jueves, 15 de marzo de 2012

Crónica 5ª Feria de Fallas 2012

"¡AY SEÑOR, QUÉ INJUSTO ES ESTO!"

Dios, para los creyentes y la vida, el mundo en general, para el resto de los mortales, termina siendo justo la mayoría de las veces. Eso sí, hasta que llega ese día muchas son las injusticias que se dan y tenemos que soportar. Pues eso exactamente es lo que ocurrió en la quinta del abono valenciano: una injusticia. Mientras que a un torero hecho un jabato, firme, valiente y asentado le tocó en “suerte” un pésimo lote sin opciones de lucimiento, un lote de triunfo claro le correspondió a otro que no estuvo a la altura de las circunstancias y dejó escapar a dos toros que a otros, por ejemplo al otro torerazo en cuestión, les hubiera servido para salir a hombros del coso de la calle Xátiva. Me estoy refiriendo a Jiménez Fortes y a Diego Silveti respectivamente. Se volvió a cumplir el dicho popular de que Dios le da pan al que no tiene dientes y así el mexicano se fue a pie cuando debería haber salido en volandas, mientras que por la imagen ofrecida y la actuación firmada, el malagueño se merecía haber tenido algún toro con opciones para haber podido salir a hombros. Si así hubiera sido, estaríamos hablando hoy de la primera puerta grande merecida e importante de la feria de Fallas 2012. Esta vez Dios no fue justo, pero quién sigue la consigue y habrá que confiar en que la recompensa final sea grande y esté a la altura de un torero que seguro dará mucho que hablar y que tiene todo para llegar a ser figura. Él, Jiménez Fortes, seguro que no se rendirá y cada día se superará por lo que aquel día en el que le esté esperando un toro bravo en chiqueros, será un día de gloria para él porque lo más importante en esta vida no es que te llegue tu momento, sino saber esperarlo y aprovecharlo. Estoy seguro que Saúl lo hará.

IMPORTANTE FORTES

Si en la quinta de feria hubo un nombre propio ese fue el de Saúl Jiménez Fortes. El torero de Málaga dejó una imagen de torero capaz e ilusionó a todos los que pudimos ver la corrida de Valdefresno. Fortes se mostró desde el primer momento muy dispuesto y metido en la tarde (no perdonó ningún quite) y destacó, por encima de todo, por su impresionante firmeza, asentamiento y seguridad. No pudo hacer más con menos, ya que el lote del hierro salmantino que le tocó en “suerte” no pudo tener menos opciones. Su primero, el tercero de la tarde, fue un animal muy regular, que no sirvió para nada ya que, además de su sosería y falta de casta, no tuvo clase y salía derrotando y pegando tornillazos al final de cada muletazo. Se movió en un principio el de Valdefresno pero por inercia y sin transmitir absolutamente nada al tendido y deslucir toda la labor muletera de su matador. A base de templanza y de que nunca tocara el astado la franela, el joven diestro apoderado por los Chopera, llegó a conseguir algún derechazo estimable y, sobre todo, pudo mostrar quietud de plantas y buen concepto del toreo. Siempre bien colocado y exponiendo una barbaridad, Jiménez Fortes se pegó un arrimón final y tras dejar una buena estocada el público pidió la oreja pero sin demasiada unanimidad, por lo que el presidente tuvo la excusa perfecta para no conceder el trofeo. Finalmente, la recompensa fue una vuelta al ruedo muy merecida y que valía el doble que muchas de las orejas que se han cortado a lo largo de la feria. El sexto dio algunas esperanzas durante los primeros tercios e incluso llegó apuntando cosas buenas al principio de la faena, pero duró un suspiro. Pese a que tenía buena condición y una boyante embestida cuando metía la cara, el de la divisa salmantina era manso y a la primera de cambio cantó la gallina y se rajó. Como manso que era, el astado de origen Lisardo se refugió en su querencia, en tablas y de allí ya no salió. Lo intentó de todas las formas posibles Jiménez Fortes, pero sus intentos fueron en balde. Una verdadera pena porque después de su primera actuación y de lo que apuntó toda la tarde, había muchas ganas de verlo delante de un animal con opciones. De todas formas, y a pesar de la condición de su enemigo, Fortes no se arrugó y le buscó las vueltas al toro pegándose otro meritorio arrimón en el que se sacó al astado por delante y por detrás y en el que se jugó los muslos sin ventajas. Aunque estaba rajado, el de Nicolás Fraile tenía castita y le pudo pegar un arreón en cualquier momento, pudiendo herirle. Jiménez Fortes además de ser un matador valentísimo sabe torear muy bien, posee un concepto muy bueno del toreo en el que sus máximas son llevar larga y humillada la embestida del toro, alargando y bajando mucho la mano.
Pero claro, para poder hacer esto tiene que tener a un toro bravo delante y no a los ejemplares que le tocó lidiar y estoquear ayer en Valencia. Al menos, su actuación en las Fallas le sirvió para reafirmarse como una de las grandes promesas del escalafón y para que todos estemos esperándole y deseando volver a verle.

LISONJERO, UN GRAN TORO

Hubo dos toros que valieron en el encierro del hierro de Valdefresno que volvió a demostrar que no se encuentra en su mejor momento. Para empezar la corrida estuvo muy desigualmente presentada, con varios toros mal presentados como el primero que fue indigno de una plaza de primera como Valencia. Este ejemplar y alguno más no tenían trapío alguno miraras por donde miraras. Anovillados, lavados de cara, sin remate…no se puede permitir que estos toros impresentables salten a un ruedo de primera. Desgraciadamente esto se está convirtiendo en costumbre y aquí nadie dice nada ni protesta. Por otra parte hubo otros toros más en el tipo de la casa y se vio la diferencia de hechuras entre unos más en Atanasio (más altos y finos de cabos) y otros más en Lisardo, como el segundo que era una verdadera estampa. “Lisonjero” que así se llamaba el que hizo segundo ya me gustaba antes de que saltara al ruedo, era mi apuesta después de ver las fotos de los toros en el campo. El Lisardo de los Hnos. Fraile era el prototipo del toro de esta ganadería y de este encaste, sus hechuras se correspondían además con los animales que suelen embestir de esta procedencia. Muy bajo, badanudo, con abundantes rizos que le hacían “mayor” y más serio, y tocadito de pitones. Esta era la morfología de un toro que, a pesar de los kilos (pesó menos de 500), tenía un trapío enorme y su seriedad era evidente. Para que luego digan que los kilos tienen que ver con el trapío…En cuanto al juego de la corrida, también fue desigual. Hubo comportamientos con distintos matices, pero en todo el encierro hubo un denominador común: la mansedumbre y falta de casta. La excepción la protagonizó precisamente “Lisonjero” que fue un gran toro. El serio ejemplar de la divisa roja y encarnada reunió la mayoría de virtudes que debe tener un toro bravo: clase, recorrido, humillación, nobleza, duración y transmisión. Si “Lisonjero” llega a tener todavía más casta y motor habría sido perfecto. Además, cumplió en varas sobre todo en el primer puyazo, vara que tomó metiendo los riñones, empujando con la cara abajo y romaneando.

SILVETI...DECEPCIÓN

El mexicano Diego Silveti llegaba a Valencia con mucho ambiente y gran expectación. La temporada pasada obtuvo grandes triunfos, todos ellos en el contexto de pertenecer a una dinastía en la Historia del toreo, en especial en su patria, México. Pero el verdadero examen lo tiene Diego este año y en España porque será aquí donde se encuentre con el toro que encumbra a un matador o lo condena, con un público menos cariñoso que el de su país, y en las ferias más importantes de todo el mundo. Esta temporada Diego Silveti pisará todas las grandes plazas y ferias y su particular examen comenzó ayer en Valencia. Y, desgraciadamente, no aprobó al dejar mucho que desear, decepcionar ante la gran expectativa creada entorno a su joven figura y desaprovechar un lote de triunfo que, a la postre, fue el único con verdaderas oportunidades de Valdefresno. Ante el primero de su lote, el segundo de la tarde y anteriormente analizado, Silveti realizó una faena muy irregular, con muchos altibajos. El trasteo del mexicano tuvo algunos pasajes de interés, pero la obra no terminó de ser completa y él tampoco acabó de cuajar al gran astado que tuvo delante. Tiene buen concepto Diego y además, como buen mexicano que es, tiene variedad sobre todo con el capote. También llega pronto al público con su singular y agradable sonrisa. Pero está claro que esto solo no basta y también se necesita de una buena técnica, algo que dio la sensación que no tiene dominado completamente. Se nota que no es español y no termina de encontrar el sitio que exigen los toros lidiados en nuestro país. En la mayor parte de su actuación no estuvo bien colocado y además le faltó imprimir mas temple a los muletazos. Con la espada tampoco anduvo fino toda la tarde y mientras “Lisonjero” se iba al desolladero con las dos orejas intactas, el recogió una cariñosa ovación desde el tercio. Pobre premio para tan gran enemigo. El que cerró su lote, el quinto, no fue su primero, pero fue el otro buen toro de la corrida. A este astado le faltó más casta, emoción y transmisión en las arrancadas pero como se dice ahora “se dejó” y mucho. Silveti no hizo mas que reafirmar las sensaciones dejadas en su primero, no llegó a encontrar las distancias ni sitio al toro y ejecutó un trasteo que pasó casi inadvertido en los (otra tarde más) vacíos tendidos del coso levantino. En resumen, lote de tres orejas sin aprovechar y muchas dudas por disipar a partir de ahora.

DUFFAU, SIN OPCIÓN

El que tampoco tuvo suerte en el sorteo fue el francés Thomas Duffau que, como el resto de sus compañeros, también debutaba en Valencia. Duffau es otro joven torero con condicione para funcionar durante las próximas temporadas pero si llega o no llega a la primera fila del escalafón dependerá de las oportunidades que le den y si cuando se las den, él las aproveche. La oportunidad de ayer en las Fallas fue envenenada, ya que pudo torear pero se estrelló ante un lote sin opciones. El que abrió plaza fue un ejemplar que, además de impresentable, evidenció su invalidez desde los primeros tercios. Ante la flojedad de su oponente que además careció de casta, el joven espada francés sólo pudo justificarse y esforzarse en que el de Valdefresno no se derrumbara durante su labor. Duffau si demostró que posee un concepto del toreo muy bueno, clásico y poderoso, y yo al menos me quedé con las ganas de verle delante de un toro digno y bravo en todos los sentidos para que pudiera mostrar con autenticidad lo que lleva dentro. El cuarto fue un astado huidizo y descastado que lo único que hizo durante todo el trasteo de Thomas fue recular y negarse a embestir. Ante su segundo, a Thomas Duffau se le vio más mecánico y vulgar ya que se empeñó en hacer embestir a un toro que lo único que se merecía era morir cuanto antes.

Valencia, 5ª de abono de la Feria de Fallas, con 1/4 de plaza se lidiaron 6 toros de Valdefresno, desiguales de presentación y juego. Algunos como el 1º impresentables por su anovillada presencia y otros bien presentados y muy en el tipo como el 2º. Destacó por su gran juego el 2º, noble, enclasado, encastado, humillador y con gran recorrido, duración y fijeza; también se dejó el 5º; el resto pecaron de falta de fuerzas (1º), descaste (3º o 4º) o mansedumbre (6º).

Thomas Duffau (sangre de toro y oro): silencio y silencio tras aviso

Diego Silveti (rosa y oro): saludos tras aviso y silencio tras aviso

Jiménez Fortes (lila y oro): vuelta al ruedo tras petición y silencio tras aviso

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