lunes, 30 de abril de 2012

Análisis semana de Farolillos (Sevilla)

FANDIÑO, LÓPEZ SIMÓN Y ALGÚN TORO BRAVO, LO ÚNICO DESTACABLE DE LA SEMANA DE FAROLILLOS

Ya ha finalizado uno de los ciclos taurinos más importantes de toda la temporada. El pasado domingo, con la tradicional corrida de Miura, se puso punto y final a la edición 2012 de la Feria de Abril de Sevilla. Tras la llamada semana de preferia, tuvo lugar la semana más importante del ciclo hispalense: la semana de farolillos. Y el balance general ha sido muy flojo y preocupante. Además de la notable disminución del público asistente, la presentación de muchos de los encierros lidiados ha sido pésima, así como el juego de muchas de esas corridas. Pero si malo ha sido el capítulo ganadero (salvo algunas excepciones), no mejor ha sido el de los toreros con actuaciones muy preocupantes de El Cid, Sebastián Castella o Daniel Luque. David Mora tampoco estuvo a la altura de un gran toro del hierro del Pilar y tan sólo matadores como Iván Fandiño, Rafaelillo o el toricantano López Simón, se han salvado de la quema.

PETARDO DE DANIEL RUÍZ 

Muchas han sido desgraciadamente las corridas de toros de esta Feria de Abril que han dejado mucho que desear tanto en presentación, como en juego. Pero, sin duda, uno de los casos más flagrantes ha sido el de la divisa de Daniel Ruíz. El ganadero albaceteño debería estar avergonzado del impresentable y horrible encierro que envío al coso del Baratillo. Daniel volvió a pegar un petardo sin paliativos en Sevilla al presentar una corrida impresentable que además ofreció un juego infumable. Corrida completamente anovillada, chica y sospechosa de pitones que tuvo muchos más defectos que virtudes. Dos fueron los ejemplares que volvieron a los corrales por inválidos y no habría estado mal que hubieran regresado algunos más. La corrida fue un muestrario de falta de fuerzas y casta y agotó la paciencia a la afición de Sevilla después de varios días de desastre ganadero. Después de esto solo esperamos que ni vuelva a Sevilla ni a ninguna plaza importante. Pero no sólo fue para olvidar la presentación y juego de los toros, sino también el cartel de actuantes. En esta corrida se dieron cita tres de los matadores que peor han estado esta feria: Sebastián Castella, Cayetano y Daniel Luque. Ninguno de los tres hizo nada digno de reseñar.

VOLVIÓ EL TORO

Gracias a Dios, el martes de farolillos volvió el toro bravo a la Real Maestranza de Sevilla. El hierro de Victorino Martín devolvió, en parte, la ilusión y esperanza a los tendidos con una corrida correctamente presentada y que lidió hasta dos ejemplares de nota (tercero y quinto). Aunque de Victorino siempre se espera más y la corrida no fue ni redonda ni completa, si tuvo interés y variedad. El mejor de la tarde fue el tercero, segundo del lote de Iván Fandiño, que fue un astado encastado, que fue bravo en el caballo y que llegó a la muleta embistiendo con la cara humillada y teniendo recorrido y emoción en sus embestidas. En uno de los carteles con más interés de la feria se anunciaban mano a mano los dos toreros revelación de la temporada pasada: Iván Fandiño y David Mora. Y el mano a mano se lo llevó claramente el vizcaíno. Es verdad que a Iván Fandiño le tocó el mejor lote (un lote de triunfo), pero también lo es que el torero afincado en Guadalajara dio una gran tarde tanto en actitud y valor, como en buen toreo. Destacaron las faenas al tercero y al quinto, trasteos cargados de pureza y en los que cargó mucho la suerte y expuso mucho. Además consiguió muletazos con ambas manos de notable trazo. Tras la gran estocada con la que mató a su último, el quinto, se mereció una oreja, pero ni el público ni el palco lo entendieron así. Por su parte, el toledano David Mora mostró ganas, pero no terminó de estar al nivel esperado.

LÓPEZ SIMÓN ENTRE FIGURAS

El Cid, Sebastián Castella, Alejandro Talavante, Morante de la Puebla y José María Manzanares estaban anunciados el miércoles y jueves de farolillos. Y entre tanta “figura” un joven chaval que iba a tomar la alternativa. Y este joven torero firmó lo más destacado de estos dos festejos…ahí queda eso. El miércoles se lidió la corrida de Jandilla que, como el resto de compañeras “comerciales”, tuvo nobleza y clase, pero falta de fuerzas y empuje. Tan sólo se salvó un buen toro. Esta corrida fue la de la reafirmación del pésimo momento que atraviesan El Cid y Sebastián Castella. Al primero se le ve sin sitio, sin quedarse quieto ni un momento delante de la cara del toro; y el segundo, sencillamente, aburre hasta extremos insospechados. Talavante completaba el cartel, pero el lote de toros de Borja Domecq le impidió el lucimiento. Al día siguiente tenía lugar uno de los carteles de la feria con la vuelta de Morante de la Puebla, de José María Manzanares y de la ganadería triunfadora de la feria del año pasado: Núñez del Cuvillo. Y el hierro de Álvaro Núñez Benjumea no lidió precisamente una buena corrida, todo lo contrario, el petardo y la decepción ganadera de este día fueron mayúsculas. Tan sólo el primero bis nos recordó el buen juego de animales lidiados en ediciones anteriores. Y precisamente este fue el toro con el que se convirtió en matador de toros el madrileño López Simón, que se impuso a la responsabilidad y presión de la tarde y logró cortar una oreja ganada con sudor y sangre. Ilusionante la faena del joven torero de Barajas que por tirarse a matar con valentía y pureza, fue herido en el muslo y no pudo completar la tarde de su doctorado. Los astados de Cuvillo no permitieron el triunfo ni de Morante ni de Manzanares.

"BILANERO", UN GRAN TORO

Sin duda, una de las alegrías de esta Feria de Abril ha sido ver embestir al quinto toro de la corrida del Pilar. El viernes de farolillos saltó al albero maestrante “Bilanero”, un soberbio ejemplar con el hierro de Moisés Fraile. Este lisardo de la divisa salmantina fue un astado completísimo y que embistió con poder y bravura a la muleta de David Mora. Fue a más el de Moisés y en su embestida además de las virtudes anteriormente citadas reunió otras como la nobleza, la humillación, el recorrido, la duración y la clase. Mora no consiguió cuajar al toro como este merecía y todo quedo en una oreja, premio que supo a poco. Completaban el cartel ese día (otra vez) los sevillanos Cid y Luque que hicieron más de lo mismo y tras tres tardes en el abono sevillano no lograron cortar ni una sola oreja.

NI LOS MEDIÁTICOS NI MIURA

El final de la feria estuvo marcado por las inclemencias meteorológicas que, aunque no obligaron a tener que suspender ninguno de los festejos programados, si impidieron un mayor lucimiento de toros y toreros. El sábado tuvo lugar la habitual corrida de los matadores mediáticos con El Cordobés, Juan José Padilla y El Fandi en el cartel. Lo mejor de la tarde fue la magnífica presentación e interesante juego de la corrida de Torrestrella. La divisa gaditana continua en una línea ascendente y, pese a que varios de los ejemplares lidiados les faltó más fuerza y transmisión, la corrida tuvo muchas cosas buenas y tanto los toreros que tuvo delante, como el estado del piso de plaza (inundado y resbaladizo) estuvieron a la contra. Y se puso punto y final al ciclo sevillano con la ya tradicional corrida de Miura. Y si ya es tradicional que se acartele esta vacada este día, también se ha convertido ya en tradicional que el juego que ofrezca sea desastroso por su mansedumbre y falta de casta. Preocupante, muy preocupante lo de este legendario hierro que cada día saca más nobleza y “aborregamiento” y menos riesgo y emoción. Gran nivel el de Rafaelillo que cuajó una gran faena al quinto astado de la corrida. De no ser por el fallo con la espada, habría cortado una oreja de peso.

Fotos: Arjona y González Arjona

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