martes, 31 de enero de 2012

Artículo de opinión

VERGÜENZA, ENFADO E INDIGNACIÓN

Vergüenza, enfado e indignación, eso es lo que siento después de saber lo que el empresario de la localidad conquense de Iniesta, Fermín Vioque, le dijo al apoderado de Sergio Serrano cuándo éste le preguntó si pondría a su torero en el cartel. Después de ser el máximo triunfador de la corrida celebrada en esta pequeña localidad de Cuenca el pasado mes de agosto, Sergio Serrano confiaba en repetir paseíllo en el coso taurino de Iniesta y, por eso, su mentor José Antonio Carretero llamó al gestor de la plaza de toros en cuestión. Tras cortar tres orejas y dejar una imagen muy superior a la que dieron El Cordobés y El Fandi, creía el matador, el apoderado y todo el que tenga dos dedos de frente y sepa que significan términos como justicia, reconocimiento y premio, que lo suyo era poner en el cartel al máximo triunfador de la pasada feria taurina de agosto. Y la respuesta del señor empresario no fue negativa, eso sí, puso como condición lo siguiente: “Si queréis venir tenéis que poner dinero”. Sí, tal y como leen, eso es lo que contestó el impresentable y sinvergüenza del empresario de Iniesta. Como muchos de ustedes sabrán, de lo que les hablo es del típico caso del torero “ponedor”. Por torero “ponedor” se conoce en la jerga taurina a aquellos matadores o novilleros que, por hacerse un hueco en las ferias y festejos taurinos, están dispuestos a pagar al empresario de turno. Si es lamentable y vergonzoso que haya personas que tengan que pagar por trabajar, aún es más indignante que esto ocurra cuando lo que hay en juego es una vida humana. Porque los toreros se juegan la vida y, como mínimo, deben tener una recompensa y nunca tener que poner dinero por enfrentarse a un astado de 400, 500 o 600 kilos. El caso de los ponedores es una de las lacras más sangrantes de cuantas se dan en la fiesta de los toros y, aunque no es nueva, me hace reafirmarme en la idea de que en el mundo de los toros habitan a sus anchas individuos sin ningún tipo de escrúpulo ni valores morales. Como he dicho, este tema no es nuevo, pero si es novedad y noticia que un matador de toros se atreva a denunciarlo públicamente. Por miedos a represalias y, sobre todo, a no torear y quedarse en su casa sentados, muchos matadores entran en el aro y aceptan este chantaje. Otros, no lo aceptan pero callan también por miedo. Una vez más, Sergio Serrano ha demostrado que tiene unos principios y valores morales muy claros y que no va a tolerar que individuos carroñeros como éste se aprovechen de la situación de desamparo y desesperación que viven muchos toreros como él. Sergio ha tenido el valor de decir esto públicamente en las Jornadas Taurinas de Tarazona de la Mancha, el pasado domingo, y los medios de comunicación tenemos el deber de recoger la noticia y denunciar a los cuatro vientos el que este personaje sea el empresario de una plaza de toros. Los medios tenemos el deber de contarlo y, creo, que los aficionados tienen el deber de reconocer y admirar la valentía y el pundonor de toreros como Sergio. Ojalá hubiera en la fiesta muchos más como él que no callaran ante estos desmanes porque, seguramente, si no erradicarse, el problema seguramente se reduciría. Y, por supuesto, ojalá que hubiera muchos menos como el “señor” Vioque. Si esto fuera así, la fiesta tendría futuro y mucha mejor salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario