martes, 23 de febrero de 2010

¡Qué Dios reparta suerte!

Comenzaba a dar mis primeros pasos en este mundo, cuando mi abuelo materno, en Albacete, me empezó a sentar frente al televisor para ver junto a él corridas de toros. También lo hizo con mi hermano, con mis primos, pero todos ellos, aburridos al rato, se levantaban para salir a jugar a la calle, a la piscina...Yo, en cambio, permanecía quieto y atento en el sillón, sin despegar la vista de un espectáculo, entonces, incomprensible para mí. Podríamos adivinar que en esas tardes de verano se fue fraguando mi afición a la Tauromaquia, pero creo que estaríamos equivocados. Pienso, y según pasan los años estoy más convencido, que todos los que amamos la fiesta, no lo hacemos por haber tenido una infancia ligada al toro, por proceder de una familia aficionada, por tener un familiar torero, o por, como en mi caso, haber tenido la gran suerte de poseer un abuelo amante de la fiesta y de sus nietos. Creo que ese amor al toro viaja en nuestra sangre desde el momento en el que nacemos. Y unos lo descubrimos más pronto, otros más tarde, pero la afición ya está ligada a nuestra alma. Tengo 18 años y, desde que tengo memoria, he asistido a festejos taurinos, he contemplado centenares de corridas de toros a través de televisión, he leído y coleccionado artículos, crónicas, reportajes, revistas...y, aunque veteranos aficionados aseguran que soy un gran entendido, día tras día me doy cuenta de que me queda muchísimo que aprender. Y desde este sentimiento de humildad abro este blog para compartir con todos los aficionados y no aficionados mis reflexiones, crónicas, reportajes y noticias a cerca de este mundo que tanto amo y del que tanto me queda por aprender: el mundo de los toros.

...suenan clarines y timbales en la Catedral del toreo, y en el túnel de cuadrillas un escalofrío recorre el cuerpo de arriba a abajo, el murmullo del público se oye a lo lejos, la mirada se pierde y con ella el pensamiento, el miedo se hace presente, y un segundo antes de la apertura del portón se oye una intensa voz..."¡Qué Dios reparta suerte!"

Alejandro Martínez Lorenzo.




2 comentarios:

  1. Muy bien Alejandro, es bueno que todos tengamos un espacio como en el que defender aquello en lo creemos y poder expresarse con toda libertad. Los medios generalista hacen oidos sordos a todo lo relacionado con la fiesta, salvo para debilitarla e intentar aplicarle la "eutanasia". Aunque sus constantes vitales estén muy bajas, aún estamos a tiempo de darle una nueva oportunidad, más si cabe, cuando gente joven nos interesamos en proporcionarle repercusión y buena propaganda.
    Un saludo compañero.

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  2. Ánimo valiente! Ya tienes un seguidor más que te seguirá en tu andadura como plumilla taurino. Un saludo compañero.

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