viernes, 26 de febrero de 2010

Saldívar reapareció y convenció

CRÓNICA 2ª Feria de Valdemorillo 2010 (viernes 5 de febrero)

Reseña:


Más de media plaza.

2 novillos para rejones de Felipe Navas (1º y 4º), reglamentariamente despuntados, correctos de presentación. Manejables, destacó el 1º.

4 novillos para toreo a pie de Monte la Ermita, desiguales de presentación y volumen, deslucidos, con poca fuerza, y nobles, pero mansos.

  • Nolelia Mota (traje corto): saludos tras aviso y saludos.

  • Arturo Saldívar (rosa y oro): saludos y oreja.

  • Miguel de Pablo (rosa y oro): saludos tras petición y silencio tras aviso.

En la 2ª de la feria de Valdemorillo reapareció y convenció Arturo Saldívar. El joven novillero mexicano, que reaparecía tras el grave percance sufrido la temporada pasada, realizó lo más notable de una tarde que no terminó de despegar debido al pobre juego de los novillos de Monte la Ermita.

Comenzó el festejo Noelia Mota clavando, a caballo, dos rejones de castigo traseros a un novillo de Felipe Navas correcto de presentación. Tras el cambio de tercio, y de caballo, llegó el tercio de banderillas en el que la joven rejoneadora, no realizó una faena excesivamente lucida, ya que clavó cinco banderillas sin el ajuste necesario, clavando la mayoría a la grupa, y no al estribo, y sin variar la ejecución de las mismas. Todos los garapullos fueron ejecutados de la misma forma: citando al toro desde el tercio, de frente, pero sin introducir quiebros, cambios, banderillas al sesgo, o por adentro. Finalizó este tercio clavando una rosa, de poco lucimiento. El novillo que fue manejable por su nobleza y templanza, se vino mucho abajo en los últimos compases de la lidia, y terminó perdiendo el pitón izquierdo, tras varios choques con los burladeros y los equinos de Noelia Mota.

Tras un pinchazo y medio mete-saca el toro se echó y fue apuntillado. Incomprensiblemente la rejoneadora recibió una ovación y salió a saludar.

Más de lo mismo ocurrió en el cuarto, ante un novillo menos fijo en el caballo, Noelia Mota tan sólo se lució en alguna banderilla suelta, que si clavó al estribo, mientras que otras muchas las ejecutó siempre de la misma forma y sin arriesgar. Fueron aplaudidos sus adornos (que no realizó ante la cara del astado). Y al igual que en su primero, mató desastrosamente mal (pinchazo, estocada que hizo guardia, pinchazo, y estocada atravesada y baja), y recibió otra ovación.

Arturo Saldívar se mostró muy asentado y cuajado toda la tarde. Reapareció y demostró un concepto muy puro del toreo, y realizó dos trasteos interesantes, con momentos de alto nivel, que no pudieron ser rematados, principalmente por el juego de sus oponentes.

Recibió a pies juntos al segundo de la tarde, para después, abriendo el compás, ejecutar varias verónicas rematadas con una media. Tras el tercio de varas, Saldívar realizó un quite por chicuelinas en el que el novillo manifestó su poca fortaleza. Tras el brindis al público Arturo inició su faena sobre la mano derecha, con tres tandas que evidenciaron su reposo y el concepto del toreo que posee. Lo más destacado de la faena llegó, cuándo se cerró con el toro en tablas, y trazó varios naturales de muy notable ejecución. El mal uso de la espada le impidió pasear algún trofeo.

En el quinto si “tocó pelo”, ante el novillo de mejor presentación de la tarde, en una actuación completa que inició combinando verónicas y chicuelinas en el saludo capotero. Un buen tercio de banderillas precedió a un suave y bonito inicio de faena, y a dos tandas sobre la mano derecha, en las que el mexicano anduvo muy relajado y templado, antes de que el novillo se rajara. Lo intentó posteriormente por el pitón izquierdo, logrando naturales muy templados y de gran largura, aunque deslucidos por la mansedumbre del novillo que, aunque noble y con cierta calidad, constantemente huyó de la pelea. Finalizó el trasteó con varios molinetes de rodillas y trincherazos muy toreros, y tras matar de una estocada muy baja y atravesada, cortó una oreja.

Miguel de Pablo, aunque anduvo con ganas, e intentando agradar al público, evidenció su poco rodaje, aunque también hizo disfrutar al público asistente con algún pasaje reseñable.

Saltó al ruedo el tercero, un animal que humillaba al inicio de los capotazos de Miguel de Pablo, pero que posteriormente, al igual que en la muleta, salía con la cara alta, lo que deslució la labor del novillero. A este novillo, Miguel, lo recibió con verónicas, y tras un desordenado tercio de varas, el subalterno Luis Mariscal se lució con los palos. Pese a su corta edad, Miguel de Pablo, demostró mucha madurez y torería al brindar su primer novillo a su compañero Arturo Saldívar. Con dos tandas por el pitón derecho comenzó el trasteo el de Colmenar, la segunda de ellas buena. Después se cambió de mano la muleta, y lo intentó por el pitón izquierdo, en varias tandas, que aunque ejecutadas con ganas, no acabaron de calar entre el respetable. Tras un pinchazo, y una estocada algo tendida, pero en buen sitio, se le pidió minoritariamente la oreja, la cuál no fue concedida.

El sexto del festejo lució una encornadura muy similar a la de sus hermanos, cornidelantero, y buenas hechuras, algo que no fue la tónica general de la novillada, ya que algunos de los ejemplares no tenían remate por detrás, ni tampoco morrillo.

Empezó el novillo embistiendo con brusquedad, lo que hizo que de Pablo perdiera el capote en su saludo por verónicas. No embistió el novillo con fijeza y bravura al caballo, y cortó a los banderilleros en el segundo tercio. Miguel de Pablo no pudo con las dificultades que “Regidor” desrrolló en la muleta: siempre embistió con la cara a media altura (sin humillar), sin clase, en algún momento incluso tuvo peligro para el novillero. Y ante estas dificultades el joven novillero lo intentó con muchas ganas e intentando llevar al novillo muy cosido a la muleta, siempre provocando su embestida con fuertes toques. Y, a pesar de su disposición, se pudo observar que le falta cierta clase a su forma de torear, en relación, por ejemplo, a su compañero de cartel. Tras una estocada caída y cinco descabellos, su labor fue silenciada.

Así transcurrió la 2ª de abono de Valdemorillo, en la que, de nuevo, los aficionados respondieron acudiendo a la plaza a una novillada (como ocurrió el día anterior), a pesar del frío. Y el cálido consuelo fue que pudieron disfrutar del buen concepto y la madurez de un novillero recuperado que habrá que tener en cuenta esta temporada, Arturo Saldívar.


Alejandro Martínez Lorenzo.

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