras como la nobleza, la humillación, el recorrido, la duración y la clase. Mora no consiguió cuajar al toro como este merecía y todo quedo en una oreja, premio que supo a poco. Completaban el cartel ese día (otra vez) los sevillanos Cid y Luque que hicieron más de lo mismo y tras tres tardes en el abono sevillano no lograron cortar ni una sola oreja.

NI LOS MEDIÁTICOS NI MIURA

El final de la feria estuvo marcado por las inclemencias meteorológicas que, aunque no obligaron a tener que suspender ninguno de los festejos programados, si impidieron un mayor lucimiento de toros y toreros. El sábado tuvo lugar la habitual corrida de los matadores mediáticos con El Cordobés, Juan José Padilla y El Fandi en el cartel. Lo mejor de la tarde fue la magnífica presentación e interesante juego de la corrida de Torrestrella. La divisa gaditana continua en una línea ascendente y, pese a que varios de los ejemplares lidiados les faltó más fuerza y transmisión, la corrida tuvo muchas cosas buenas y tanto los toreros que tuvo delante, como el estado del piso de plaza (inundado y resbaladizo) estuvieron a la contra. Y se puso punto y final al ciclo sevillano con la ya tradicional corrida de Miura. Y si ya es tradicional que se acartele esta vacada este día, también se ha convertido ya en tradicional que el juego que ofrezca sea desastroso por su mansedumbre y falta de casta. Preocupante, muy preocupante lo de este legendario hierro que cada día saca más nobleza y “aborregamiento” y menos riesgo y emoción. Gran nivel el de Rafaelillo que cuajó una gran faena al quinto astado de la corrida. De no ser por el fallo con la espada, habría cortado una oreja de peso.

Fotos: Arjona y González Arjona

martes, 24 de abril de 2012

Artículo de opinión

"TRIUNFALISMO Y MANZANARISMO"

Lo visto en Sevilla el pasado viernes 20 de abril refirma la idea que tenemos muchos de que actualmente en la fiesta de los toros se vive un manzanarismo desbordado. ¿Y esto qué quiere decir? Pues simplemente que haga lo que haga Manzanares, a todo el mundo le va a parecer bien y que los públicos y la crítica se van a rendir ante su empaque, gusto y bonita composición. El pasado viernes de preferia José María Manzanares consiguió uno de esos triunfos que se catalogan como históricos de acuerdo al número de orejas cortadas: nada más y nada menos que cuatro. Pero hay que ir más allá del resultado numérico y de los grandes titulares de la crítica y comprobar como obtuvo ese triunfo el torero de Alicante. Manzanares consiguió ese triunfo sin toro, es decir, con unos ejemplares impresentables e indignos de una plaza de la categoría de la Real Maestranza y además de una invalidez y descaste sobresalientes. Lo de que cuando llegan las figuras el toro se achica es completamente cierto y está quedando absolutamente demostrado en Sevilla. Cuadri, Fuente Ymbro o El Ventorrillo fueron ejemplos de corridas impecables de presentación, mientras que Victoriano del Río, Garcigrande, Torrehandilla o Daniel Ruíz fueron ejemplos de lo contrario, de encierros pésimamente presentados e indignos de una plaza de primera como Sevilla. Cuando los toreros que, por ser figuras, deben matar lo más serio y grande, matan lo más pequeño y anovillado, aquí hay un serio problema. Desgraciadamente estas son las figuras de hoy. Pero proseguiré con Manzanares. El alicantino es verdad que toreó con despaciosidad, gusto, clase y empaque, eso es innegable, pero las faenas deben ser juzgadas por el tipo de toro que se tiene delante, tanto en presentación, como en juego. Como he dicho, los astados con los que triunfó Manzanares en Sevilla fueron unos bichejos lavados de cara y sin ningún remate ni hechuras. En cuanto al juego, más de lo mismo: unas auténticas borregas que acudían a la muleta con un trote más parecido al de un pony, que al de un toro bravo. Fueron animales que tuvieron infinita nobleza y calidad, pero absolutamente descastados y flojos. Con la lengua afuera, descolgados y regalando embestidas, en vez de luchar hasta el final y vender cara su muerte. En definitiva, el toro moderno. Por lo tanto, ante ejemplares de esta condición, el riesgo y la emoción, que son o deben ser la base de este espectáculo, brillan por su ausencia. Por supuesto que cualquier toro, por pequeño y flojo que sea, te puede pegar una cornada e incluso quitarte la vida, pero ese riesgo que está siempre presente debe estar latente y ser transmitido a los tendidos. Los matadores no pueden estar como en el patio de su casa, disfrutando y haciendo lo que quieren con sus enemigos. Porque, ¿es que se disfruta ante las exigentes embestidas de impresionantes astados de Adolfo Martín, Cuadri o Dolores Aguirre? En un momento, cuando el torero ha dominado a la fiera, si se puede llegar a sentir a gusto, pero no desde que esos animales salen de chiqueros. Y eso, precisamente, eso es lo que hacen Manzanares y compañía la mayoría de tardes. Eso, respecto al colaborador, que no antagonista, que Manzanares tuvo delante la tarde del apoteosis. Pero es que técnicamente también dejó mucho que desear el alicantino en la citada fecha. Pese a que el público lo ignora y a que la crítica lo maquilla y esconde, José María Manzanares es un torero muy ventajista y que no expone lo que debería. Una de las cosas más importantes en la tauromaquia es la colocación y la pureza en la ejecución de las suertes y ahí entra el cargar la suerte, algo muy en desuso hoy en día pero que tiene una importancia capital. Pues el torero de Alicante lo que hace siempre, o casi siempre, es descargar clamorosamente la suerte con ese hábito de la pierna retrasada y el pasito atrás. Aunque a esto le quitan hoy en día importancia, en realidad, la tiene y mucho y mientras que Manzanares continúe toreando de esta forma, sin fajarse con el toro y exponer lo que debe, para mí no será ese gran torero que dicen, ni sus triunfos tan históricos y apoteósicos como sus legiones de seguidores cantan y aclaman.

Análisis semana de preferia (Sevilla)

MANZANARES Y FUENTE YMBRO, LO MÁS DESTACADO DE LA PREFERIA SEVILLANA

Tras el arranque de la Feria de Abri de Sevilla con una novillada con picadores, una corrida de toros y un festejo de rejones, el ciclo taurino sevillano ha celebrado esta semana los llamados días de preferia que anteceden a la semana grande de la Feria de Abril, a la semana de farolillos. Durante estos siete días se han celebrado corridas de toros que han dejado un balance desigual, pero en el que a nivel general ha destacado la falta de casta y de transmisión en las reses lidiadas. En el capítulo ganadero tan sólo un hierro, el de Fuente Ymbro, ha lidiado un encierro completo y de nota alta. En el aspecto de los toreros, el gran triunfador ha sido el alicantino José María Manzanares que desorejó al lote de Victoriano del Río que le correspondió en suerte y tras el indulto del año pasado, volvió a salir en hombros por la Puerta del Príncipe. Eso sí, lo hizo sin toros. Joselito Adame con Conde de la Maza, Javier Castaño con la corrida de Cuadri o Jiménez Fortes con la del Ventorrillo han sido otros de los nombres propios de esta semana de preferia en la que la Real Maestranza de Caballería sevillana ha registrado unas pobres entradas en comparación con ediciones anteriores. Está claro, que la crisis está afectando y mucho a la fiesta de los toros.

PUERTA DEL PRÍNCIPE

El pasado viernes de preferia José María Manzanares obtuvo un triunfo rotundo de acuerdo al resultado numérico: nada más y nada menos que cuatro orejas. El alicantino consiguió abrir de nuevo la Puerta del Príncipe por segundo año consecutivo y tras el indulto del pasado año en el mismo albero maestrante. La Real Maestranza se llenó por primera y única vez en lo que llevamos de feria para ver actuar al ya citado José María Manzanares y a sus compañeros de terna: Alejandro Talavante y Juan José Padilla. El cartel era casi inmejorable porque a la vuelta a Sevilla de Manzanares, se unía el regreso de Padilla después de su terrible percance a finales de temporada en Zaragoza. El jerezano volvía a una plaza en la que siempre ha tenido cartel y en la que se le respeta enormemente. Completaba el cartel el extremeño Alejandro Talavante, otro de los diestros más destacados de la pasada temporada. Aunque la corrida de Victoriano del Río estuvo pésimamente presentada y a pesar también de que fue un muestrario de falta de casta y de fuerza, al público sevillano le dio igual y desde el primer minuto se entregó incondicionalmente al torero de moda (Manzanares). Las dos faenas de Manzanares fueron vividas con gran pasión en los tendidos y el hijo del diestro del mismo nombre no defraudó con un derroche de empaque, gusto y templanza. Eso sí, en el aspecto técnico dejó mucho que desear con su habitual pierna retrasada y la suerte descargada. A pesar de todo, se le pidió el doble trofeo en cada uno de sus toros y el generoso palco lo concedió sin despeinarse. Al margen de Manzanares, destacó la voluntad y valentía de Juan José Padilla y el buen hacer de Alejandro Talavante. Ambos fueron aplastados por la locura manzanarista de la tarde.

FLOJO INICIO TORISTA



La semana de preferia comenzó con un marcado acento torista con las corridas del Conde de la Maza y de Hijos de Celestino Cuadri. La que más decepcionó fue la de Conde de la Maza que, a pesar de sortear algún toro con posibilidades e interés, en líneas generales sorteó un encierro manso y bastante descastado en el que ninguno de los ejemplares lidiados sacó la emoción que distingue a esta vacada. Si por algo se distingue este hierro es por la transmisión que tienen sus asados e incluso por las dificultades y riesgo que muestran en el ruedo y que suelen poner en aprietos a los de luces. La corrida del lunes de preferia fue un ejemplo de todo lo contrario. Ante ella se midieron Luis Bolívar, Salvador Cortés y Joselito Adame. Festejo internacional por tanto ya que actuaban en la Maestranza un colombiano, un español y un mexicano. Aunque Bolívar también se mostró firme, seguro y asentado, el más destacado fue Joselito Adame que sorprendió muy gratamente en Sevilla y consiguió cortar una oreja. Salvador Cortés pasó desapercibido. De la corrida e Cuadri se esperaba más, sobre todo teniendo en cuenta el gran momento por el que atraviesa esta divisa, y sin decepcionar del todo, la corrida no terminó de romper. Hubo variedad e interés en el lote enviado a Sevilla por Fernando Cuadri, destacando un importante toro lidiado en tercer lugar. Este animal si sacó en la muleta la casta y la emoción que se espera en esta ganadería. Antonio Barrera, Javier Castaño y Alberto Aguilar fueron los encargados de estoquearla y el que sobresalió fue el salmantino Castaño. Éste volvió a demostrar que se encuentra en el mejor momento de su carrera y que su vuelta a las grandes ferias es absolutamente merecida. Castaño se mostró muy seguro y torero toda la tarde y se pegó un verdadero arrimón al cruzarse constantemente al pitón contrario en el segundo de la tarde. Consigió extraer varios muletazos de notable trazo y gran mérito y el conjunto de su actuación supuso uno de los capítulos más destacados de esta semana de preferia.

NOTABLE FUENTE YMBRO

Si uno ha sido el nombre ganadero de la semana ese ha sido el de Fuente Ymbro. La divisa gaditana lidió una importante corrida de toros el miércoles de preferia en la que destacaron tres toros, los lidiados en primer, quinto y sexto lugar. Cada uno con sus matices, fueron tres grandes toros que además de nobleza, clase, humillación y recorrido, sacaron casta y transmisión en sus embestidas. Encierro además muy bien presentado, bonito, fuerte y armónico de hechuras, pero serio por delante. Sin duda, una corrida de Sevilla. Lo malo de la tarde era el cartel de toreros ya que hasta dos de los tres que figuraban en él no llamaban nada la atención ni eran toreros que podían apostar y triunfar con la corrida de Fuente Ymbro. Con otro cartel el encierro de la divisa verde se habría ido al desolladero con muchas menos orejas, pero tanto Salvador Cortés, como Esaú Fernández desperdiciaron las buenas oportunidades ofrecidas por sus enemigos. Petardo sin paliativos de Cortés y voluntad pero poca clase de Esaú que obtuvo un trofeo del toro que cerraba la corrida. Antonio Nazaré si estuvo a la altura y mostró una gran proyección y buen concepto del toreo. Cornada y oreja para un Nazaré al que hay que esperar porque puede ser un torero a tener en cuenta.

DECEPCIONA VENTORRILLO

El hierro de El Ventorrillo pegó un serio petardo el jueves de preferia y dio al traste con las expectativas e ilusiones creadas para uno de los carteles más interesantes del abono. Hacían el paseíllo tres toreros jóvenes, que se encuentran en gran momento y que pueden explotar y dar la sorpresa esta temporada. Diego Urdiales, Iván Fandiño y Jiménez Fortes se estrellaron con una bonita y seria corrida del Ventorrillo, pero que solo tuvo fachada porque dentro no tenía nada. Encierro parado, con falta de casta y clase que no dio opción alguna de lucimiento a los tres espadas. Diego Urdiales solo pudo mostrar sus ganas, Iván Fandiño logró algunos derechazos de interés y el que más sorprendió fue el joven malagueño Saúl Jiménez Fortes. Fortes estuvo valentísimo y se jugó de verdad la vida siempre muy cruzado, bien colocado e intentado hacer las cosas con verdad y pureza. Además de esto, posee un gran concepto del toreo y a pesar de su juventud se le ve muy cuajado y asentado y, sin duda, puede ser una de las sorpresas de las próximas temporadas y lo tiene todo para llegar a la primera fila del toreo.

GARCIGRANDE, INDECENTE

Muchas han sido las corridas mal presentadas en lo que llevamos de Feria de Abril, pero el caso de Garcigrande el pasado sábado fue de juzgado de guardia. El encierro enviado por Justo Hernández al coso del baratillo fue una novillada impresentable tanto por hechuras, como por caras. Casi todos los ejemplares lidiados fueron auténticas sardinas, chicos y lavados de cara que no imponían ningún respeto ni seriedad. Sevilla es una plaza de primera categoría y eso debe saberlo tanto el ganadero que se anuncia en ese coso, como el equipo veterinario y gubernativo que aprueban la corrida a lidiar. Parece que hasta siete toros fueron rechazados en el reconocimiento, así que teniendo en cuenta lo que saltó al ruedo por la tarde, mejor no imaginar lo que se fue de vuelta al campo. Y además de mal presentada, la corrida fue absolutamente decastada y floja. En definitiva, un producto putrefacto que, eso sí, parece que les encanta a las “figuras” del toreo. Ante semejante desastre ganadero, El Fundi, que se despedía de Sevilla, dio una imagen de maestro en todo su esplendor y dio un recital de solvencia y profesionalidad. Castella pasó de puntillas y Morante no quiso esforzarse y tiró por la calle del medio en ambos toros. Paquirri, Fandi y Cid actuaron el domingo, última corrida de la preferia. De nuevo la casta y la bravura brillaron por su ausencia en el encierro de Torrehandilla y tampoco los de luces realizaron nada destacado. Aunque, a nadie le extrañó…

Crónica novillada domingo 22 de abril

"GRAN CAPOTE, GRAN MULETA...PÉSIMA ESPADA"

Importante e ilusionante tarde la que brindó Alberto Durán en la novillada celebrada el pasado domingo en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Durán llegaba para sustituir al lesionado Mario Alcalde después de ofrecer una buena imagen el domingo anterior en la misma monumental madrileña y el torero de Zamora justificó con creces su doble actuación en Madrid en una semana. Por su parte, ni Salvador Barberán ni Rafael Cerro convencieron ni despejaron muchas dudas ante una novillada de Monte la Ermita, que sustituía a la anunciada de Guadalmena, y que tuvo nobleza y clase pero a la que la faltó mucha fuerza y casta. En tarde fría y ventosa, el coso de Las Ventas registró menos de un quinto de entrada (unas 3000 personas).

ILUSIONA ALBERTO DURÁN

Ya gustaron el pasado año en Madrid las maneras y concepto de un joven chaval zamorano llamado Alberto Durán. Y como gustaron, se le repitió a finales de temporada. Aquella tarde anduvo a gran nivel con el capote Durán, pero sus novillos le impidieron el lucimiento con la muleta. Pasó el invierno y se premió a Alberto con otra tarde en Madrid. Y llegó la buena novillada del maestro Espartaco, y le permitió volver a demostrar que tiene muy buenas condiciones como torero. Con un gran novillo, realizó una notable faena a la que le faltó mayor rotundidad y, sobre todo, el remate de la espada. A pesar de no cortar orejas se ganó la sustitución de Mario Alcalde y a la postre fue sin duda lo mejor de una tarde bastante anodina. A gran altura se mostró Alberto Durán con el capote toda la tarde. Es asombrosa la facilidad y soltura que tiene este chaval con el percal. Fantástico recibo a la verónica el que instrumentó para saludar a su primero, el segundo de la tarde. Este novillo de la divisa madrileña de Monte la Ermita tuvo buena condición, nobleza y mucha clase pero anduvo muy justito de fortaleza. Ante él, estuvo un templado Alberto Durán que destacó en varias series con ambas manos en las que intentó alargar mucho los muletazos y llevar a su oponente con templanza y la mano a media altura para que no claudicara. Si en su anterior comparecencia faltó algo más de ajuste, en esta faena si la hubo y en algún natural llegó a enroscarse al utrero de Monte la Ermita. Y si con la espada no estuvo acertado, pésimo fue el uso que hizo del descabello, con infinitos golpes de verduguillo que dejaron el resultado final en palmas de consuelo. El quinto tuvo una docena de notables arrancadas, pero el mansito se rajó pronto y ya no quiso embestir más. Hasta que llegó este momento, Durán volvió a dejar constancia de un concepto del toreo clásico y bueno y bajó mucho la mano. De nuevo, mal con la espada y la idea de que tiene un serio problema que resolver.

NI BARBERÁN NI CERRO

El lote de Salvador Barberán fue completamente inválido y ante él, el novillero de Algeciras no anduvo mal, pero tampoco bien. Muy frío y sin dar el paso que debía, Barberán echó bien los vuelos de la muleta al hocico del que abrió plaza, pero no tuvo la actitud exigible y su labor con ambos novillos nunca llegó a los tendidos. Y detalles, solo detalles, dejó Rafael Cerro en su vuelta a Madrid después de la buena actuación que protagonizó el pasado San Isidro. Mostró voluntad ya desde salida con el capote interviniendo en sus turnos de quites y después con la franela denotó cierta personalidad y poseer cosas interesantes, pero en ocasiones se atropelló y no terminó de acoplarse con el buen novillo que hizo tercero. El sexto fue otro manso desclasado que se quedaba corto en su viaje y poco o nada hizo el chaval apoderado por José Ortega Cano. Como sus compañeros, estuvo mal con la espada. Un dato muy significativo para darse cuenta de lo mal que anduvieron con los aceros los tres espadas (nunca mejor dicho) fueron los seis avisos que se dieron en toda la tarde, casi nada.

Madrid, domingo 22 de abril de 2012. Menos de 1/5 de plaza. Se lidiaron 6 novillos de Monte la Ermita, correctos de presentación aunque algunos en el límite y de flojo y descastado juego en líneas generales, aunque con gran nobleza y clase. 1º noble pero inválido; 2º noble y enclasado pero muy flojo; 3º de buen juego; 4º inválido; 5º manso y rajado aunque con un buen inicio de faena; 6º desclasado y de corto recorrido.

Salvador Barberán (verde botella y oro): silencio y silencio tras aviso
Alberto Durán (verde azulado y oro): palmas tras dos avisos y saludos tras aviso
Rafael Cerro (blanco y oro): silencio tras aviso en ambos

Fotos: las-ventas.com

miércoles, 18 de abril de 2012

Artículo de opinión

"NOVILLEROS DE LOS DE ANTES"

Muchos son los problemas que asolan la fiesta de los toros hoy en día, pero uno de los más importantes es el de los novilleros. No es que no haya novilleros en la actualidad, el problema es otro. Desde hace ya bastantes años estamos acostumbrados a ver innumerables chavales que hacen el paseíllo en las plazas y ferias más importantes, pero que no dicen nada. Todos parecen cortados por el mismo patrón, no se diferencian los unos de los otros y, lo más grave, tienen una actitud absolutamente mejorable. Antes los novilleros solían ser jóvenes que, debido a las difíciles condiciones económicas y familiares de la época, se introducían en el mundo del toro como medio para subsistir y sacar a sus familias de la pobreza. Gracias a Dios, el mundo ha evolucionado y la mayoría de la sociedad no sufre esos problemas, pero esta mejora en las condiciones económicas ha traído una nueva mentalidad en los chavales que quieren llegar a convertirse en matadores de toros que no es ni mucho menos positiva. Antes, por la necesidad que había, los novilleros salían a por todas, a dejarse la piel y la vida si era necesario en los distintos ruedos que pisaban. Además, cada uno tenía su propia personalidad y cada uno era único y diferente. Como digo, hoy en día esto ha cambiado y en ello tienen mucha culpa las escuelas taurinas que se empeñan en enseñar el mismo concepto del toreo a todos los chavales inscritos en estas instituciones y no dejan desarrollar la propia personalidad de cada uno de ellos. Cuantos novilleros hemos visto en las últimas temporadas que andando mejor o peor, no te emocionan ni te dicen nada. Por eso, cuando aparece en el panorama taurino algún chaval con otra actitud y maneras es una absoluta alegría y satisfacción para todos los aficionados. Esto es lo que me ocurrió cuando descubrí al joven Román en las pasadas Fallas valencianas o, el otro día, al madrileño Gonzalo Caballero en Sevilla. Estos novilleros, con sus virtudes y defectos, son diferentes y tienen una frescura arrolladora. Y esto, precisamente esto, es lo que necesitamos hoy en día. Además, otra de las cosas más preocupantes que podemos observar estos últimos años en las novilladas es las ventajas y vicios con los que aparecen aquellos que quieren llegar a convertirse en matadores de toros. Es admisible y comprensible que las figuras del toreo, después de una larga trayectoria, adquieran ventajas y quieran aliviarse, pero ¿también los novilleros que están empezando? Ahora no es nada raro (todo lo contrario) encontrarse todos los días a las jóvenes promesas citando con el pico, toreando en línea, descargando la suerte o toreando absolutamente despegados. Y esto no es más ni menos que una barbaridad. Por eso, cuando tienes la oportunidad de conocer a un chaval que te habla de hacer las cosas con pureza y verdad, sin mentiras ni ventajas, es gloria bendita. Y cuando eso no se queda en simple palabrerío, sino que en el ruedo lo lleva (o intenta) a cabo…las esperanzas e ilusiones florecen con fuerza. El otro día, en Sevilla, y con una corrida muy complicada y exigente de Fuente Ymbro, hubo un chaval de Madrid que en su tarde de debut con los del castoreño intentó estar cruzado, cargar la suerte y meterse los novillos hacia adentro y no expulsarlo para afuera. Pero cuando eso lo ven los “taurinos” de turno se escandalizan y dicen que ese chaval no sabe ni torear de salón y que no tiene futuro alguno. Pues bien, yo al menos lo seguiré y el tiempo dirá si llega o no a nada. Y no será el primero si lo consigue porque, gracias a Dios, tenemos antecedentes como el de un tal José Tomás.

Foto: Ana García

Resumen del inicio de Sevilla

LA NOVILLADA, LO MÁS DESTACADO DEL COMIENZO DE LA FERIA DE ABRIL DE SEVILLA

Ya ha arrancado uno de los ciclos taurinos más importantes de toda la temporada. El pasado viernes, día 13, comenzó la tradicional Feria de Abril de Sevilla. Durante el pasado fin de semana y a lo largo de las dos próximas semanas, la capital hispalense centrará todos los focos informativos de la actualidad taurina. Hasta ahora se han celebrado una novillada con picadores, una corrida de toros y un festejo de rejones, antes de que ayer comenzara la semana de preferia con un marcado acento torista. Hasta ahora lo más destacado lo han protagonizado los novilleros Fernando Adrián y Gonzalo Caballero, que debutaba con picadores, y que consiguieron cortar una oreja por coleta ante una complicada y exigente novillada de Fuente Ymbro, que sorteó un gran ejemplar (el quinto). En la floja y descastada corrida de Montealto sólo el sevillano Oliva Soto consiguió dar una vuelta al ruedo. La corrida de Capea para toreo a caballo también dio al traste con las esperanzas de los tres rejoneadores. El frío y el viento también han condicionado negativamente el inicio del serial abrileño.

UN DEBUT SORPRENDENTE

El debut del joven novillero madrileño Gonzalo Caballero como mínimo fue sorprendente. El chaval de Torrejón de Ardoz que eligió nada más y nada menos que la plaza de Sevilla para debutar con picadores no dejó indiferente a nadie y ha sido el primer nombre propio que ha dejado la presente edición de la Feria de Abril. Caballero mostró un arrojo y valor que hace mucho tiempo no se veía en el escalafón novilleril. El madrileño salió a jugarse la vida sin ventajas y ha dejarlo todo con la única intención y objetivo de triunfar y agradar al público sevillano. Hasta en tres ocasiones en su primero, y hasta en dos en su segundo, fue cogido Gonzalo Caballero pero se salvó de alguna cornada fuerte de milagro. Se vio a un chaval falto de la técnica y el oficio suficiente, pero con un gran concepto del toreo, cargado de pureza y verdad. El oficio y la técnica se pueden aprender y se consiguen con el tiempo, en cambio, el valor y el concepto del toreo se tienen o no se tienen, y está claro que Gonzalo lo posee. Con el capote destacó en un firme y valiente quite por gaoneras en el centro del ruedo y después con la muleta se pegó un verdadero arrimón con dos utreros de Fuente Ymbro que tuvieron más genio y brusquedad que bravura y casta. Se movieron ambos, pero sin apenas clase y exigiendo mucho. El examen era demasiado difícil, pero Caballero a base de exposición y querer hacer las cosas con pureza, aprobó con nota. Además a ambos astados se tiró a matarlos muy por derecho y encima del morrillo. Para tomar nota de su nombre. El también madrileño Fernando Adrián, obtuvo también un trofeo pero en condiciones bien distintas. Al de la Escuela del Juli le tocó en suerte un sensacional novillo de Fuente Ymbro que aún está embistiendo en el albero maestrante. El de Ricardo Gallardo embistió con codicia y mucha transmisión a la muleta de Fernando Adrián y a pesar de que éste le bajó mucho la mano y le exigió, “Hortelano” aguantó mucho y siempre metió la cara con nobleza, clase, recorrido y humillación. Adrián anduvo templado y bajó la mano, pero estuvo demasiado despegado siempre y abusando de ciertas ventajas. Completaba el cartel el novillero de Espartinas Javier Jiménez que sólo pudo mostrar sus ganas y valor.

DECEPCIONA MONTEALTO

La ganadería de Montealto debutaba con una corrida de toros en la Real Maestranza y su estreno en Sevilla no fue precisamente bueno. El encierro de la divisa madrileña, bonito de hechuras, estuvo falto de seriedad por delante y alguno de los astados lidiados pareció más bien un novillo. El juego no fue tampoco bueno ya que a la corrida le faltó mucha casta y fondo de bravura. La mayoría fueron nobles, pero sin la transmisión, emoción y casta suficiente como para transmitir a los tendidos y facilitar un espectáculo lucido e interesante. Los sevillanos Alfonso Oliva Soto y Antonio Nazaré y el mexicano Diego Silveti fueron los encargados de estoquearla. Ninguno tuvo apenas opciones, pero el que peor suerte obtuvo fue Antonio Nazaré que, a pesar de un lote infumable, volvió a dejar constancia de que posee un concepto del toreo muy bueno y clásico y que se encuentra en un gran momento. El sevillano tendrá esta semana otra oportunidad. Por su parte, Diego Silveti no despejó las numerosas dudas que su actuación en la Feria de Fallas de Valencia hizo surgir. El torero de la tierra Oliva Soto fue el único que pudo dejar momentos lucidos a lo largo de todo el festejo. Pese al fuerte viento que sopló y que molestó muchísimo a los toreros, Oliva pudo ejecutar algunos muletazos en los que imprimió el gusto y la clase tan particulares que posee. En Sevilla su concepto gusta mucho y, por esto, una vuelta al ruedo fue el premio por su actitud y toreo.

NI UNA OREJA EN LOS REJONES

La noticia que dejó el festejo de rejones del domingo fue la de que no se cortó ni una sola oreja en toda la tarde. Habituados a la lluvia de orejas que se cortan en estas corridas marcadas por el triunfalismo, no dejó de ser sorprendente el que ni Andy Cartagena, ni Diego Ventura, ni Leonardo Hernández consiguieran tocar pelo en la Real Maestranza. A ello contribuyó, sin duda, el fallo con los rejones de muerte y, sobre todo, la sosa e insulsa corrida de San Mateo y San Pelayo, dos de los hierros del Niño de la Capea. Al encierro salmantino le faltó casta, movilidad y transmisión y fue el principal problema con el que se encontraron los toreros a caballo. La buena noticia fue que Andy Cartagena se encontró totalmente recuperado de sus últimas lesiones y que no acusó ninguna secuela física. Ventura anduvo a buen nivel, pero sin llegar al alcanzado en otras ocasiones y el joven Leonardo mostró su tipo de toreo clásico y templado aunque estuvo algo intermitente.

Crónica novillada en Las Ventas (15/04/12)

"LA NOVILLADA DE ESPARTACO, POR ENCIMA"

Unas veces es el ganado el que falla, pero en otras ocasiones, es la terna de espadas la que está por debajo de las circunstancias y del comportamiento de sus oponentes. En la novillada celebrada en la tarde de hoy en Las Ventas lo que sucedió fue lo segundo. Tan sólo el novillero Alberto Durán firmó algunos momentos de interés tanto con el capote, como con la muleta sobre todo ante el gran cuarto novillo de la tarde.

DURÁN Y "ATRACTIVO"

El cuarto del festejo fue un ejemplar de colorada capa y armoniosas hechuras. El de Espartaco, bien presentado, mostró ya de salida su buena condición embistiendo de categoría al capote del zamorano Alberto Durán. Este meció muy bien los brazos y consiguió un templadísimo recibo a la verónica. El novillo del maestro de Espartinas hizo buena pelea en varas y llegó a la muleta con un comportamiento ejemplar. Tuvo mucha nobleza, clase, humillación y recorrido el astado que además tenía la transmisión y alegría necesarias para permitir el triunfo de su matador en una plaza como Madrid. Durán destacó en varias series, sobre todo con la mano derecha, en las que demostró poseer un buen concepto del toreo. Bajó la mano Alberto y toreó con largura, aunque a su trasteo le faltó algo más de rotundidad y alguna serie más al natural. El posible trofeo que podría haber cortado se desvaneció con su fallo con los aceros y todo quedó en ovación con saludos. De todas formas, "Atractivo", fue de dos.

DESCONFIADA CONCHI RÍOS

La murciana Conchi Ríos regresaba a Las Ventas después de su triunfo el pasado verano en el que desorejó a uno de sus oponentes y consiguió abrir la puerta grande. Desgraciadamente, y aunque el público se mostró a favor de la joven novillero en todo momento, Ríos no estuvo ni mucho menos al nivel mostrado el año pasado y su actuación fue de suspenso absoluto. En ningún momento se confío Conchi a la que se la vio asustada y sin saber bien qué hacer. Muchos enganchones y desarmes se sucedieron ante un lote encastado de Espartaco que tuvo sus opciones y también complicaciones. Con la espada también estuvo mal e intentó matar a ambos utreros de estocadas muy bajas y atravesadas sin ninguna apretura en la ejecución.

PETARDO DE RAÚL RIVERA

El toledano Raúl Rivera estuvo francamente mal durante toda la tarde. Además de vulgar y acelerado, tuvo una actitud muy reprochable y que nunca se debería dar en la primera plaza del mundo. Rivera miró constantemente a los tendidos buscando la ovación fácil y durante sus dos faenas no dejó de vociferar. El segundo fue un animal muy noble y enclasado y el quinto uno encastado que aguantó los innumerables trapazos que le propinó el torero de Illescas. Después de semejante actuación, esperamos no volverle a ver por el coso madrileño.

Un coso que volvió a registrar una ínfima entrada (algo menos de 1/5), eso sí, en tarde muy desapacible y fría en la que solo alguno de los ejemplares de Espartaco pusieron el calor tan necesario.

Madrid, domingo 15 de abril de 2012. Menos de 1/5 de plaza. Se lidiaron 6 novillos de Juan Antonio Ruíz, bien presentados y de variado e interesante juego en líneas generales. Destacó el gran 4º, ovacionado en el arrastre.

Alberto Durán (grana y oro): palmas y saludos tras aviso

Raúl Rivera (blanco y oro): silencio y silencio tras dos avisos

Conchi Ríos (lila y oro): silencio tras aviso y silencio


Fotos: las-ventas.com

lunes, 16 de abril de 2012

Crónica 1ª Feria de Abril de Sevilla

"UN DIAMANTE EN BRUTO,
PERO CON MUCHO QUE PULIR"

Si un nombre dejó la novillada con la que se abrió la Feria de Abril de Sevilla 2012, ese fue indudablemente el de Gonzalo Caballero. Este joven novillero madrileño, para casi todo el mundo desconocido, llegó a Sevilla para debutar con picadores nada más y nada menos que en la Real Maestranza de Caballería. Y lo hizo junto a dos compañeros con gran cartel entre los novilleros y para estoquear una ganadería encastada y, por lo tanto, nada fácil. La apuesta era muy grande y tanto había que ganar, como que perder. Pero Caballero ganó mucho más que lo que perdió. El joven novillero de Torrejón de Ardoz se jugó la vida sin ventajas y demostró que posee un concepto del toreo en el que la pureza y la verdad son lo más importante, y donde las ventajas no tienen cabida. En un momento como el actual en el que estamos todos cansados de ver a la mayoría de novilleros que, dando sus primeros pasos en la profesión, comienzan como auténticas figuras del toreo, pero no en la parte positiva precisamente, sino en la negativa, abusando de las ventajas y practicando el destoreo, es ilusionante comprobar como aún quedan chavales que no entienden así el toreo, sino que lo quieren practicar con absoluta pureza y sinceridad. Es verdad que en muchos momentos Gonzalo Caballero estuvo a merced de sus oponentes y también lo es que aún está verde y le falta adquirir mucha técnica y oficio, pero es justísimo reconocer su valor, entrega y gran concepto del toreo.

DEBUT EN SEVILLA

No es moco de pavo debutar con picadores en una plaza de la categoría y responsabilidad de Sevilla y para empezar ese es un gesto que hay que cantar. Actualmente en el escalafón novilleril, y por extensión en el conjunto de la fiesta, faltan novedades, apuestas fuertes que conmocionen a los aficionados. Antiguamente si era más común que se produjeran estos fenómenos y situaciones, pero desgraciadamente eso se ha ido perdiendo. Pero todavía nos quedan esperanzas después de ver a un joven novillero madrileño, de veinte años, llamado Gonzalo Caballero. La imagen que mostró Gonzalo en su debut con los del castoreño fue la de un toreo que posee un valor y una entrega privilegiados. A pesar de las leves pinceladas de toreo bueno que pudo dejar en Sevilla, los que conocemos su trayectoria y hemos tenido la oportunidad de verle en más de una ocasión como novillero sin caballos, sabemos que además del increíble valor que demostró ante la complicada y exigente novillada de Fuente Ymbro, Caballero sabe torear y muy bien. Además de ese sincero y seco valor que tanto llama la atención, el de Torrejón de Ardoz practica un toreo clásico, de mano baja y largura y templanza en los muletazos. Pero si hay algo que lo diferencia de los demás es su concepto del toreo, su concepto de pureza y verdad sin ventajas. El joven novillero siempre intenta estar bien colocado, cruzado y tirar del toro hacia adentro y no hacia fuera como tan de moda está en la actualidad. Con los riñones encajados y la figura relajada, intenta siempre cargar la suerte y muletear como mandan los cánones. Muchas de estas cosas no las pudo o supo enseñar el pasado viernes, pero seguro las podrá demostrar en próximas ocasiones y a lo largo de la larga y fructífera carrera que se le atisba. Eso sí, en el toreo el valor es algo que hay que saber controlar y dosificar porque los toros perdonan una y dos veces, pero a la tercera la cornada se hace presente y entonces la situación y las ideas predeterminadas cambian mucho. Muchos afirmarán que fue precipitado y una locura poner a Gonzalo Caballero en Sevilla ya que podría haber ocurrido una desgracia. Parte de razón llevan los que piensan así, pero también debemos recordar que la tragedia y el riesgo siempre están y deben estar presentes en el ruedo de una plaza de toros. Pero para poder triunfar y tener futuro en la difícil profesión de matador de toros, hay que tener una base técnica muy importante y mucho oficio.
Está claro que a Gonzalo Caballero le faltan ambas cosas y que debe trabajar duro para ir adquiriéndolo, pero esa técnica y oficio, como digo, lo da el tiempo y se debe ir asumiendo con mucha paciencia. Pero es que es casi imposible que este chaval tenga todas estas cosas cuando recordemos lleva en esto un par de años (desde que debutó de luces como novillero sin caballos). Por eso, sus apoderados deberán hacer un profundo ejercicio de reflexión para darse cuenta si están yendo demasiado rápido y si Gonzalo está preparado para tan grandes y serios compromisos. Un valiente y arriesgado quite por gaoneras, con el capote a la espalda en el centro del ruedo maestrante, fue la tarjeta de presentación de Caballero en el segundo de la tarde. El tercero, y primero de su lote, fue un animal que, como la mayoría de sus hermanos, estuvo mal presentado y que era una autentica raspa. El de Ricardo Gallardo fue además un ejemplar de gran brusquedad y violencia que no tuvo nada de clase y que al segundo muletazo se quedaba debajo y buscaba al torero. Por la condición del utrero, Gonzalo, vestido de un precioso terno azul marino muy oscuro y oro, tuvo que tirar de valor y recursos para plantear un trasteo en el que fue cogido hasta en tres ocasiones y en el que se salvó de milagro de la cornada. No se arrugó el debutante y siempre volvió a la cara de su enemigo sin mirarse. Antes de entrar a matar dejó un final, de nuevo, de infarto por unas ajustadas manoletinas. Y llegó la estocada que tuvo buena colocación, pero inmejorable ejecución. Muchos no se fijarían, pero el madrileño se tiró al morrillo con excelsa rectitud y saliendo por el rabo. Así se deben matar los toros. Una oreja como premio a su valor y arrojo. Al sexto lo recibió en el centro de la plaza por chicuelinas y, de nuevo, se vivió otro momento de peligro cuando le desarmó e hizo hilo y a punto estuvo de cornearle en la cara cuando Gonzalo estaba en el suelo después de una frustrada carrera. El que cerró plaza tuvo un comportamiento similar al del resto de la novillada: fue vulgar, complicado y exigente. Eso sí, tuvo más opciones que el tercero. La presión de la tarde y el comportamiento de su lote, muy a contra estilo, hicieron mella en Caballero que en este si tuvo más momentos en los que no encontró el sitio ni las teclas necesarias para haber conseguido alguna serie o muletazo lucido. Gonzalo Caballero es un diamante, pero un diamante en bruto y, por lo tanto, con mucho que pulir para poder llegar a brillar como muchos creemos puede hacer.

"HORTELANO" SUPERÓ A ADRIÁN

Fernando Adrián volvió a dejar muchas dudas en el aire y se dejó ir a un extraordinario novillo de Fuente Ymbro. “Hortelano” tenía por nombre el quinto, animal que cumplió a la perfección con el dicho de “no hay quinto malo”. El de la divida verde tuvo todo lo que debe tener un toro bravo: casta, nobleza, clase, entrega, fijeza, prontitud, humillación…sin duda fue toro de dos orejas y tan sólo una cortó su matador. A Fernando Adrián le sobraron ventajas y le faltó rotundidad. Construyó una faena que tuvo momentos buenos y de interés, pero que no tuvo remate y en la que abundó el ventajismo. Siempre con la pierna retrasada, descargando clamorosamente la suerte y muy despegado del astado, tiró de él con templanza y profundidad y la mano muy baja. Y esto último está muy bien, pero cuando se realiza sin pureza no transmite ni tiene el mérito obligado. A pesar de que el madrileño le exigió, “Hortelano” duró muchísimo y terminó su larga lidia con la boca cerrada y sin dejar de galopar y embestir con gran alegría. Tras una estocada que cobró a la primera, recibió una oreja tras fuerte petición de la segunda y dio una excesiva vuelta al ruedo. Por su parte, el gran ejemplar del hierro gaditano recibió una fuerte ovación en el arrastre. El primero de su lote, el segundo, estuvo mejor presentado y fue algo más serio que sus hermanos. Empezó embistiendo con viveza el animal y acudió bravo al primer encuentro con el picador. En la muleta fue un astado bravo, pronto y con transmisión, pero brusco en su embestida. Eso sí, cuando se le hicieron las cosas bien y con templanza, respondió mejor. Al final, cantó la gallina. Fernando Adrián anduvo también voluntarioso y demostró ser el novillero más cuajado y con más oficio de los tres. Mal con los aceros, recibió silencio tras aviso.

JAVIER JIMÉNEZ, GANAS Y VALOR

Javier Jiménez no tuvo tanta suerte como su compañero Fernando Adrián en el sorteo y tan sólo pudo dejar constancia de sus ganas y valor. El que rompió plaza y, por consiguiente, el ciclo taurino sevillano, estuvo falto de seriedad por delante y remate por detrás. Si la presentación no fue buena, el juego no fue mucho mejor. El de Fuente Ymbro se movió bastante y tuvo castita, pero fue complicado, no regaló nunca las embestidas y salió casi siempre de los muletazos con la cara alta desluciendo la labor del de Espartinas. Éste fue de menos a más y lo mejor fue el final de su trasteo en el momento en el que se cruzó y expuso mucho, se asentó en el albero y consiguió algún derechazo estimable. Antes no terminó de encontrar el sitio al novillo y anduvo algo acelerado. Muy mal con la espada y, tras dos avisos, silencio. El cuarto (para no desentonar en el conjunto del encierro) fue feo y una raspa. Además, el segundo del lote de Jiménez tuvo junto a la brusquedad y la falta de clase, muy malas ideas y peligro. Lo mejor de la actuación de Javier (y lo único casi pudo hacer) fue la buena estocada con la que derribó a la “perla” que le correspondió en suerte.


1ª Feria de Abril de Sevilla (novillada picada) con media plaza, se lidiaron 6 novillos de Fuente Ymbro, desiguales de presentación aunque en líneas generales fue un encierro mal presentado y feo de hechuras y de complicado y exigente juego en general. Destacó el extraordinario 5º. 1º encastado aunque exigente; 2º encastado pero brusco, le faltó clase; 3º complicado y exigente; 4º muy complicado y peligroso; 5º extraordinario y muy completo; 6º exigente aunque con fondo de casta.

Javier Jiménez (grana y oro): silencio tras dos avisos y saludos

Fernando Adrián (verde manzana y oro): silencio tras aviso y oreja tras fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo

Gonzalo Caballero, que debutaba con picadores, (azul marino muy oscuro y oro): oreja y silencio


Fotos: Arjona

martes, 10 de abril de 2012

Artículo de opinión

"LAS MAL LLAMADAS FIGURAS DEL TOREO"

Hoy en día el término “figura del toreo” se aplica muy a la ligera y, por supuesto, erróneamente. Tradicionalmente y a lo largo de los años, una figura del toreo ha llegado a ser aquel matador que por su grandiosa carrera y triunfos en las principales plazas de toros de todo el mundo, ha conseguido pasar a la Historia del toreo como uno de los toreros más importantes de su tiempo. Tomando esta definición o idea de lo que siempre ha significado la palabra figura del toreo, si hacemos memoria veremos que en la ya larga Historia del toreo ha habido muy pocas figuras del toreo. A lo largo de estos ya más de dos siglos de existencia de la fiesta de los toros, ha habido miles de matadores de toros, pero sólo unos pocos han tenido el honor de inscribir sus nombres en la Historia de este grandioso e irrepetible espectáculo. Los primeros matadores que llegaron a conseguir este logro fueron los “padres” del toreo, los primeros matadores como Pedro Romero, Costillares o Pepe-Hillo. Después llegaron otros matadores clásicos como Paquiro, Lagartijo, Frascuelo o Guerrita. Algunos de estos toreros que he nombrado anteriormente no sólo han pasado a la Historia como irrepetibles matadores de toros, sino también por haber muerto en las astas de sus enemigos. Antes de llegar a la llamada Edad de Oro del toreo, tenemos que nombrar a Bombita que podría ser una de las últimas figuras del toreo antiguo. Después de estos años tan importantes en la Historia del arte de torear, llegan dos toreros absolutamente únicos y que transformaran para siempre la fiesta de los toros: Joselito “El Gallo” y Juan Belmonte. Estos dos sevillanos protagonizarán la Edad de Oro del toreo y serán una de las parejas de matadores con más partidarios y apasionados defensores de todos los tiempos. Tras el paso del toreo antiguo al toreo moderno encarnado por estas dos figuras, llegarán tiempo después otros matadores de la importancia de Ignacio Sánchez Mejías, Domingo Ortega y uno de los mitos del toreo: Manolete. Todos estos matadores consolidarán el nuevo concepto con el que se comienza a entender la lidia y al espectáculo taurino como el más importante en nuestro país. Carlos Arruza, Luis Miguel, Manuel Benítez “El Cordobés”, Antonio Bienvenida, Pepe Luis Vázquez, Antonio Ordóñez o Paco Camino serán algunos de los diestros de la segunda mitad del siglo XX que pasen a la Historia como auténticas figuras del toreo. Y si he nombrado a todos estos genios anteriormente ha sido para poner ejemplos de lo que siempre ha sido una figura del toreo, porque además de tener conceptos únicos, hacer evolucionar la fiesta de los toros por distintos motivos, o demostrar un valor pocas veces visto, todos estos matadores tuvieron el común denominador de la torería y el compromiso. Todos ellos, sin excepción, se caracterizaron por realizar campañas muy largas en las que estaban presentes en todas las grandes plazas y ferias de todo el planeta taurino. Todos ellos hicieron el paseíllo en cosos como Madrid, Sevilla, Valencia o Bilbao en decenas de ocasiones y, muchas veces, en una misma temporada. Por ejemplo, Antonio Bienvenida llegó a torear hasta en catorce ocasiones en una misma campaña en la plaza de Las Ventas de Madrid. Por otra parte, estos toreros tuvieron la decencia de encerrarse con seis toros en solitario en un gran número de ocasiones y algo sumamente importante: mataron siempre diversidad de encastes sin rehuir de las ganaderías más duras y complicadas como Miura, Pablo Romero o Saltillo. Todas estas son las características que hacen convertirse a un torero en auténtica figura del toreo, en matadores que han pasado a la Historia. Hoy en día llamamos figura del toreo a cualquiera (con todos los respetos). Por ejemplo, que me digan a mí que han hecho toreros como Miguel Ángel Perera, Sebastián Castella, José María Manzanares o Alejandro Talavante para ser considerados figuras del toreo. Otros casos como los de Daniel Luque ya son de escándalo. ¿Todos estos matadores van a pasar a la Historia del toreo como auténticas figuras? La respuesta está clara: no. Tan sólo José Tomás, Enrique Ponce y, como mucho, El Juli pueden ser consideradas verdaderas figuras del toreo. Es indignante que tras echar un vistazo a la Historia y ver las carreras de esos toreros que nombré anteriormente, se llame figura del toreo a matadores como Manzanares que ya no es que maten sólo hierros del encaste Domecq, es que sólo se anuncian con cuatro o cinco divisas (Juan Pedro, Cuvillo, Garcigrande o Zalduendo). Tienen en sus manos cambiar lo que están haciendo y convertirse en auténticas figuras, así que, mientras tanto, no manchemos ni banalicemos esa categoría de “figura del toreo”.

Crónica Domingo de Resurección (Madrid)

"BUEN MAESTRO; MALOS ALUMNOS"

Los papeles parecieron cambiados en la tradicional corrida del Domingo de Resurrección en Madrid. El futuro de la fiesta estaba representado por dos jóvenes toreros que han sido dos de los novilleros más destacados de los últimos años, Víctor Barrio y Juan del Álamo, y que tomaban y confirmaban la alternativa en la plaza más importante del mundo. Su deber era impresionar, cumplir las expectativas de tan importante cita e ilusionar a los aficionados al demostrar que el escalafón tiene futuro y sangre nueva. Pero lo que ocurrió no fue nada más alejado de la realidad: el matador con más de treinta años de alternativa y que se despide este año de los ruedos, El Fundi, les dio toda una lección de actitud, torería, inteligencia y buen toreo a los dos jóvenes que completaban el cartel y que, se supone, tienen un largo camino y futuro por delante. El resultado del festejo quizás sea el mejor ejemplo posible del decadente momento por el que atraviesa la fiesta de los toros y del incierto futuro que se le atisba. En otro momento, hace algunos años y décadas, los jóvenes matadores que pisaban el ruedo venteño habrían salido a por todas, a dejarse matar si era necesario y, sobre todo, a no dejarse ganar la pelea por el veterano torero que abría el cartel. Ahora, a dos toreros jóvenes que aún no son nada en la fiesta se les da la oportunidad de hacer el paseíllo en el ruedo más importante del planeta taurino y en una fecha tan señalada como el Domingo de Resurrección, y no llegan ni a justificarse. Así está esto.

UN MAESTRO EN TODO SU ESPLENDOR

José Pedro Prados “El Fundi” entró en el cartel sustituyendo a Curro Díaz, herido el sábado en la plaza de toros de Baeza, y fue el encargado de abrir un cartel tan tradicional como el del Domingo de Resurrección. Todo un guiño al maestro de Fuenlabrada que este año, y después de más de treinta de carrera, se retirará de los ruedos. Y El Fundi volvió a demostrar porqué es un torero tan querido y respetado por todos los profesionales y aficionados. José Pedro anduvo a un gran nivel, consiguió cortar una oreja de peso, y, lo más importante, logró realizar lo único interesante y estimable de la tarde y de lo que llevamos de temporada en Las Ventas. Las ceremonias de alternativa y confirmación de alternativa hicieron cambiar el orden normal de la lidia. El tercero de la tarde, primero de El Fundi, fue un animal justito de presentación (como varios de los ejemplares lidiados) que manseó en los primeros tercios y que después llegó algo rebrincado a la faena de muleta y con algunas complicaciones. El Fundi, vestido de un terno verde hoja y oro, empezó de menos a más, conduciendo la embestida del toro con suavidad para atemperar su embestida y asentarlo en la arena. En el inicio del trasteo anduvo más despegado el de Fuenlabrada, pero después asentó las zapatillas en el ruedo y con gran naturalidad comenzó a torear con gran templanza y largura. Uno de los aciertos de Fundi fue presentar siempre la muleta muy por delante, echando los vuelos al hocico del animal y tirar de su embestida con la mano baja. Lo llevó muy cosido a la franela e hizo algo que hoy parece que está perdido: remató los muletazos muy atrás. Desde el principio estuvo muy metido en la faena, muy dispuesto y transmitió esa disposición y buena lidia al tendido. La cumbre del trasteo fue una serie con la mano izquierda verdaderamente espléndida. Tras una estocada un pelo desprendida y atravesada, pero ejecuta con brillantez y de rápida muerte, la mayoría del público congregado en Las Ventas pidió la oreja y el presidente la concedió. En la vuelta al ruedo en la que paseó el trofeo recibió El Fundi el reconocimiento unánime de una de sus plazas, del público que tanto lo admira y respeta por una trayectoria de intachable lucha y honradez. El quinto fue un astado feo e impresentable que no debió salir nunca de chiqueros. Además, el de José Luis Pereda tuvo una pésima condición en la que destacó su mansedumbre y falta de casta y clase. El de la divisa onubense nunca fue metido en los engaños y no humilló en ningún momento, dificultades que pusieron en un verdadero aprieto a su matador. Y lo peor que tuvo “Huérfano I” fue peligro sordo, un riesgo que casi no transmitió a los tendidos pero que estuvo presente en toda la faena muletera. El Fundi lo intentó y se peleó con él, pero poco pudo hacer ante tal papeleta. Con la espada tiró por la calle del medio y tras pinchar en varias ocasiones se fue a los bajos descaradamente para liquidar cuanto antes a su enemigo.

UNA ALTERNATIVA SIN FUNDAMENTO

La alternativa de Víctor Barrio en Madrid no había convencido desde que se anunció y el resultado dio la razón a aquellos que pensaban que no estaba justificada. Pese a ser un novillero puntero en las dos últimas temporadas, la oportunidad de recibir el doctorado en la primera plaza del mundo debe ser concedida a novilleros con una trayectoria mucho más destacada, que hayan triunfado con la rotundidad en Las Ventas, y que tengan ambiente. El primero toro que mató Víctor Barrio en su carrera se llamó “Picador”, un castaño bragado meano bizco del pitón derecho. El de Pereda tuvo buena condición pero fue muy flojo y no transmitió nada. Barrio consiguió en este primer toro algún derechazo de buen trazo y mano baja, pero casi siempre anduvo con la suerte descargada y mal colocado. Además, los nervios y la presión del momento le pudieron en algunos momentos y se le vio precipitado. El sexto tenía unas magníficas hechuras, pero el burraco de la divisa azul y roja no tenía la seriedad suficiente para el coso madrileño. El astado también tuvo buen fondo y quiso embestir pero tuvo la fuerza y la casta muy en el límite. El segoviano se equivocó de planteamiento, ahogó al astado, y planteó una faena de cercanías con muchos pases y prácticamente nada destacable. Además, debe tener más cuidado con la espada porque a su primero lo mató de un bajonazo infame.

JUAN DEL ÁLAMO NO CONVENCE

El salmantino Juan del Álamo llegaba a Madrid para confirmar una alternativa que recibió el pasado mes de julio en el coso de Santander. El joven diestro venía precedido de las buenas sensaciones que dejó en esta plaza de novillero. Del Álamo fue en las últimas temporadas el líder del escalafón novilleril y uno de los chavales que más ilusionó a la afición y a la crítica por sus grandes formas como torero. Desgraciadamente en la tarde de su confirmación no estuvo al nivel esperado y se fue a pie en medio del silencio. Es verdad que el público estuvo toda la tarde frío con él y también lo es que le tocó un lote que apenas tuvo posibilidades, pero Juan debió mostrar otra actitud y menos ventajas delante de la cara de sus toros. El matador charro si volvió a demostrar el magnífico concepto del toreo que posee y estuvo templado toda la tarde, pero a Madrid se debe venir con una actitud mucho más entregada y menos en figura. Además, Juan del Álamo abusó durante todo el festejo del pico y de torear en la llamada periferia. Casi nunca se pasó al toro por la faja ni remató los muletazos atrás y eso en Madrid no se admite. Una pena porque este joven torero tiene un gran fondo para llegar a funcionar en este difícil mundo, pero debe hacer un ejercicio de autocrítica y dejar atrás tantas ventajas porque él tiene valor suficiente como para realizar otro tipo de toreo.

Corrida del Domingo de Resurección (Madrid) con media plaza, se lidiaron 6 toros de José Luis Pereda, desiguales de presentación con algunos ejemplares muy justos por su pobre seriedad por delante o por su falta de remate, y de noble y descastado juego en general. Algunos como 3º o 4º dieron algunas opciones. 1º noble pero muy flojo; 2º inválido y descastado; 3º manso pero con chispa y cierta casta y transmisión; 4º noble y enclasado pero justito de fuerzas; 5º manso, complicado y con peligro sordo; 6º noble pero flojo y descastado y ahogado por el torero.

El Fundi (verde hoja y oro): oreja y silencio tras aviso

Juan del Álamo, que confirmaba alternativa, (blanco y plata): silencio tras aviso y silencio

Víctor Barrio, que tomaba la alternativa, (grosella y oro): palmas en ambos


Fotos: las-ventas.com