martes, 13 de diciembre de 2011

Artículo de opinión

LA ESCUELA TAURINA DE ALBACETE, ¡BASTA YA!

Hace más de dos meses, concretamente el 4 de octubre, publiqué en este mismo espacio un artículo denunciando la situación de la Escuela Taurina de nuestra ciudad. Más de dos meses después, la situación en dicha institución no ha cambiado y todo sigue exactamente igual. Por eso he decidido volver a la carga y hasta que la sociedad albaceteña y los encargados en modificar la Escuela, los políticos, no me hagan caso, seguiré semana tras semana, y sin descanso, denunciando lo que pasa en la que se supone es la fábrica de nuevos toreros y promesas de la tauromaquia de Albacete. Mientras otras escuelas taurinas con la mitad, o menos, del presupuesto de la de nuestra ciudad van sacando, a pesar de la difícil situación por la que atraviesa el sector, a nuevos chavales que apuntan cosas y maneras, nuestra ciudad, nuestra tierra, continúa esperando que algún torero que se haya formado en nuestra Escuela Taurina despunte y llame la atención. Pero es que el problema no es solo de los chavales ni de la situación económica actual, el verdadero problema reside en como está estructurada la institución y de sus responsables directos, los maestros. Lo que sucede en la Escuela no es ningún secreto, todo el mundo del toro, y no sólo del toro, sabe lo que pasa en ella, y todos sabemos que esa situación es insostenible. Pero, a pesar de esto, aquí todo el mundo involucrado en el asunto sigue con los brazos cruzados esperando, quizás, que el problema se resuelva por arte divino. Lo más grave de todo esto es que los chavales, los alumnos de la Escuela Taurina de Albacete, no hablan porque tienen miedo. Sí señores, han leído bien, tienen miedo y les diré a qué. Tienen miedo de perder las pocas oportunidades que se les dan de torear, las pocas novilladas que tienen para demostrar sus cualidades y si valen o no para continuar en la difícil y dura carrera de matador de toros. Si hablan, si dicen que en la Escuela no aprenden absolutamente nada, o peor, que “desaprenden”, temen que contra ellos se produzcan represalias, los maestros les cojan manía y, a la postre, no les den ninguna oportunidad y se queden en su casa sentados y sin torear. Ellos son los perjudicados en esta situación, ellos son los que se están jugando su futuro y, por ello, deberían tener el suficiente valor de olvidarse de todo y gritar a los cuatro vientos lo que ocurre en nuestra siempre valorada y estimada Escuela Taurina. Pero como tienen miedo, yo me veo en la obligación de alzar la voz y decirles a todos ustedes y al concejal de Asuntos Taurinos, Manuel Serrano, que la Escuela necesita de una inmediata renovación, un cambio de rumbo para que en el futuro los albaceteños puedan presumir de que en su tierra continúa habiendo buenos toreros, grandes profesionales e, incluso, alguna figura del toreo. En la Escuela Taurina no sólo se debería enseñar a coger los trastos y a torear, ni eso se enseña, sino que debería ser un centro de una formación taurina completa que empieza por abordar de forma teórica todos los ámbitos de la tauromaquia.

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