miércoles, 2 de mayo de 2012

Crónica 1ª miniferia Comunidad de Madrid

"UNA NOVILLADA PARA ENCUMBRARSE"


Comenzó la miniferia de la Comunidad de Madrid con una gran alegría: la fantástica novillada que lidió el hierro de Nazario Ibáñez. El encierro murciano, muy bien presentado, dio un gran juego en la muleta y posibilitó el triunfo a sus matadores. Pero la alegría no fue completa porque éstos desperdiciaron la gran oportunidad y, pese a poner mucha voluntad, anduvieron muy por debajo de lo que ofrecieron los utreros de Jorge Ibáñez. Tampoco fue una alegría la flojísima entrada registrada en la monumental de Las Ventas (1/5) en una tarde muy fría y desapacible. Sin duda, lo peor fue el pésimo uso de los aceros que hicieron Mario Alcalde, Antonio Puerta y Rafael Cerro. Nueve avisos en total.

RAFAEL CERRO

Rafael Cerro volvía a la plaza de Las Ventas tan sólo dos semanas después de su última comparecencia en el coso madrileño y si en esa ocasión el extremeño se fue de vacío, igual salió en esta ocasión de la plaza. Y esta vez Cerro no podrá poner como excusa a sus novillos porque el lote que le correspondió en suerte fue sencillamente extraordinario. El mejor de la novillada fue el tercero, un animal cuajado y con buenas hechuras, aunque un poco más cómodo de cara que sus hermanos. El de Nazario no fue bravo en varas, pero llegó a la muleta galopando con alegría y transmisión. El juego de “Murga” fue ejemplar pues reunió casi todas las cualidades que debe poseer un toro bravo. Además de infinita nobleza y clase, el de la divisa azul y blanca humilló siempre una barbaridad, tuvo un gran recorrido, duración, fijeza y prontitud. Además, su muerte, aguantándose de pie cuando estaba completamente muerto y con la boca cerrada hasta que cayó derribado, fue de bravo. Ovación en el arrastre para este gran astado de Nazario Ibáñez y vuelta por su cuenta para un Rafael Cerro que anduvo más templado y asentado que sus compañeros, pero que no terminó de apostar ni de dar el paso al frente que exigía la ocasión. La periférica colocación que tuvo por momentos también influyó para que la faena no terminara de despegar. Pinchazo y estocada como colofón. El sexto fue recibido con una ovación de salida. El carbonero ejemplar de Ibáñez era una auténtica pintura, pero muy serio y astifino por delante. Salio suelto en los primeros tercios y también fue manso en varas, pero en la muleta sorprendió a todos y embistió con largura y profundidad en las tres primeras series. Después se vino un poco abajo. Cerro dejó algún natural templado y de buen trazo, pero de mitad de faena para adelante se aceleró y su trasteo se embarulló. Pésimo con el descabello y a punto de escuchar los tres avisos.

ANTONIO PUERTA



El murciano Antonio Puerta se presentaba en la primera plaza del mundo y para la ocasión vino acompañado por todo su pueblo. Impresionante el gentío que le apoyó y aclamó durante toda la tarde y que hizo que la fría tarde se calentara levemente. Puerta anduvo con una irreprochable actitud durante todo el festejo y es verdad que bajó mucho la mano a sus enemigos, pero le faltaron muchas cosas a su actuación. Se le vio verde y por momentos ayuno de clase y templanza y, casi siempre, demasiado espatarrado. Su primero, el segundo, fue otro ejemplar de muy buena condición. Puerta instrumentó un trasteo que habría sido premiado con una oreja (gracias a todos sus paisanos) de no ser por su pésimo manejo con la espada. Tirándose siempre muy mal y pinchando en un sitio muy feo, perdió cualquier premio posible. El quinto, interesante, tuvo casta y transmisión pero que fue más informal y a veces salía con la cara arriba. Valió el de Nazario y Puerta quiso, entretuvo, pero poco más. De nuevo, un recital de pinchazos y otra ovación de su legión de admiradores.

MARIO ALCALDE

A Mario Alcalde le correspondió el lote menos claro de la novillada, pero a pesar de esto, el joven diestro dejó mucho que desear. Alcalde regresaba de una grave lesión que le ha tenido un tiempo en el dique seco y fue un gran error reaparecer en Madrid. A la primera plaza del mundo hay que venir con plenas facultades y seguro de uno mismo y el conquense no tuvo ni una cosa, ni otra. Nervioso y precipitado por momentos, a Alcalde le vino grande el compromiso y en sus dos turnos escuchó silencio. El primero embistió con casta y transmisión, aunque tuvo el defecto de salir con la cara alta desluciendo los muletazos, mientras que el cuarto fue el único que no se prestó al lucimiento. El colorado, que era todo un tío tanto en cuajo, como en cara, fue muy manso en los primeros tercios y después violento y bruto en la franela de su matador.


1ª Miniferia de la Comunidad de Madrid (Las Ventas). Con 1/5 de plaza se lidiaron 6 novillos de Nazario Ibáñez, muy bien presentados por su cuajo y seriedad, y de muy buen juego en líneas generales. El mejor fue el extraordinario 3º y el peor el manso y desclasado 4º.

Mario Alcalde (lila y oro): silencio tras dos avisos en ambos
Antonio Puerta (grana y oro): ovación tras aviso en ambos
Rafael Cerro (celeste y oro): vuelta al ruedo tras aviso y silencio tras dos avisos

Fotos: las-ventas.com

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