martes, 1 de junio de 2010

Crónica 1ª Feria del Aniversario 2010


LA PESADILLA CONTINÚA


Comenzó la Feria del Aniversario de la misma forma que acabó San Isidro: con una tarde absolutamente insoportable. Pero si en la última de San Isidro al menos tuvo relevancia la gran bronca del respetable al conjunto de la feria, en la tarde de hoy no hubo ni eso. Fue una tarde auténticamente infumable tanto por el juego desrazado y soso del encierro de Valdefresno, como por las actuaciones de los tres toreros.

Se esperaba con interés la corrida del hierro salmantino de Valdefresno después de ver la buena corrida que lidió en la pasada Feria de Fallas, y después del buen juego ofrecido por ganaderías del mismo encaste esta recién finalizada Feria de San Isidro. Pero la corrida de Valdefresno tan sólo tuvo buena la presentación, y no la condición. Todos los toros estuvieron impecablemente presentados, pero dejaron mucho que desear respecto a su comportamiento. El denominador común de los astados fue la falta de raza. Tuvieron nobleza e incluso algunos humillaron y tuvieron buena condición. Pero estuvieron faltos de la transmisión y del empuje necesario para propiciar el triunfo en una plaza como Las Ventas.

Diego Urdiales se acartelaba hoy en una corrida no "torista". El riojano, siempre encasillado en las llamadas corridas "duras", tenía hoy la oportunidad el concepto que posee con una ganadería, a priori, de más lucimiento. En su primero destacó en dos series con la mano derecha templadas y de buen trazo, pero no acabó de redondear el trasteo porque toreó al hilo y sin terminar de bajar la mano a su oponente. El primero tuvo bondad y fijeza y regaló embestidas muy potables hasta que se paró. Tras pinchazo y estocada, Urdiales, fue silenciado. Con el cuarto de la tarde, Diego se pasó de faena. Muchos muletazos y nada relevante. Este ejemplar también colocaba bien la cara para embestir, pero no tuvo fijeza ni nada de raza. Faena de enganchones y de desconexión absoluta de los tendidos.

Rubén Pinar anduvo muy voluntarioso toda la tarde. El de Tobarra lanceó muy bien a su primero con el capote. Dejó varias verónicas de templadísimo trazo que fueron rematadas con una media. Con la muleta la historia fue distinta. El ejemplar que hizo segundo engañó a los aficionados que pensaron que iba a ser un buen toro. Su galope en banderillas hizo concebir unas esperanzas que rapidamente se esfumaron. El animal se puso muy gazapón y molesto en la muleta, y Pinar lo intentó con el público (sobre todo el 7) muy en su contra. Con su segundo lo volvió a intentar pero fue imposible. Su oponente no tuvo ni una pizca de casta ni de raza. Muy parado se lo pusó muy difícil al albaceteño que ejecutó un trasteo de larga duración que no interesó a nadie.

Completaba la terna el también manchego Miguel Tendero. El joven matador que prontó celebrará el primer aniversario de alternativa no lo podrá hacer tras haber triunfado en la plaza en la que la tomó. Su actuación, también, fue silenciada e incluso pitada, ya que, además, anduvo mal con los aceros. A él le correspondió el mejor lote. Dos toros que tuvieron algo más de vida y verdad en sus embestidas. El sexto fue el mejor toro de la corrida y Tendero no acabó de poner el punto necesario para que su labor cuajara en los tendidos. Toreó bien en varias series por ambas manos, bajando la mano y queriendo llevar largo al toro, pero su colocación fue recriminada en varias ocasiones. En su primero estuvo bien con el capote pero con la franela usó el pico ante un astado noble y con cierta calidad, pero al que, también, le faltó transmisión.

Esta semana volvemos a Las Ventas a celebrar el Aniversario de no se qué. Y aunque todos sabemos que esta feria es una continuación de San Isidro, esperemos que sólo lo sea sobre el papel, y no a efectos prácticos, es decir, una auténtica y soporífera pesadilla.



Alejandro Martínez Lorenzo


Foto: Cabrera

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